Caso Dora

Este es el primer relato de terapia que Freud público. Escrito en 1901 y publicado en 1905, es también la historia de un fracaso. El tratamiento cuyo historial comunicamos a continuación quedó interrumpido el 31 de diciembre de 1900 ya que Dora abandono el tratamiento con apenas tres meses de haberlo empezado y sin todavía estar curada. Con este caso Freud quiso aportar pruebas definitivas sobre el origen sexual de los síntomas histéricos y la utilidad de la interpretación de los sueños para acceder a los traumas inconscientes.

El Caso Dora, un caso de histeria.

El círculo familiar de Dora quien su nombre era Ilda Bauer, Estaba conformado por su padre Philip Bauer, un prospero industrial que había sido tratado por Freud de sus dolencias sifilicas. Además su madre, Katherine Gerber, a quien Freud diagnostico la “psicosis del ama de casa” que consiste en la observación neurótica por la limpieza, y un hermano mayor, Otto Bauer, del que Dora siempre tenía buena opinión.

El padre de Dora sufrió una tuberculosis cuando ella tenía 6 años, y la familia se traslado de vivienda donde conocieron a los señores K. La señora K. cuidaba de Philip Bauer durante su enfermedad y el estaba muy agradecido, mientras Dora cuidaba a los dos hijos de los señores K. pero el señor K. sentía un afecto muy grande por Dora.

Visita del padre de Dora a Freud.

El padre de Dora fue al consultorio de Freud y le pidió que trate a su hija porque presentaba los síntomas de una pequeña histeria.

Los signos principales de la enfermedad de Dora eran:

• Problemas con los padres.

• Desazón y alteración del carácter.

• Dificultades para respirar o disnea.

• Insociabilidad.

• Tedio vital y amagos histriónicos de suicidio.

• Presencia de síntomas somáticos (tos, afonía, jaquecas, etc.).

Freud planteo que la histeria se asienta en ciertas condiciones psíquicas:

a) Traumas psíquicos.

b) Conflictos de los afectos.

c) Acomodación de la esfera sexual.

Primera visita de Dora.

Dora empieza la consulta con Freud contándole cuando ella tenía 14 años que el señor K. la había invitado a su casa a un supuesto evento pero en realidad el estaba solo, cuando Dora llego el aprovecho el momento la abrazo y la beso en la boca, ella cuenta que sintió repugnancia y asco.

Con esto Freud concluyo que con 14 años Dora ya era una histérica, Freud (1989) hace una conclusión de que “ante toda persona que en una ocasión favorable a la excitación desarrolle predominante o exclusivamente sensaciones de repugnancia no vacilaré ni en un momento en diagnosticar una histeria, existan o no síntomas somáticos.” (pág. 946 y 947).

Freud afirma que aquí se ha producido un desplazamiento de esa sensación ya que en lugar de la sensación genital que en tales circunstancias habría que tenido que sentir, Dora le sobreviene la sensación de displacer propia de la mucosa del tramo de entrada del aparato digestivo. Dora aseguraba que seguía sintiendo la presión del brazo del señor K. sobre la parte superior de su cuerpo.

Freud opina que durante el apasionado abrazo Dora no sintió sola mente el beso sobre sus labios, sino la presión del miembro erecto del señor K. contra su vientre. Esta percepción fue eliminada en el recuerdo, fue reprimida y sustituida por la inocente sensación en el tórax aquí hiso un desplazamiento del sector inferior al superior del cuerpo.

En otra ocasión Dora le cuenta a su padre que el señor K. le hiso una propuesta amorosa y le pide que termine la relación con el (pág. 945).

El padre de Dora y un tío le reclamaron al señor K. y este se negó y la acuso a ella de que eran fantasías y que su esposa le había comentando de que Dora se pasaba leyendo un libro de la filosofía del amor de Mantegazza, y que por esa lectura se había “imaginado” todo eso y ahora lo culpaba.

Entonces el padre de Dora le cree y se reúsa a terminar las relaciones familiares con los señores k. sobre todo con la señora k. el padre de Dora le cuenta a Freud que lo une una sincera amistad con ella, quien era muy desdichada con su marido “no necesito decirle a usted que, dado mi mal estado de salud, esas relacione mías con la señora K. no entraña nada ilícito, somos dos desgraciados para quienes nuestra amistad constituye un consuelo, ya sabe usted que mi mujer no es nada para mi” (pág. 945).

Los trastornos psicosomáticos de Dora en el momento de la terapia con Freud y su carta de suicidio tenía por objeto llamar la atención no del señor K. si no de su padre. Freud estaba seguro de que si el padre le decía que iba a dejar a la señora K. por ella Dora sanaría por completo. Pero si el padre no cedía, Dora no habría de abandonar su enfermedad.

El histérico, dice Freud, se acostumbra a la enfermedad, acaba necesitándola.

“El que pretenda sanar al enfermo tropieza entonces, para su asombro, con una gran resistencia, que lo enseña que el propósito del enfermo de abandonar la enfermedad no es tan cabal ni tan serio”.

Freud percibe que Dora es incapaz de aceptarla relación de la señora K. con su padre, un adulterio manifestó. Dora criticaba a su padre diciendo que este no era sincero, además creía que era ofrecida por su padre al señor K.de modo que él pudiera continuar su relación con la señora K. En este momento Freud observa que estos reproche aparentemente justificado se encuentra una serie

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