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Equinoterapia


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  2.770 Palabras (12 Páginas)  •  298 Visitas

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EQUINOTERAPIA

¿Qué es la equinoterapia? En el siguiente ensayo buscamos dar respuesta a esta pregunta informando sobre la equinoterapia, las características de los caballos usados para la rehabilitación y las diferentes técnicas terapéuticas, las disciplinas que se integran en ella y las áreas de salud en las que influye positivamente, así como la duración y costo de las sesiones, el medio ambiente donde se desarrolla la equinoterapia, y finalmente hablaremos de su historia.

La Equinoterapia es un método terapéutico y complementario que utiliza al caballo y su medio ambiente buscando la rehabilitación, integración y desarrollo físico, psíquico, emocional y social de la persona con necesidades especiales a través de un abordaje interdisciplinario (Pellitero, Kiwitt, & Gurini, 2006).

Así pues, entre las diferentes especies del reino animal domesticadas por el hombre, el equino por sus características morfológicas, de desplazamiento (biomecánicas) y atributos sensoriales perceptivos, hacen de esta especie una fuente de recursos terapéuticos inagotables, para diversas patologías que pueden comprometer la salud del ser humano. (Pellitero, Kiwitt, & Gurini, 2006). Las características que se deben tomar en cuenta para que un caballo sea apto para desempeñar este tipo de terapia son: temperamento, entrenamiento, conformación morfológica y raza (García Sarabia, 2010).

La división de la equinoterapia en áreas (hipoterapia, monta terapéutica y equitación como deporte para discapacitados) está dirigida para los diferentes cuadros clínicos con estrategias requeridas por cada una (García Sarabia, 2010).

La hipoterapia maneja dos clasificaciones: pasiva y activa. En la hipoterapia pasiva se trabaja principalmente al paso del caballo y no requiere de ninguna acción del paciente. En ocasiones será necesario utilizar la monta gemela que sirve para que el terapeuta de soporte y la alineación adecuada al sentado del paciente (García Sarabia, 2010). Un caballo al paso transmite al jinete 110 impulsos por minuto en una serie de oscilaciones tridimensionales como son avance y retroceso, elevación y descenso, desplazamiento y rotación (CERLA, 2013).

En la hipoterapia activa se suman la realización de ejercicios neuromusculares que estimulen en mayor grado en tono muscular, la coordinación psicomotriz, la simetría corporal y el equilibrio. El paciente no domina al caballo y no puede manejarlo solo en la pista, por lo que deberá ser guiado por el terapeuta utilizándolo al paso y al trote. En ambos casos la monta se realiza sin silla o albardón para que aproveche el calor corporal, los impulsos rítmicos y el patrón de locomoción tridimensional del caballo. Las sesiones terapéuticas se imparten individualmente y no deben rebasar los 30 minutos (García Sarabia, 2010).

Se utilizan diferentes modos de mover al caballo: el paso es el que el caballo usa para desplazarse sin prisa, es un movimiento rítmico y lento, lo que convierte al paso en un movimiento relajante. Es una marcha diagonal a cuatro tiempos, es decir, se necesitan cuatro movimientos diferenciados del caballo para completarlos.

Figura 1. Marcha del caballo al paso.

El trote es una marcha de dos tiempos (sin contar la suspensión) en el que el caballo se mueve por bípedos diagonales con un momento de suspensión. El efecto del trote sobre el cuerpo del paciente es muy diferente al paso debido a la suspensión, que hace que los impulsos que emite el lomo del caballo sean marcadamente más fuertes.

Figura 2. Marcha del caballo al trote.

El galope es la marcha más veloz que usa el caballo. Es una marcha de tres tiempos y siempre hay una mano que se adelanta más que la otra.

Figura 3. Marcha del caballo al galope.

El andar del caballo produce un movimiento multidireccional llamado movimiento tridimensional que ejerce efectos kinésicos – terapéuticos, movilizando el centro de gravedad del jinete con una cadena variable, rítmica y repetitiva. Es un movimiento que resulta ser el único en el mundo animal que produce un estímulo neurológico semejante al caminar humano. Además, el contacto con el caballo aporta facetas educativas y terapéuticas a niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad (Pellitero, Kiwitt, & Gurini, 2006). La variabilidad de la marcha del caballo posibilita terapéuticamente graduar las sensaciones que recibe el jinete. Esto supone que el paciente no se enfrenta pasivamente al movimiento, sino que se ve obligado a reaccionar frente a una serie de estímulos producidos por la marcha del caballo (CERLA, 2013).

El control necesario de la cabeza y la falta de coordinación del tronco se adquieren por medio de la práctica de la marcha, de aquí la importancia de la equinoterapia, ya que rompe el círculo vicioso al ofrecer el patrón de marcha en forma sentada sin requerir el uso de las piernas. Este patrón fisiológico se graba en el cerebro y con el tiempo se automatiza posibilitando su transferencia a la marcha pedestre. El movimiento sucede alternadamente en un ritmo de cuatro tiempos mientras se mueve el caballo en paso, y en un rito de dos tiempos si se mueve en trote. La sensación de avanzar, caminar o correr hacia adelante, directo y sin obstáculos ejerce gran influencia positiva sobre los estados depresivos o angustiados (García Sarabia, 2010).

El valor fisioterapéutico del calor corporal radica en que la temperatura corporal del caballo es de 37.5 – 38.5°C, y puede incrementar después del movimiento hasta 41.5°C. Al ser mayor que nuestra temperatura se utiliza como instrumento calorífico para distender y relajar la musculatura y ligamentos, así como para estimular la sensopercepción táctil. Para este efecto se monta sin silla o albardón, y si es posible en contacto directo con el dorso del caballo, esto permite que el calor se transmita desde el lomo y los costados del caballo hasta el cinturón pélvico y a los miembros inferiores del paciente permitiendo el relajamiento de los músculos aductores, los músculos del muslo y glúteos. Esto provoca una liberación del cinturón pélvico, que adquiere más elasticidad y flexibilidad, y recupera así su posición vertical correcta y su funcionalidad. Es también un instrumento en el área psicoafectiva, uniendo la temperatura corporal con el movimiento suave y rítmico del caballo, lo cual causa la sensación de ser mecido, lo que genera sentimientos

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