El Camino De Las Lagrimas

El camino de las lágrimas

Este libro no solo puedo decir que me gusto, sino que me ayudo a comprender muchas cosas y situaciones en las que podría ser que me encuentre en este momento y tal vez no las identificaba o simplemente me negaba a ver, situaciones que por ser tan simples no creas que tengan tanto significado y me doy cuenta de que no encuentro mejor manera de explicar este libro que en mis propias experiencias personales.

Comenzar el camino de las lagrimas es conectarse con lo doloroso, podría ser como la primera ves que terminas con la persona con la que te habías idealizado para toda la vida, ese momento en el que sabes que nunca va a ser lo mismo y nada podrás hacer para evitar el dolor que viene cuando te despides de ella sabiendo que nunca volverán a ser esa pareja que todos decían era perfecta. No puedes evitar decir que nunca lo superaras y que no soportas ese dolor y no puedes estar sin ella, es en este momento en el que las creencias de la persona entran y se condicionan haciendo ese dolor mas fuerte y torturante, como menciona el libro, no es malo sentir el dolor de la perdida y de ser así la persona tiene que llorarlo, desahogarse y seguir adelante aun cuando se tenga el recuerdo y duela cada ves que pienses en esa persona, no es un proceso que sea de un día para otro, sino que lleva su tiempo según sea la personalidad del individuo. Hay que aprender a recorrer este camino, que es el camino de las perdidas, hay que aprender a sanar estas heridas que se producen cuando algo cambia, cuando el otro parte, cuando la situación se acaba, cuando ya no tengo aquello que tenia o creía que tenia.

El libro no habla solamente del dolor de la separación en parejas o la muerte, sino que a veces el simple hecho de dejar un trabajo, la ciudad o cualquier otra cosa o situación ala que en ese momento eres muy apegado y te sientes cómodo y seguro son perdidas que para bien o para mal van a formar parte de la vida. El libro las llama perdidas necesarias por que crecemos a través de ellas, señala que debemos renunciar a lo que ya no esta, y que eso es madurar. No importa si la pérdida es grande o pequeña todas generan un proceso de duelo en donde la clave para sobrellevar este proceso con éxito es no aferrarse alas cosas y soltarlas cuando sea necesario por que cada perdida conlleva una ganancia aunque sea difícil de creer en ese momento.

El duelo por lo que nunca fue, fue definitivamente la cereza del pastel después de esa ruptura, había soñado que con esa persona pasaría el resto de mi vida y venia el dolor después del dolor, claro en ese entonces no puedes creer que estés sufriendo por algo que nunca fue y nunca tuviste y aunque parezca ridículo es todavía mas difícil aceptar que nunca lograras tenerlo, pero definitivamente si se perdió algo en ese momento por que se tuvo la ilusión, la fantasía y el sueño y en ese momento yo estaba aferrado a estas fantasías que hacían del proceso de duelo algo verdaderamente doloroso y desesperante. Lo más difícil y trabajoso vendría durante este proceso, cuando llegara el momento de poder soltar aquello que ya no tengo y nunca tuve.

El duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una perdida, tendiente a la adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad. Elaborar el duelo significa, pues, ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la perdida de lo que no esta, valorar su importancia y traspasar el dolor y la frustración que comporta su ausencia.

En el libro utilizan para ejemplificar las etapas del camino la situación de muerte de un ser querido, yo ejemplificare la incredulidad, regresión, furia, culpa, desolación, fecundidad y aceptación relatando paso a paso con mi experiencia personal.

Cuando se dio la platica que anunciaba el fin de la relación yo estaba extrañamente tranquilo a pesar de que sabia que eso no era lo que quería y que me iba a arrepentir si no hacia nada en ese momento pero simplemente me di la vuelta y me aleje, no sentía nada, ningún tipo de dolor me sentía perfectamente y así actué durante los siguientes dos días.

Al tercer día no pude dormir, sentí que me quedaba sin aire, sentía una gran desesperación y el dolor era insoportable, me sentía confundido ya que a esas alturas pensaba que todo había pasado y que no sentiría dolor por lo que había

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