Eutanasia

La eutanasia o suicidio asistido es un tema que toca directamente la dignidad del ser humano ya que hay grupos que entienden o proliferan que una persona que ha quedado con muerte cerebral, cuadripléjica, que sufra de una enfermedad con dolores insoportables, en fin cualquier otra condición que implique no poder asistirse y cubrir sus necesidades por si mismo tiene el derecho o sus familiares lo tienen de elegir si desea seguir viviendo, independientemente de analizar que la vida la quita el ser supremo que la dio. La eutanasia o muerte asistida ha sido un tema tocado a nivel mundial y ha habido casos que han llamado la atención de la palestra pública y provocado que líderes religiosos den su opinión al respecto. Una de las más absurdas explicaciones que han ofrecido personas a favor del tema es precisamente que las personas tienen el derecho a morir con dignidad sin meditar o auscultar lo que Dios atravez de la Biblia dice al respecto sobre el tema. Primero uno de los diez mandamientos es no mataras y la eutanasia o suicidio asistido va en contra de este mandamiento sin importar que el enfermo este de acuerdo con el acto. Por último la Biblia nos dice de forma clara y precisa que Dios no dio la vida y es el único que tiene derecho a quitarla. Por lo que ningún ser humano tiene el derecho a realizar actos que vayan en contra a lo que Dios nos enseño atravez de su palabra.

La palabra eutanasia deriva de las raíces griegas eu, bueno, y thanatos, muerte, lo cual hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento.

La eutanasia es un tema muy polémico si se analiza desde diferentes puntos de vista, esto es: médico, filosófico, político, ético, moral, religioso, económico, etcétera, por lo cual el enfoque puede ser muy variado, dependiendo de la perspectiva que se maneje.

Por ejemplo, un médico que está relacionado con los diferentes tipos de enfermedades, principalmente terminales, sabe el curso que llevará equis padecimiento, y el grado de sufrimiento o dolor que le espera al paciente antes de llegar al desenlace final. Esto es difícil de percibir por el resto de la gente, y sólo el médico tiene esta visión y puede orientarse por optar por ayudar al bien morir, en lugar de un sufrimiento largo y prolongado.

En cambio, el religioso, por ejemplo un católico, se opondrá rotundamente debido a sus principios, que fueron recalcados por Santo Tomás de Aquino (“Dios da la vida y es el único que puede quitarla”, “el dolor humano es una oportunidad divina para aprender a purificarse”), lo que elimina cualquier posibilidad de eutanasia dentro de esta ideología.

Existen casos individuales, como el del inglés Bob Dent, de 66 años, que, después de haberle sido diagnosticado cáncer terminal, escribió una carta a la iglesia Episcopal Anglicana, donde manifestó su desilusión sobre la política dentro de la iglesia, diciendo: “Si usted difiere con la eutanasia voluntaria, entonces no la use, pero por favor no me niegue el derecho”.

Desde el punto de vista político, la situación es todavía más difícil y contradictoria, puesto que ahí intervienen varios factores en la toma de decisiones, entre los cuales están las leyes vigentes en tal o cual lugar (ciudad, país, etcétera), y se tiene que ajustar a éstas, debido a que las penalizaciones están muy claras y definidas.

Por ejemplo, en países como Canadá, algunos estados de los Estados Unidos (como Oregon), algunas áreas de Australia, Holanda y Japón, la eutanasia está aprobada legalmente.

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