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El Hombre Y Su Conciencia


Enviado por   •  25 de Febrero de 2014  •  1.662 Palabras (7 Páginas)  •  198 Visitas

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Dios el hombre y la conciencia

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Este Año Santo, en el que se conmemora de modo extraordinario el misterio de la Redención, nos mueve a los Obispos argentinos a renovar nuestro ministerio y llamar a todos a la conversión. La actual situación del país reclama este llamado. Exhortamos a todos a no dejar pasar en vano esta hora de gracia. Ella es propicia para merecer los frutos de la Redención: la renovación moral, mediante la transformación de las personas, y la reconciliación de nuestra sociedad. Para que este llamado pueda tener siempre nuevos ecos a lo largo del año, ofrecemos estas páginas que quieren ser orientadoras para la conversión personal y la reconciliación nacional.

I.- Necesidad de un examen de conciencia

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"Estamos ante la tarea de reconstruir la Nación a partir de sus bases morales y culturales más profundas". Suscribíamos estas palabras en nuestro documento "Iglesia y Comunidad Nacional", el día 8 de mayo de 1981.

Con ellas queríamos expresar que la renovación ' de la sociedad argentina no puede ser fruto de un mero ordenamiento formal, mecánico y abstracto, sino que ha de echar raíces en la vitalidad de actitudes morales, que den profundidad, aliento y permanencia a las instituciones.

Suponíamos entonces, que la sociedad argentina disponía de un temple moral que le permitiera recobrarse de una frustración motivada por causas diversas. También ahora lo suponemos. Creemos, sí, que no está destruida la fibra moral de nuestro pueblo. Sin embargo, no podemos dejar de ver que está puesta a prueba. Cuando una sociedad como la nuestra, ha vivido la experiencia de hechos que manifiestan desestima de la vida, de la libertad, de la verdad, de la justicia, de la paz, y se angustia por encontrar los medios normales de subsistencia, no puede menos que verse desafiada por el desaliento, el debilitamiento de su cohesión interna, la mutua agresión de sus miembros. Percibimos que una inédita tristeza y una sutil tentación de desesperanza invade el alma del pueblo argentino.

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Estos fenómenos mueven a muchos a pensar que los problemas que presenta la situación argentina en sus diversos niveles, son reflejo de una profunda crisis moral.

Sería abusivo decir que sólo en la Argentina se da tal crisis. Esta es una realidad que invade a todo el mundo. Pero la dimensión mundial del grave deterioro moral no puede ser invocada como un pretexto para eludir la responsabilidad de enfrentarlo consciente y decididamente.

Nosotros los pastores, fieles a nuestra misión, debemos hoy destacar las luces y sombras que se ponen de manifiesto en la vida moral de nuestro pueblo, y anunciar- el Evangelio que ilumine y fortalezca su espíritu.

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Porque necesitamos salir del presente estado de postración, que anula nuestras posibilidades, "los argentinos, cada uno en cuanto persona, y cada grupo en cuanto integrante del conjunto social, han de examinarse con humilde sinceridad sobre su comportamiento y han de tomar conciencia sobre la proyección comunitaria de sus actos" (I. C. N. 66). La detestación de los yerros cometidos y la voluntad firme de enmendarlos ha de acompañar estc2 examen de conciencia. A ello estamos obligados todas, sabiendo que cuanto más fuerte y representativo es un sector social, tanto más es responsable de la presente situación y de su superación. También nosotros, como pastores, no podemos menos que examinarnos delante del justo Juez (2Tm. 4-8) "que conoce nuestros, corazones" (Ap. 2, 23) sobre el ejercicio de nuestra, tarea de ayudar a la formación de una recta conciencia moral, en todos los órdenes: personal, familiar y social.

Nos permitimos, pues, bosquejar algunas situaciones sobresalientes y formular ciertos interrogantes.

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- La libertad es uno de los valores máximos por el que lucharon nuestros próceres y que proclamamos en nuestro himno patrio.

¿Creemos que ella es un don dado por Dios a todos los hombres para que seamos artífices de nuestra perfección personal y social? ¿Sabemos ejercerla buscando lo que es bueno y justo según la recta razón? ¿O la consideramos como un derecho a obrar según nuestro arbitrio?

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- Un marcado menosprecio de la ley es una de las características negativas de nuestro comportamiento social. Esta se traduce en expresiones variadas, que van desde la evasión regular de los impuestos hasta el desprecio de la autoridad constituida.

¿Creemos que la autoridad viene de Dios? ¿Admitimos que la ley justa obliga en conciencia? ¿Las autoridades sienten la responsabilidad de ser representantes de la totalidad del pueblo? ¿O actúan como personemos de un sector? ¿Respetan ellos mismos la majestad de la leyó ¿Legislan y obran procurando el bien común, evitando instrumentar el poder en favor de privilegios o intereses particulares?

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- La intolerancia es otro de los rasgos negativos característicos de algunos grupos sociales argentinos, los cuales han buscado el poder por cualquier medio, incluso la violencia, en procura del interés de su propio grupo con exclusión de los demás.

¿Aceptamos

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