Fiscalía Local de Limache

Basándonos en la experiencia vivida dentro de la Fiscalía Regional de Valparaíso, en el área de Recursos Humanos, ha surgido la oportunidad de observar diversas actividades dentro de la nombrada institución. En el siguiente escrito, se dará énfasis al proceso de una de estas actividades, la cual corresponde a la selección de personal a cargo de nuestras psicólogas organizacionales guías. Dicha actividad correspondía a una entrevista en modalidad grupal, donde los postulantes aspiraban al cargo de recepcionista auxiliar de la Fiscalía Local de Limache. A los sujetos entrevistados se les presentó, en primera instancia, un caso (ficticio, creado por nuestras psicólogas guías) el que planteaba una escena en donde ellos eran los recepcionistas de la fiscalía, y mientras se encontraban desempeñando su rol, les surgían una serie de complicaciones con relación al público que solicitaba atención. Los postulantes al empleo, debían evaluar, ordenar por criterios según ciertas prioridades y dar solución a los diferentes temas presentados. En segunda instancia, debían realizar la misma tarea, pero con un caso diferente. Toda la actividad, era supervisada por una comisión, compuesta por dos psicólogas organizacionales, un alumno en práctica profesional de psicología y la administradora de la Fiscalía Local de Limache, los que debían realizar el perfil psicológico de cada participante, mientras éstos discutían el caso, basándose en los siguientes criterios de selección: trabajo en equipo, comunicación, productividad, trabajo bajo presión, etc.  para luego determinar quienes tenían las características más óptimas para el cargo, y posteriormente, citar a los seleccionados a una entrevista individual.

El hecho de poder haber asistido y observado dicha actividad, generó el poder recabar información fidedigna, sobre la que se pudo evaluar, interiorizar y, por sobretodo, reflexionar, pues los comentarios y decisiones al respecto, generaron cuestionamientos, opiniones contrarias y/o a favor de lo sugerido por las psicólogas. Ante lo cual, dada la información entregada por Andrea y Verónica, las psicólogas guías, sumada a la información que fuimos acumulando mediante lo observado a lo largo de nuestra pasantía, se logró un mayor conocimiento acerca de la compleja labor que llevan a cabo los psicólogos organizacionales en general y en específico aquellos que se desarrollan en el contexto de una fiscalía, en el área de recursos humanos. Este conocimiento, hizo plantearnos ciertos cuestionamientos con respecto a las directrices que guían la correcta ejecución del rol como psicólogo de esta área, en específico relacionado al tema de la ética que se sigue a la hora de desempeñar las diferentes tareas que se encuentran bajo el puesto de psicólogo organizacional.

Por esta razón, se decidió que para poder reflexionar qué cosas son consideradas como ejemplos de malas prácticas profesionales y según qué o quiénes, cómo saber en qué momentos lo subjetivo que pueda tener una evaluación de conductas durante una selección, no se escapa del profesionalismo requerido para realizar dicha calificación, y cómo la decisión tomada al final de ésta se ve influenciada por las características y preferencias del psicólogo evaluador; qué códigos éticos se encuentran implicados en la práctica psicológica organizacional en una fiscalía y cuáles son los conflictos más recurrentes en términos éticos, entre muchas otras interrogantes, se debe profundizar en el vínculo entre la ética y la selección de personal, más particularmente, para reflexionar en base a dicha actividad y cómo se ve afectado o influido el quehacer psicológico en este ámbito, por la ética.

Así pues, con respecto al rol del psicólogo organizacional dentro de la institución nombrada anteriormente, rescatando la importancia del pensamiento crítico en psicología, y en el quehacer del psicólogo, mencionaremos nuestra percepción acerca de la intervención en la estructura institucional con el fin de reflexionar respecto a la contrapsicología en las organizaciones, la  “homogeneización” y “normalización” de las prácticas institucionales, el papel de la modernidad en el quehacer psicológico (en torno a la concepción del bienestar individual y colectivo), vulneración de los principios éticos de los psicólogos propuestos por la American Psychological Association, y subjetividad en la labor organizacional; para finalmente, presentar el propio punto de vista con respecto a la temática abordada.

Para comenzar con el proceso reflexivo, es primordial dar una mirada en torno al quehacer del psicólogo organizacional, como individuo institucionalizado. Para ello, se procede a introducir la reflexión explicando la visión de una de las corrientes más duras en la producción de críticas hacia la psicología: la contrapsicología, la cual corresponde a un movimiento que juzga el rol que la psicología ha desarrollado históricamente al servicio de los grupos de elite, para conservar el status quo (Cea-Madrid &  López-Pismante, 2014). Esta corriente nos haría, por ejemplo, la siguiente pregunta, ¿Cuál es la función social del psicólogo en una institución, en este caso, Fiscalía Regional de Valparaíso, y más específicamente, en el área de Recursos Humanos? Naturalmente, una posible respuesta, estaría relacionada con la definición de comportamiento organizacional, el cual investiga el efecto que tienen los individuos, grupos y estructuras en el actuar dentro de las organizaciones, con el fin de aplicar dicho conocimiento para mejorar la efectividad de las instituciones. Sin embargo, sabemos que el concepto de efectividad no siempre se dirige hacia mejores condiciones laborales, o bien, hacia ajustes que permitan el desarrollo integral de los trabajadores de dichas instituciones, siendo realmente el principal enfoque institucional el logro de metas para mejorar la productividad. Las demandas laborales parecen ser cada vez más específicas, acorde a los cambios y la modernización tecnológica, así como también deben adaptarse a un mercado cada vez más exigente en cuanto a personal y aptitudes laborales. Entonces, ¿Cuál es el rol social de las psicólogas con las cuales realizamos nuestra pasantía? Si bien ellas se encargan de intervenir en situaciones que permitan un mejor clima laboral, que hace referencia a la percepción que los trabajadores y directivos tienen sobre la institución a la cual pertenecen, apuntando hacia la solución de problemas, cabe destacar la faceta negativa que representa su quehacer, pues en su tarea de suavizar las problemáticas generadas por el ambiente de trabajo, se han normalizado las consecuencias producidas por el capitalismo y exigencias de productividad. Por ejemplo, un ambiente laboral con alto índice de estrés, como es la Fiscalía, puede ser combatido por la intervención de las psicólogas organizacionales; lo que desde la contrapsicología, es normalizar las carencias humanas, y las falencias creadas por el capitalismo y liberalismo.

El hecho de estar constantemente exigiendo producción, hace recordar el fín último de la etapa moderna, el cual proclamaba que la manera de llevar un accionar ético, es produciendo conocimiento. Entonces, a pesar de que podría decirse que actualmente se está viviendo una etapa, más bien, posmoderna, parece ser que varias instituciones, en su mayoría latinoamericanas, han arrastrado valores propios de la modernidad. Y es que en Latinoamérica el problema de la modernidad, más puntualmente en la estructura organizacional, refiere a que ésta aboga al autoritarismo, en donde se debe estar siempre rindiendo ante una figura de superioridad, al igual que, como más adelante, se podría evidenciar en el espacio de pasantía. Todo esto es una representación de las dos caras que muestra la intervención psicosocial en un contexto moderno; en él se proponen como eje a seguir el bienestar, pero los métodos para llegar al ideal tienen tendencia, a más bien, “ocultar” el problema de fondo, es decir, que el real fin es producir en beneficio de determinada institución, pero asegurándose de aplicar medidas, a cargo de psicólogas organizacionales, que depositen en los trabajadores la supuesta sensación de bienestar laboral, sin ser realmente experienciada por ellos.

Ahora que ya se ha dejado en claro el rol del psicólogo, desde una perspectiva ética reflexiva, entraremos de lleno a la actividad de selección de personal y a su respectiva reflexión ética.

Una primera crítica, hace referencia a la capacidad del psicólogo para evaluar a un postulante basándose en una reducida cantidad de criterios, pues de no haber logrado interpretarlos de una manera adecuada, este podría hacer una selección errónea, introduciendo a un individuo a un espacio laboral no óptimo para él, generando un malestar en la persona y una baja productividad en su trabajo. Desde una intervención psicosocial moderna, el profesional psicólogo debería centrarse en fomentar el bienestar y desarrollo personal del trabajador, misión que difícilmente podrá cumplir a cabalidad considerando que sus superiores harán caer la responsabilidad de la baja productividad del nuevo empleado, al psicólogo organizacional a cargo. Es por lo anterior que el psicólogo se verá en una disyuntiva ética, pues, por un lado tiene su deber de profesional psicólogo, encargado de velar por el estado psíquico del equipo, y por otro lado, también es un trabajador más, que debe cumplir, y acatar normas institucionales, que limitan su actuar. O en otras palabras, “Una selección errónea de un individuo para un puesto de trabajo concreto puede implicar una importante disminución del bienestar de dicho individuo y de la calidad del trabajo producido” (Wadeley & Blasco, 1995, p.59). Un factor que podría acrecentar la posibilidad de tomar una decisión errónea, es el no considerar la cultura organizacional de la institución que, en sí, es el patrón general de conductas, creencias y valores compartidos por los miembros de una organización, por lo que

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