Ensayo Inteligencia Emocional
angelica0619 de Mayo de 2012
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Ensayo: Inteligencia Emocional
Angélica María Gómez Aragón
Introducción
La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, realzar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
El presente ensayo, explica el por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia, por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el más exitoso, por qué unos son más capaces que otros para enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta.
Por otro lado nos muestra cómo la inteligencia emocional puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros, la falta de la misma puede influir en el intelecto o arruinar una carrera profesional, así como la contribución al éxito profesional de toda persona.
Se puede observar como a través del autoconocimiento y control de nuestras emociones, podemos tener una mejor calidad de vida en general.
Inteligencia Emocional
Hablar de inteligencia emocional, es referirnos a la capacidad que poseemos para reconocer nuestros propios sentimientos y los del resto de las personas, además, de la destreza que mostramos para esgrimirlos y así poder lograr una mejor relación con nuestro entorno teniendo como consecuencia mayores posibilidades de desarrollo personal.
El término de Inteligencia Emocional, viene a acentuar el papel decisivo que profesan las emociones dentro del funcionamiento psicológico de los individuos cuando éstos se ven desafiados a momentos críticos y tareas trascendentes como:”los peligros, las pérdidas dolorosas, la perseverancia hacia una meta a pesar de las contrariedades, el afrontar peligros, las dificultades con un colega en el trabajo”. En todos estos escenarios existe una involucración emocional que puede repercutir en una acción que culmine de modo exitoso o bien entorpezca negativamente en el desempeño final. Cada emoción brinda una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar intervendrá decisivamente en el éxito o frustración que obtenga en las tareas que inicie, de ahí que la inteligencia emocional puede ser fomentada y fortalecida por nosotros mismos.
De acuerdo a Goleman “La inteligencia académica tiene que ver con la vida emocional”, me parece que la relación es poca, ya que, “existen individuos con una carrera excelente académicamente hablando pero que desafortunadamente no logran establecer un dominio de sus emociones, por ello personas con un CI elevado pueden ser pilotos increíblemente malos de su vida privada”.
Existe una relación entre el CI y las circunstancias de la vida para los grandes grupos en conjunto: muchas personas con un CI muy bajo terminan haciendo trabajos domésticos, y aquellas que tienen un CI elevado suelen tener trabajos bien remunera¬dos aunque en modo alguno ocurre siempre así.
Lo que en nuestra cotidianeidad se puede observar es que el CI “contribuye aproximadamente en un 20% a los factores que determinan el éxito en la vida, con lo que el 80% queda para otras fuerzas”; porque si bien es cierto la mayoría de las veces el lugar en que nos posicionemos u ocupemos se verá influido por factores meramente sociales y no relacionados con el CI.
El CI proporciona pocos datos que expliquen los diferentes destinos de personas con aproximadamente las mismas posibilidades, estudios y oportunidades.
Se estudio a un grupo de alumnos en Harvard hasta que alcanzó la edad mediana. Los hombres que habían obtenido las puntuaciones más elevadas en la facultad no habían alcanza¬do demasiados éxitos en términos de salario, productividad y categoría profesional en comparaci6n con los compañeros que habían obtenido menor puntuación. Tampoco habían obtenido las mayores satisfacciones en su vida, ni la mayor felicidad en las relaciones de amistad, familiares y amorosas.
“Aunque un CI elevado no es garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad en la vida, nuestras escuelas y nuestra cultura se concentran en las habilidades académicas e ignoran la inteli¬gencia emocional”, por tal motivo no desmeritemos la importancia de nuestras habilidades y actitudes ya que algunas veces le damos prioridad al plano académico, aunque esto no signifique que no sea importante.
Las particularidades de la inteligencia emocional son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de permanecer con firmeza a pesar de los posibles fracasos, de controlar los impulsos, de diferir las subvenciones, de regular nuestros propios cambios de ánimo, de evitar que la angustia obstruya con nuestras facultades racionales y la capacidad de ser empáticos y fiarse en los demás.
Daniel Goleman, distinguido psicólogo destaca que la inteligencia emocional se logra organizar en cinco capacidades:
La autoconciencia (capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo), el control emocional (regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización), la capacidad de motivarse y motivar a los demás conocer las emociones y sentimientos propios (autoconciencia), manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
Este grupo de habilidades alude a la Inteligencia Intra-personal, misma que se refiere a la autocomprensión, el paso a la propia vida emocional, a la gran variedad de sentimientos la capacidad de realizar distinciones de estas emociones y posteriormente ponerles nombre para recurrir a ellas como medio de interpretar y ubicar la propia conducta.
“La empatía (entender qué están sintiendo otras personas), y las habilidades sociales (popularidad, liderazgo y eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo)”, se refiere a la inteligencia inter-personal y es la que nos consiente el comprender al resto de las personas; Gracias a la inteligencia inter-personal podemos hacer nuestra propia elección de pareja y de nuestras amistades, lograr el éxito en el ámbito que nos desenvolvamos.
En lo referente a nuestro aprendizaje, las emociones pueden ser de gran ayuda o dificultad en el momento que iniciemos nuestro estudio, y es ahí donde caemos en el error acerca de la existencia de las buenas y las malas emociones que nos pueden conducir con optimismo y al entusiasmo, y las malas nos llevarían a actuar con miedo o ansiedad.
Es necesario tomar en cuenta que también el optimismo lograría transformarse en sobreestimación al creer que ya dominamos todo y ponemos una confianza extrema en que todo saldrá perfectamente, por ejemplo, cuando vamos a realizar un examen descubrimos dolorosamente que otros compañeros han obtenido mejores resultados que el propio.
La ira puede indicarnos una energía positiva de rebeldía frente a un revés y si ella no es excesiva o incontrolable, es mucho mejor que el desgano, la apatía o la depresión, sentimientos que pueden florecer posteriormente de un hecho desfavorable y que no nos inclina a la acción.
La ansiedad nos muestra cierto grado de estrés que nos dispone para la acción; la ausencia total de ansiedad sería un tremendo control de nosotros mismos, que nos otorga tranquilidad, algo que es raro de ver; pero también su ausencia podría indicarnos también pereza o antipatía, y más aún inconsciencia ante el reto que vayamos a afrontar.
Algo que sin lugar a dudas acecha muchas veces nuestra existencia es el miedo, aunque en ocasiones es una excelente señal que revela la discordancia entre la amenaza que afrontaremos y los recursos con los que contamos para darle solución. Sin embargo, nuestra confusión lo ha convertido en una emoción negativa que debe ser ignorada o excluida. La inconsciencia de lo que puede representar esta importante señal que es el miedo, podría hacernos fracasar en nuestros estudios, justamente por creer, otra vez que el optimismo o la confianza propia son siempre válidas y el miedo nunca lo es.
Dentro de los elementos positivos al momento de realizar nuestros estudios es el equilibrio emocional que nos permite valorar con eficacia el estado anímico que estamos viviendo. Distinguir el optimismo correcto del que puede estar fuera de lugar, la ansiedad que nos induce a la acción de la que nos aterra, la rabia que nos hace avanzar
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