Caso Dora
837640885 de Noviembre de 2013
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Universidad Autónoma de Nuevo León
Facultad de Psicología
¨CASO DORA¨
Maestro(a): María del Carmen Pérez Sosa
Materia: Alternativas de Intervención en Adolescentes
Integrantes:
Anali Alanís Aguilar
Nataly Itzel Ramos Cavazos
Brenda Sofía Andrade Ábrego
Mayra Lizzeth Rueda Rivera
Grecia Anaïs Tovar Cantú
Monterrey, N.L. 5 de noviembre de 2013
Índice
Antecedentes -----------------------------------------------------3
Cuadro Clínico del ¨Caso Dora¨ -----------------------------7
Relación de la neurosis con problemáticas --------------11
adolescentes actuales
Críticas a Freud---------------------------------------------------14
Conclusiones-------------------------------------------------------
Bibliografía --------------------------------------------------------
Antecedentes
Para explicar un poco lo fundamental de este trabajo , es importante señalar lo siguiente:
Para el psicoanálisis, las patologías mentales se agrupan en tres grandes estructuras:
1- Neurosis,
2- Psicosis y
3- Perversión.
Dentro de la Neurosis se diferencian en:
1) Histeria,
2) Neurosis Obsesiva,
3) Fobia.
Para comenzar a explicar el concepto de Neurosis podríamos señalar que Sigmund Freud en el texto Estudio sobre la Histeria (publicado en colaboración con J. Breuer en 1893 y reeditado en 1895) sostiene que ante un conflicto psíquico suscitado por una representación inconciliable con el Yo, surge un mecanismo defensivo conocido como Represión.
Las Neurosis son un tipo especial de patología que se caracteriza por expresar simbólicamente el conflicto psíquico infantil entre la demanda de satisfacción pulsional y las defensas interpuestas por el Yo.
J. Lacan retoma los conceptos freudianos y señala que la defensa característica de la Neurosis es la Represión (Verdrängung). La Neurosis expresa las fallas de la función simbólica relacionada con la instancia de demarcación de una legalidad en relación a la triangulación edípica.
En los Estudios sobre la histeria sostiene que la defensa interviene para resolver un conflicto psíquico suscitado por una representación inconciliable con el yo, que se introduce en él a partir de una vivencia traumática de índole sexual.
Represión designa el mecanismo o proceso psíquico del cual se sirve un sujeto para rechazar representaciones, ideas, pensamientos, recuerdos o deseos y mantenerlos en el inconsciente. , dando lugar a la formación de un grupo psíquico separado, verdadero cuerpo extraño interno, que actúa como agente provocador y como causa patógena permanente. De acuerdo con la teoría de Sigmund Freud, los contenidos rechazados, lejos de ser destruidos u olvidados definitivamente por la represión, al hallarse ligados a la pulsión mantienen su efectividad psíquica desde el inconsciente. Lo reprimido constituye para Freud el componente central del inconsciente. Como decía Freud: "Lo reprimido se sintomatiza".
Pero las defensas son un remedio a cortísimo plazo, es más, si no nos damos cuenta de ello, son aún más peligrosas, por cuanto nos llevan cada vez más lejos de la verdad, de la realidad. Después de un tiempo, no pueden preservar al Yo de las demandas del Ello o el Superyo impone sus exigencias: surge fuertemente la ansiedad y se viene abajo. Para Freud solo hay una positiva, la sublimación, aunque otras también operan a favor del sujeto.
• Sublimación
• La Racionalización
• Represión
• Proyección
• Negación
• Regresión
• Conversión
En las neurosis hay una insuficiente elaboración de la situación edípica, por lo que el neurótico permanece atrapado en el triángulo edípico, dando lugar a una introversión de la libido, que permanece fijada a objetos fantasmáticos tomados de la infancia. El desplazamiento a la transferencia inicia un proceso de liberación de la libido desligándola de las imagos parentales sepultadas en el inconsciente para que, devolviéndola a la influencia del yo, pueda alcanzar otras formas de satisfacción en la realidad.
El Edipo y la castración están en el corazón de la estructura neurótica, entendiendo por castración la renuncia a la omnipotencia que implica el cumplimiento de los deseos incestuosos. El niño podrá renunciar o no a tratar de satisfacer los deseos de la madre, aceptará o no ser castrado por el padre, lo que dará lugar a diferentes tipos clínicos.
La personalidad histérica se distingue por las siguientes características:
Teatralidad, debido a una exagerada necesidad de ser admirado y estimado por otros.
Infantilismo
Superficialidad, estableciendo relaciones insanas, inestables y poco sinceras. Culpan a los demás de sus actos erróneos.
Exhibicionismo
En ocasiones consumen grandes cantidades de medicamentos
Sugestionabilidad; los argumentos afectivos dominan a los racionales. El corazón domina al cerebro.
Altamente insatisfechos
Necesidad de estimación ajena, por ello es muy importante ser aceptado por los demás, en ocasiones llegando a presentar un comportamiento de fachada.
Seducción, se interesan en despertar el deseo del otro, una vez que lo han atraído, lo frustran y se hacen desear.
Hipersensibilidad emocional, a la mínima critica sobre ellos: les genera ira o tristeza, son poco tolerantes a la frustración.
Tendencia a fantasear, crean un mundo que llegue sus necesidades, alejándose de la realidad.
Tendencia a manipular o chantajear, lo cual lo puede hacer mediante padecimientos físicos.
Fuerte tendencia a la regresión, por ello se da el infantilismo.
Escasa capacidad de sublimar
Utiliza mecanismos de defensa muy primitivos, como la negación y la formación reactiva
Facilidad para disociar, consisten en una división de la propia identidad, de la identidad del "yo". Se produce una despersonalización que puede establecer una doble o múltiple personalidad.
Capacidad para la conversión de problemas psíquicos en problemas somáticos, empleando el lenguaje de los órganos. Expresan mediante lo físico, lo reprimido psíquicamente.
La defensa de la Neurosis Histérica.
La defensa interviene para resolver un conflicto psíquico suscitado por una representación inconciliable con el yo, que se introduce en él a partir de una vivencia traumática de índole sexual. El mecanismo de la represión aparta a la representación de la conciencia, dando lugar a la formación de un grupo psíquico separado, verdadero cuerpo extraño interno, que actúa como agente provocador y como causa patógena permanente.
Esta interpretación económica de la conversión, concebida como transformación de la energía psíquica, es inseparable de otra simbólica que enfatiza el sentido metafórico de la perturbación corporal, siendo la zona afectada la que mejor se presta para simbolizar el conflicto inconsciente. Se produce la alteración de una función fisiológica, que de esta manera es utilizada para expresar fantasías que en el análisis pueden ser retraducidas del lenguaje corporal al lenguaje en palabras en que podrían haberse expresado de no haber ocurrido la conversión.
Dicho mecanismo consiste en transformar la representación fuerte de la penosa experiencia infantil (seducción) en una representación debilitada y en desviar el afecto o suma de excitación de su fuente verdadera; la inervación en lo somático produce la conversión, que es el mecanismo típico de la histeria.
El síntoma conversivo es un sustituto de la representación reprimida, en el que las fantasías y los pensamientos son transformados en una expresión plástica. Es un mecanismo similar al del sueño, en el que hay una regresión desde los pensamientos a las imágenes que constituyen la escena plástica del sueño. El síntoma es interpretable en la medida que simboliza un conflicto, por lo cual es del mismo registro que la interpretación.
La conversión de histeria consiste en cuatro tipos de síntomas somáticos corporales, en donde se encuentra una capacidad especifica de poder una angustia en una expresión sintomática corporal (parálisis de funcionales y localizables, anestesias, trastornos sensoriales y dolores).
Freud pensó que existía una "complacencia somática", según la cual una afección puramente orgánica facilitaría la conversión, entrando a posteriori en conexión simbólica con las fantasías inconscientes del sujeto. Quiere decir que la frase "Es como una bofetada" sería algo segundo que se agregaría por asociación con una sensación dolorosa previamente experimentada en el cuerpo.
Cuadro clínico caso ¨Dora¨
• Adolescente de 18 años.
• La familia estaba compuesta por sus
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