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El Caso Dora


Enviado por   •  27 de Marzo de 2014  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  420 Visitas

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EL CASO DORA

Dora nació en 1882. El grupo familiar de Dora estaba conformado por sus padres y un hermano. Dora estaba muy apegada a su padre. Ella desarrollo varios síntomas como, disnea, tos, depresión, evitación del contacto social.

Cuando su padre enferma se trasladan a una pequeña ciudad, el cual se encuentran con una familia que ya habían tenido una relación de amistad anteriormente, Dora es llevada a realizar un tratamiento psicoterapéutico con Freud. Es cuando Dora sostiene que el sr K, le hizo proposiciones amorosas durante un paseo que dieron a solas. Pero el padre nunca le creyó, Freud retrocede hasta la infancia para buscar situaciones que hayan provocado un trauma. Dora le comenta a Freud una acción que había pasado cuando ella tenía 14 años, el Sr K se las arreglo para estar a solas con ella y cuando eso sucedió la estrecho entre sus brazos y la beso en la boca, lo cual le ocasiono a Dora repugnancia.

Para continuar avanzando en el inconsciente de Dora, Freud afirma que un síntoma corresponde siempre a la figuración de una fantasía sexual. Tomando esta hipótesis como punto de partida Freud intenta explicar las razones de la tos y la afonía de Dora, este creía que los sueños son el camino real hacia el inconsciente, el cual alentó a Dora para que compartiera sus sueños.

En el primer sueño, “En una casa hay un incendio contó Dora; mi padre está frente a mi cama y me despierta. Me visto con rapidez. Mamá pretende todavía salvar su alhajero, pero papá dice: ‘No quiero que yo y mis dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero’. Descendemos de prisa por las escaleras, y una vez abajo me despierto.”

El segundo sueño es: “Voy paseando por una ciudad desconocida y veo calles y plazas totalmente nuevas para mi. Entro luego en una casa en la que resido, voy a mi cuarto y encuentro una carta de mi madre. Me dice que habiendo yo abandonado el hogar familiar sin su consentimiento no había ella querido escribirme antes para comunicarme que mi padre estaba enfermo. Ahora ha muerto, y si quieres puedes venir. Voy a la estación y pregunto unas cien veces “¿donde esta la estación?”. Me contestan siempre lo mismo: “cinco minutos”. Veo entonces ante mi un bosque muy espeso. Penetro en el y encuentro a un hombre al que dirijo de nuevo la misma pregunta. Me dice: “todavía dos horas y media”. Se ofrece a acompañarme. Rehúso y continúo andando sola. Veo ante mi la estación, pero no consigo llegar a ella y experimento aquella angustia que siempre se sufre en estos sueños que nos sentimos como paralizados. Luego me encuentro ya en mi casa. En el intervalo debo haber viajado en tren, pero no tengo la menor idea de ello. Entro en la portería y pregunto cual es nuestro piso. La criada me abre la puerta y me contesta: su madre y los demás están en el cementerio.”

Freud

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