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El Suicido Psicología


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  1.577 Palabras (7 Páginas)  •  56 Visitas

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SAN ANTONIO DE LOS ALTOS

UNIVERCIDAD BICENTENARIA DE ARAGIA

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

ANALISIS Y EXPRESIÓN VERBAL

PROF. ZULAIMA MAITIN

EL SUICIDIO

Ensayo

Daniela Franco C.I: 26.296.692

30/06/2018


EL SUICIDIO

Hablamos de suicidio cuando una persona se quita la vida por voluntad propia, y de intento de suicido cuando una persona realiza un acto auto-lesivo, es decir se ocasiona un daño sin causarse la muerte, o cuando expresa su deseo de quitarse la vida. Siendo esta conducta problema progresivo para las comunidades, ya que en los últimos años ha aumentado en la población adolescente y adulta considerablemente, convirtiéndose en un problema para la sociedad e incluso un problema de salud pública muy importante. Actualmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de ochocientas mil personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo anualmente.

Es un tema que nos afecta a todos y cualquier persona podría caer en ello, ya que el suicidio no solo se produce en los países de altos ingresos, sino que es un fenómeno global que afecta a todas las regiones del mundo. De hecho, en 2015, más del 78% de los suicidios en todo el mundo tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos.

El suicidio no es un tema de moda o novedad de esta época como muchos creen, pues es un fenómeno mundial que ha estado presente en todas las épocas, sin embargo la actitud que ha tenido la sociedad actual es diferente a las otras épocas, anteriormente ocurría debido a algunas influencias, religiosas como en la India, que bajo la influencia del brahmanismo, los sabios en búsqueda del nirvana frecuentemente se suicidaban durante las fiestas religiosas; también existen influencias filosóficas, pues los filósofos estoicos, consideraban el suicidio como el medio para liberarse del sufrimiento; algunas de las estructuras sociopolíticas como la antigua Roma, en la cual las personas en desgracia se suicidaban para proteger sus bienes del despojo del tirano. Asimismo, el suicidio entre los esclavos era frecuente aunque al mismo tiempo prohibido, a los rescatados se les castiga severamente, debido a que los soldados romanos pertenecían al Estado y no podían disponer de sus propias vidas. Por otro lado, en Inglaterra, se publicaron opiniones sobre el suicidio y  su legitimidad. Poetas británicos publicaron poemas como Biathanatos, del poeta Donne y posteriormente, Hume publicó un ensayo sobre el suicidio, proclamando el derecho del hombre a disponer de su propia vida.

Según la iglesia católica, “Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su Soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.

El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2280-2281) Esto quiere decir que en el catolicismo está mal visto el acto del suicido ya que es contrario a la voluntad de Dios y del sentido natural de preservar la vida.

La conducta suicida es un comportamiento en el que el individuo lleva a cabo acciones autodestructivas y autolesivas. Estas conductas pueden ser, las autolesiones no suicidas, intentos fallidos de suicidio o suicidios consumados. Los intentos fallidos son más frecuentes que los suicidios consumados.

Algunas causas a nivel general suele ser la depresión, originada por razones distintas como la viudez, la soledad, abandono familiar, desesperanza, bullying o acoso, estrés, rechazo, desempleo, la pérdida de seres queridos, una discusión, la ruptura de relaciones amorosas o problemas en la adolescencia. Otras causas generales son los antecedentes familiares de suicidio, así como el abuso de alcohol y estupefacientes, los maltratos en la infancia, el aislamiento social y algunos trastornos mentales, como la depresión y la esquizofrenia. Las enfermedades orgánicas y el dolor discapacitante también pueden incrementar el riesgo de cometer un suicidio. Algunos suicidios se producen en una fase o etapa de mejoría de la persona, cuando la persona tiene la energía y la voluntad para convertir sus pensamientos desesperados en una acción destructiva.

Las personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo. Sin embargo, los parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se enojan mucho. Pueden ver el intento de suicidio como un acto egoísta.

Se debe tener considerable cuido con algunas conductas en ciertas personas que pueden indicar una alerta de peligro, algunas de estas conductas son:

  1. La planificación del suicidio que es discutir seriamente sobre opciones específicas de suicidio, justificar en conversaciones el suicidio como una opción posible, hacer afirmaciones como “voy a matarme”, “quisiera estar muerto” o “desearía no haber nacido”.
  2. Obtener los medios para atentar contra tu propia vida, como comprar un arma o almacenar píldoras.
  3. Poner en orden documentos como el testamento, revisar o contratar seguros de vida, hacer arreglos para garantizar el bienestar de la familia.
  4. Mostrar una supuesta calma repentina, tras episodios depresivos aún en proceso, hay que prestar especial atención a los cambios que no están acordes con lo esperado dentro del proceso de recuperación.
  5. El abuso de drogas o alcohol, el consumo de algunas sustancias puede provocar un comportamiento impulsivo y precipitar la materialización de los pensamientos suicidas.
  6. Sufrir cambios extremos en la rutina normal, por ejemplo, cambios evidentes en la alimentación y en los horarios de sueño.
  7. Hacer actos riesgosos o autodestructivos, como golpearse, cortarse adrede o conducir con imprudencia.
  8. El aislamiento social o retraimiento de la vida social, el deseo de estar solo y la finalización de relaciones sociales.
  9. Desarrollar cambios de personalidad o estar sumamente ansioso o agitado.

Se debe tener en cuenta que los signos de advertencia no siempre son evidentes y pueden variar de una persona a otra. Algunas personas dejan en claro sus intenciones, en tanto que otras conservan en secreto sus pensamientos y sentimientos suicidas.

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