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FROSTIG. MARCO TEÓRICO


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  Tesis  •  3.817 Palabras (16 Páginas)  •  712 Visitas

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FROSTIG. MARCO TEÓRICO

Autores Como Fuentes, (1999) Valett, (1988) y Frostig (1964) sostienen que el

aprendizaje cognitivo se construye sobre el aprendizaje visomotor y sugieren que las dificultades en el aprendizaje de la lectura, la aritmética tienen un origen perceptivo visual. De ahí la importancia de destacar el diagnostico precoz de deficiencias en la percepción visual

Frosting y Horne (1964) consideran que la percepción es una función psicológica primordial que consiste en la interpretación e identificación de las impresiones sensoriales correlacionadas con otras experiencias. Se produce en el propio cerebro, no en los órganos periféricos. Tanto retrasos en el proceso de maduración como lesiones cerebrales o factores genéticos y ambientales podrían producir incapacidad en la percepción visual. Suponen además que la mayor parte del conocimiento se adquiere a través de la percepción visual y que, por ello cualquier alteración del desarrollo de esta entre los tres y medio y los siete años y medio produce deficiencias cognoscitivas que incrementan las probabilidades de perturbación emocional y de dificultades de

aprendizaje.

En general, desde estos sistemas perceptivo-motores se enfatiza en la importancia de los procesos visomotores como requisito para la formación de conceptos y del pensamiento abstracto y para los aprendizajes escolares; en particular se resalta la importancia de esos procesos, tal y como son medidos por los tests disponibles (Bender 1938, Benton, 1963; Frosting, 1964; Koppitz, 1981, entre otros).

1. Coordinación ojo-mano

Mide la habilidad para dibujar líneas rectas o curvas con precisión de acuerdo a los límites visuales.

Definición de coordinación: Se puede definir de 4 formas diferentes, la palabra coordinación:

Capacidad neuromuscular de ajustar con precisión lo querido y pensado a la necesidad del movimiento o gesto concreto.

Control nervioso de las contracciones musculares en la realización de los actos motores.

Capacidad de sincronizar la acción de los músculos productores del movimiento, tanto agonista como antagonista, para que se intervenga en el momento preciso con una velocidad e intensidad adecuada.

Es la adecuada excitación muscular controlada por el sistema nervioso.

Es preciso prestar atención a la coordinación ojo-mano, por cuanto de ella depende la destreza manual indispensable para el aprendizaje de ciertas tareas escolares y un sin número de prácticas necesarias en la vida corriente.

El 90% de la población tiene una mano que es predominante sobre la otra. O se es diestro o se es zurdo. Solamente un 10% es ambidiestro.

También, con los ojos ocurre lo mismo y la mayor parte de las personas tiene un “ojo director” con el que “ven mejor” y un “ojo segundo” o “esclavo”. En general, no prestamos atención a esto, ya que, con ambos ojos abiertos, no se percibe diferencia. Sólo cuando, por ejemplo, debemos enfocar hacia determinado lugar, nos damos cuenta de que preferimos un ojo al otro.

Ahora bien, lo ideal es que coincida nuestro ojo director con nuestra mano predominante. Se facilitarán las habilidades que requieren de la mano y el ojo en conjunto. Incluso, esto influye en el aprendizaje de la lectoescritura, aunque no llega a ser determinante en casos de dislexia como se creía hace algunos años. En más de un 50% de la población, la coordinación ojo-mano es correcta y derecha. En un porcentaje de alrededor del 30%, es zurda de mano y ojo director. El resto presenta lo que se denomina “ dominancia cruzada”, o sea, que un mano derecha predominante se acompaña con un ojo director izquierdo o viceversa.

Esto ocurre, por ejemplo, en casos en que, independientemente de la coordinación cerebral, una mano se encuentra en mejores condiciones de habilidad que la otra o que el ojo que iba a ser director tiene un problema de, por ejemplo, astigmatismo, lo que hace que, desde bebé, se

prefiera automáticamente el otro ojo y el tiempo lo transforme en “ojo director”.

La coordinación mano ojo involucra realizar actividades en las que tus manos y tus ojos trabajen juntos.

Los ejercicios de coordinación óculo-manual y de destreza segmentaria con estímulo visual, se orientaran hacia disociaciones cada vez más finas. Sobre este trabajo, el lanzar y tomar al vuelo una pelota constituye un elemento de gran valor y alcance educativo. Lanzar una bola, enhebrar una aguja y dibujar imágenes son actividades que requieren coordinación mano ojo en un cierto grado. La mayor parte de esta habilidad es desarrollada cuando somos jóvenes y estamos en la escuela.

Atrapar una bola es una hazaña atlética que tu hijo puede dominar al practicar la coordinación ojo-mano. Las competencias atléticas pueden extenderse a darle mayor confianza y esto sólo se logra a través de la práctica constante.

Las mismas habilidades pueden mejorar el rendimiento en la escuela debido a la capacidad de los niños a escribir más legiblemente.

Atrapar la pelota es uno de los ejercicios de coordinación ojo-mano más recomendables. La reproducción de un simple juego como el de atrapar y lanzar la pelota de ida y vuelta es una gran manera de mejorar la coordinación mano-ojo.

Dependen de esta capacidad acciones como: correr, golpear una pelota, saltar obstáculos, enhebrar una aguja, colorear y escribir, también colocar pinzas alrededor de caja de zapatos, cortar flecos paralelos, colocar gomets sobre puntos, juegos con los dedos, enhebrar cuentas, enroscar tornillos, trazar y colorear formas, abotonarse, verter líquidos, recorrer laberintos con lápiz, etc.

Hacer malabares es otro de los mejores ejercicios de coordinación ojo-mano. Uno puede incluso empezar con dos pelotas de tenis para la práctica, y luego aumentar la cantidad para mejorar la habilidad.

Los mejores ejercicios de coordinación ojo-mano son los que se dedican a todo el cuerpo y los ojos en la realización de una tarea. La práctica de deportes, por ejemplo, requiere usar una combinación completa de las habilidades de coordinación ojo-mano, y también mejora el equilibrio y la coordinación en todo el cuerpo.

Haz que un niño practique agarrar objetos a diferentes distancias para ayudarle a mejorar su coordinación. Por ejemplo, haz que tu hijo ponga dos bloques frente a él, uno a un

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