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Freud acerca de la психопатологическом el desarrollo de la alarma

canseco55Trabajo20 de Septiembre de 2012

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Freud señala la angustia como el síntoma más frecuente y más doloroso de los neuróticos, y la considera uno de los elementos clave en la psicopatología, tanto en su primera como en su segunda teoría .Porque debemos tener presente que, desde sus más tempranos trabajos, Freud tenía ya una determinada concepción sobre la angustia, con el cual elaboró determinadas hipótesis psicopatológicas que le permitieron ir avanzando en el descubrimiento de los procesos mentales normales y patológicos.

Luego, esos mismos descubrimientos lo llevaron a modificar su primitiva concepción de la angustia y a partir de 1923, como luego veremos, comienza a emerger su segunda teoría sobre nuestro tema.

Resulta bastante difícil abordar el estudio de su última teoría sin un conocimiento previo de la primera, por lo tanto vamos a comenzar nuestro estudio con ella. Las primeras hipótesis sobre la angustia aparecen en Freud entre los años 1893-1895, aún antes que formulara sus primeras hipótesis sobre aparato mental, sobre funcionamiento mental y su primera teoría de las pulsiones. Partiendo de sus investigaciones sobre las psiconeurosis y la actual neurosis piensa en esa época que la angustia es una transformación de la libido, cuando por alguna razón, ésta no puede ser descargada mediante una acción adecuada.

Las causas que pueden impedir las descargas adecuadas de la libido están clasificadas en dos grupos: somáticas y psíquicas.

Cuando la libido se ve impedida de descarga eficaz por una conducta corporal, mecánica, inadecuada como la masturbación, el coito interruptus, el coito reservatus, excitaciones frustras y otras situaciones similares se llega al cuadro de neurosis actuales, en que la libido es retenida a nivel somático y se transforma en angustia por falta de una descarga psíquica a adecuada . Cuando la libido se ve impedida de descarga por un conflicto psíquico previo que originó una represión de las vías de representaciones adecuadas para la descarga se llega al cuadro de las psiconeurosis, en que la libido es retenida a nivel psíquico y se transforma en angustia.

Entre los años 1900 y 1905, Freud formula sus primeras hipótesis sobre el aparato mental y las pulsiones. Ello le permite un estudio más profundo y preciso de la angustia. Vamos a detenernos un momento para recordar someramente esas hipótesis. En esta época Freud piensa al aparato mental como una estructura lineal, con un polo perceptivo y un polo motor. Lo considera constituido por tres sistemas, el inconsciente, el pre-consciente y la conciencia.

Concibe el funcionamiento mental sobre el modelo del arco reflejo. Los estímulos ingresan al aparato a través del polo perceptor, lo recorren siguiendo un determinado trayecto finalmente se descargan por el polo motor a través de determinadas inervaciones motoras. Los estímulos que ingresan al aparato pueden provenir del exterior del sujeto o del interior de su organismo. Estos estímulos interiores originados en su soma constituyen los instintos. La teoría de los instintos en este momento sostiene dos grupos de pulsiones: las sexuales y la del yo .La hipótesis del conflicto está planteada en los siguientes términos: las representaciones cargadas por las pulsiones del yo, se oponen a determinadas representaciones cargadas por las pulsiones sexuales, que buscan su descarga y la impiden muchas veces mediante la represión. Con estos elementos vamos a abocarnos al estudio de la primera teoría de la angustia. Freud define a la angustia como un afecto, como un estado afectivo y ¿qué cosa es un afecto?

Para entenderlo tenemos que recurrir al esquema del aparato mental.

Cuando un estímulo pulsional ingresa al aparato mental, lo recorre siguiendo un determinado trayecto y luego se descarga a través de una inervación motora. El pasaje de esta energía a través del aparato deja como consecuencia una modificación permanente del aparato mental que denominamos huellas mnémicas que constituyen la base de la memoria, y que consisten en el establecimiento de facilitaciones al pasaje de energía cuando un nuevo estímulo, del mismo tipo del anterior, ingresa al aparato, las facilitaciones previamente establecidas encaminan su decurso a través de las mismas huellas mnémicas que quedaron grabadas en el pasaje anterior y orientan esa estimulación hacia la misma vía de descarga que fue utilizada anteriormente . Freud describe un proceso que consiste en lo siguiente:

Un monto de energía ingresa al aparato, recorre un camino de huellas mnémicas previamente establecido, permanece en el aparato más o menos un tiempo y luego se descarga a través de determinadas inervaciones, ya también previamente establecidas, produciendo en esa descarga sensaciones de dos órdenes. Una de esas sensaciones consiste en la percepción de la acción muscular ejecutada y de la zona geográfica del organismo que entra en juego. La otra percepción correspondiente a esta vía de descarga pertenece a la serie placer-displacer, y otorga a esa descarga un tono característico.

Freud denomina de una manera un tanto imprecisa, a veces con la palabra afecto o a veces con la palabra estado afectivo a todo el proceso de carga, de ingreso de carga, de recorrido de la carga y de descarga con las percepciones acompañantes. A veces, casi la mayoría, utiliza la palabra afecto para designar solamente el proceso terminal de descarga y de percepción de la descarga. Estos dos órdenes de percepciones, la correspondiente a la acción motora y la correspondiente al tono placer o displacer, constituyen los sentimientos o las emociones y son las que permiten distinguir e identificar a cada uno de los afectos. Cada persona es capaz de decir que siente afecto, que siente excitación sexual, que siente enojo, que siente hambre de acuerdo con las percepciones de determinada zona corporal y de determinado tono afectivo. Bueno, tomemos en cuenta que esto quiere decir un afecto. Conservemos la noción de que afecto implica una recarga y una descarga de un camino de huellas mnémicas ya establecido, o dicho de otra forma, la repetición de una experiencia previa. Y que la angustia es un afecto.

El estímulo que grabó en el aparato el primitivo camino de huellas mnémicas, la experiencia previa cuya repetición constituye el afecto- angustia, es, según Freud, el nacimiento.

El afecto angustia reproduce la temprana impresión el acto del nacer, del conjunto de sensaciones de displacer, tendencias a la descarga y sensaciones físicas, prototipo de la acción de un grave peligro sobre nosotros. La causa de la angustia que acompañó al nacimiento fue el enorme incremento de excitación por la irrupción del flujo sanguíneo de la sangre materna. La primera angustia fue, pues, de naturaleza tóxica y coincide con la separación de la madre. A este hecho hace referencia la etimología de la palabra angustia, que significa estrechamiento, angostamiento de la entrada de aire, ahogo.

En esta época Freud distingue una angustia real o realista de una angustia neurótica.

La angustia realista es independiente de las neurosis, es racional, es comprensible; se nos aparece como una reacción normal ante un peligro exterior esperado y previsto y está enlazada al reflejo de fuga. En realidad, la reacción frente a un peligro exterior es una mezcla de angustia y de acción defensiva. La acción defensiva es una manifestación del instinto de conservación; consiste la acción defensiva ante a un peligro real, en evaluar el peligro y las propias fuerzas y decidir entre la fuga, la defensa o el ataque.

La angustia real es una manifestación de la libido narcisista, consiste en la preparación para la acción defensiva, es la llamada preparación angustiosa o apronte ante el peligro. Esta preparación para el peligro consta de un incremento de la atención sensorial y de la tensión motora. La percepción del peligro externo provoca un incremento de libido narcisista que no alcanza a ser descargada y se transforma en angustia Si el desarrollo de angustia es restringido, la preparación de la angustia es útil y ventajosa, si es excesiva puede ser paralizante y perjudicial.

Esta vinculación de la angustia con el peligro, permite a Freud una aclaración más sobre la significación del concepto de angustia. En diversas oportunidades, a lo largo de su obra, se ocupa de delimitar el alcance de tres términos, ellos son angustia, miedo y sobresalto o terror.

Angustia designa el estado padecido por el sujeto haciendo abstracción del objeto que la provoca sin precisar a que se debe.

Miedo es la angustia referida a una determinada causa objetiva. Por ejemplo cuando estudiamos lo que ocurre con Juanito o en “El hombre de los lobos” decimos que tiene angustia, y cuando nos referimos a los que les pasa con los caballos o con los lobos, decimos que tiene miedo a los caballos o a los lobos.

Susto, sobresalto o terror, es el efecto que provoca el enfrentamiento con un peligro al que no se halla preparado por un estado previo de preparación de la angustia. En este sentido Freud dice que el hombre se defiende del susto o el terror por medio de la angustia.

Estuvimos conociendo la angustia real, veamos ahora la angustia neurótica. Freud considera, desde un punto de vista clínico, tres estados de angustia neurótica, caracterizados por su vinculación con la amenaza de peligro: la angustia flotante, la angustia de las fobias, y la angustia con carencia absoluta de relación con algún peligro.

La angustia flotante se nos presenta como un estado general de angustia libremente flotante, el paciente está permanentemente dispuesto a explicarse su estado adhiriendo constantemente su angustia a cualquier representación adecuada en ese momento y continuamente cambiante. Es

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