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¿Es posible transformar nuestro sistema educativo en pro de una sociedad reflexiva, independiente y autosuficiente?


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  1.492 Palabras (6 Páginas)  •  248 Visitas

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¿Es posible transformar nuestro sistema educativo en pro de una sociedad reflexiva, independiente y autosuficiente?

No basta con responder un monosílaba, se necesita un análisis profundo de esta concepción incluyendo las características de nuestra sociedad en el presente y sobre todo de su pasado para identificar los aspectos que se repiten conforme avanza el tiempo. Los problemas económicos que surgieron desde la Independencia hasta la actualidad por la desorganización en el gobierno y los conflictos que surgen cuando los acuerdos no se toman correctamente, pero nunca pensamos en los roles que juegan los integrantes de nuestra sociedad durante estos procesos, mucho menos el papel que puede jugar o jugó la educación en la realización de la historia de México.

La idiosincrasia del mexicano está plagada de vicios expuestos por los hábitos diarios que manifiesta, apoyado por la simulación en los diferentes eventos en que incurren: en el trabajo, en la familia, en la vida diaria y en su vida personal, sueña con crecer pero no tiene las herramientas para ejecutar sus caprichos, o éstos son superfluos o carentes de sentido espiritual o profesional, se basan en la satisfacción carnal, las fiestas a través del alcohol o la pereza por el cansancio de esforzarte a diario. Una cultura que nos ha puesto en el radiar mundial como un país compuesto por gente feliz, pero deshonesto, como principal espectador de la televisión, pero como uno de los últimos en exámenes de PISA en las materias de Español, Matemáticas y Ciencias, como un simulador, porque a pesar de que sus alumnos tienen una permanencia de siete horas en la escuela su calidad nunca se compara con la Finlandia a pesar de estar una hora menos que ellos, o por el hecho de que su población lee un solo libro al año a comparación de Japón que lee 12 libros. ¿Qué si esto permitirá que nuestro sistema educativo sea transformado?¿qué si es posible cambiar el chip cultural del mexicano?¿qué si es posible que aprendamos a aprender?¿qué si es posible que el mexicano disfrute su aprendizaje?

Desde una perspectiva de un escritor notable de nuestro país diría “lo que nos puede distinguir del resto de los pueblos no es la siempre dudosa originalidad de nuestro carácter —fruto, quizá, de las circunstancias siempre cambiantes—, sino la de nuestras creaciones” somos capaces de hacerlo pero depende de nosotros, según Octavio Paz. Y para comenzar a hacerlo y elevar nuestro nivel académico y de puntuación en exámenes de PISA es necesario tomar en cuenta las características socioculturales de la comunidad donde se ubica la escuela donde se trabaja: gobierno, religión, tradiciones, idiosincrasia y nivel educativo, porque tienen una influencia decisiva en el trazo de las metas en el proyecto de vida, situación que hace diferente a los mexicanos de los finlandeses que ya tienen a temprana edad objetivos a alcanzar.

Sociólogos como John Dewey – quien se ubica en el período de la recesión de 1929 en Estados Unidos – manifiesta que la operatividad de los conocimientos que se aprenden en el aula son herramientas formadoras de futuros ciudadanos que pertenecerán a una sociedad democrática, las estrategias que se empleen para dicho cometido deben estar sujetas a la utilidad y practicidad que tendrán en la vida real. La escuela pragmática o pragmatismo surgió a finales del siglo XIX y defiende este cometido al afirmar que “sólo es verdadero aquello que funciona”, tampoco significa crear ciudadanos robotizados, pues “si todo es uniforme nada se descubrirá de los niños”, simplemente se trata de dotarlos de estrategias que les permitan adaptarse al medio y sobresalir en él, beneficiándose por obvias razones la misma sociedad. Durkheim es otro sociólogo que afirma que la mejor sociedad moldea su pensamiento de acuerdo a las necesidades que éste manifieste transformar para adaptarse a los cambios, el fin máximo de todo espacio educativo es formar buenos individuos, no intelectuales, sino llenos de valores que la familia también reforzará, pues, la educación integral lo debe contemplar. El profesor sólo tomará parte de este proceso como una guía, un intérprete de las grandes ideas morales, un agente de cambio social, por ello debe tomar plena conciencia de su función social. Es relevante así, el papel que juega un profesor dentro de un aula, quien debe generar expectativas en los alumnos que antes no se había trazado, la mediocridad no debe formar parte de su repertorio, es indispensable que busque las estrategias motivadoras que impulsen los sueños de sus alumnos, a pesar de la diversidad de aprendizajes que pudieran presentar, y no sólo esmerarse en el logro de objetivos académicos por la aplicación de pruebas estandarizadas. Pues, según Rosa María Torres “hay consenso por parte de especialistas y estudiosos acerca de la crisis de la teoría clásica del currículum…” al elegir contenidos superfluos “y a la falta de atención a la relación entre conocimientos escolares y fenómenos extraescolares por una teorización excesiva” ( Qué y cómo aprender, pp. 18).

Es así como nuestro país se organiza, bajo ciertos

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