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Es divertido aprender


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2011  •  Tesis  •  2.218 Palabras (9 Páginas)  •  595 Visitas

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Es divertido aprender

El momento adecuado para tratar de enseñar algo a alguien es cuando esa persona quiere aprender y eso solo lo decide ella. Eso quiere decir que la motivación es un factor sustancial para aprender pero que raramente se tiene en cuenta. Los profesores, padres o jefes creemos que los alumnos quieren aprender lo que nosotros les queremos enseñar y eso no es exactamente así, todos quieren aprender lo que a ellos les interesa. Cuántas veces nos decimos "si hubiese sabido en ese momento lo que sé ahora". Somos lo que hemos aprendido y seremos lo que seamos capaces de aprender. Cuando eras niño, ¿Te interesaba aprender el catecismo o la revolución francesa?

Es muy relevante reconocer cuando se dispara el aprendizaje: Las personas somos un conjunto de expectativas; cuando dichas expectativas se cumplen, no reparas en ello y continuas adelante pero cuando no se cumplen es cuando se abre la ventana del aprendizaje porque es justo en ese momento cuando estás dispuesto a entender por qué y por tanto a aprender. Se puede decir que el aprendizaje surge de la confusión.

Este tema es de mi interés ya que en muchas ocasiones oímos decir que con el juego se aprende de una manera más fácil sin embargo no siempre lo tenemos en cuenta. Por la experiencia que he tenido a lo largo de mis observaciones en los diferentes niveles educativos me he dado cuenta de la demanda que hacen los alumnos hacia él sin importar la edad.

¿Existe el juego educativo?

Jugar es acción, es hacer, y es un hacer saludable, indispensable para vivir, pensar, crecer y desarrollarse. El juego es vivencia. El aprendizaje también. Jugar es cosa seria. Y siempre puede ser un placer desafiante, incitante y formativo. Pero, socialmente se considera que el tiempo dedicado al juego es tiempo perdido para el aprendizaje. De aquí parto para decir que mi transfondo es desde el punto de vista educativo ya que el juego es un estímulo y fortalecimiento para el aprendizaje, gracias a él se pueden desarrollar competencias en el niño

El juego es una actividad fundamental en el desarrollo del niño, hasta tal punto que va a influir tanto en su capacidad posterior para adquirir y asimilar nuevos aprendizajes, como en su futura adaptación a la sociedad imperante. El juego podría considerarse una actividad social por excelencia, en la cual pueden verse claramente reflejadas las características del pensamiento, emoción y sentimientos infantiles.

Toda la actividad humana surge de una necesidad innata de explorar y controlar el entorno, aumentando a su vez la motivación y la iniciativa, de tal forma que tanto los bebés como los niños de corta edad, aprenden a través del juego multitud de papeles distintos por medio de la observación y la imitación que les será posteriormente de gran utilidad en su vida adulta.

Tal y como piensan hoy día un gran número de psicólogos y educadores, la infancia no es un simple paso hacia la edad adulta, sino que tiene un valor concreto en sí misma. Actualmente se admite que en la infancia se encuentran muchas de las claves de lo que será la persona en un futuro. Esta afirmación ha sido especialmente apoyada por Sigmund Freud cuando afirmaba que "todo hombre es su infancia".

Podrían establecerse, según Piaget, tres fases que marcan el desarrollo evolutivo del niño: en el período sensoriomotor, que cubre desde el nacimiento hasta los dos años, el juego es un placer fundamentalmente sensorial y motor, es decir, el niño mira, toca, chupa, huele, golpea, manipula y se lleva a la boca todo lo que aparece en su campo de acción. Por tanto, esta etapa se caracteriza por la repetición, la práctica, la exploración y la manipulación. Esta conducta progresa posteriormente hacia el juego realizado con objetos (por ejemplo amontonar cubos, armar puzzles sencillos, insertar anillas, etc.).

En el período simbólico o preoperatorio, que va desde los 2 a los 7 años, el juego es, además, una actividad simbólica. El niño todavía presenta grandes dificultados para superar el egocentrismo intelectual, es decir, presenta una incapacidad para ponerse o entender el punto de vista del otro, creyéndose todavía el centro de todo su mundo y siendo incapaz de comprender que la atención de sus padres, por ejemplo, no es una propiedad exclusiva de él.

A partir de los 7 y hasta los 12 años, el niño pasa al estadio de las operaciones concretas, en el cual comienza a desaparecer el egocentrismo de la fase anterior. En esta fase, es ya capaz de realizar operaciones mentales interiorizadas y reversibles. Por ejemplo, un niño de 7 años es capaz de entender que el contenido de un vaso de agua, es el mismo aunque se haya vaciado en un recipiente de tamaño o forma distinta. En este período, coincidente con el nacimiento de la inteligencia lógica, el juego se convierte finalmente en un juego reglado. Por tanto, llega un momento en que la característica esencial de los juegos, es que sus componentes se someten a determinadas reglas o normas. Este momento según Piaget, está vinculado al nacimiento del juicio moral y la autonomía en el niño. Según este autor, las reglas o normas en el juego en los niños menores de 7 años, son consideradas como sagradas, intangibles y de origen transcendente, sin embargo, a partir de esa edad, los niños ven en la regla un producto del acuerdo entre iguales, admitiendo, por tanto, la posibilidad de modificaciones si hay conformidad en el grupo.

A partir de los 12 años, el niño entra en el estadio de las operaciones formales, en el cual ya ha adquirido el pensamiento abstracto, o también llamado pensamiento científico.

El camino para lograr el aprendizaje es un proceso interno, impulsado a través del deseo o la necesidad de hacer conocido aquello que despierta interés o interrogantes. Este proceso es individual, en cada niño y se realiza utilizando todas aquellas experiencias que han ido percibiendo y que le han resultado eficaces en el tiempo transcurrido desde el nacimiento hasta su momento presente.

Podemos decir que el juego como expresión del proceso cognitivo en particular y del desarrollo en general, es un espacio donde se produce la acción y la representación del conflicto cognitivo, la perturbación responsable del desequilibrio, la permeabilidad frente a elementos nuevos que asimilar, y el ajuste acomodatorio de las estructuras (Ortega 1992). Además, es una conducta representativa que se constituye alrededor de reglas en un marco social apto para adquirir conocimientos (Vygotski, 1988; Baquero, 1996).

Como adultos tendemos a pensar que el juego de los niños es demasiado infantil como para convertirlo en parte importante de nuestra vida, y no es así.

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