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Ideal, Identidad E Identificación


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2014  •  3.813 Palabras (16 Páginas)  •  228 Visitas

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Laura Suárez González de Araújo Ideal, identidad e identificación…

BAJO PALABRA. Revista de Filosofía

II Época, Nº 4 (2009): 47-54 47

Ideal, identidad e identificación. Aproximaciones desde lo inconsciente y lo político Laura Suárez GONZÁLEZ DE ARAÚJO Universidad Complutense de Madrid Recibido: 26/10/2009 Aprobado: 21/12/2009 Resumen

La presente comunicación tiene por objeto retomar el estudio del mutuo inferir de lo político y lo inconsciente en la sociedad actual, a través del análisis de lo que llamaremos el complejo I, tejido compuesto por los conceptos ideal, identidad e identificación. Sirviéndonos de parte de los aparatos teóricos de Lacan y Deleuze, se mostrará cómo el sujeto (en su inexpugnable performatividad y dependencia del Otro/otro social) se halla determinado por innumerables trazos de identificación colectiva autorizados por aquel que ocupa la posición de ideal en el sistema de producción-reproducción social y activados sobre el “acolchamiento” de los distintos significantes que configuran las significaciones imaginarias sociales dominantes y modelan los procesos de identidad. Con todo ello, se intentará mostrar el modo en que tales mecanismos se ven alterados progresivamente por la axiomática propia del capitalismo y cómo las respectivas formaciones de lo inconsciente y

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lo político (en sus múltiples articulaciones discursivas) han derivado en una triple crisis de esta red ideal-identificación-identidad que conduce a la expropiación de lo común de la comunidad misma y a la consiguiente alienación del sujeto en su propia forma de desear. Palabras clave: ideal, identidad, identificación, inconsciente, político Ideal, identity and identification. Approaches of the unconscious and the political Abstract The objective of this discussion is to continue the study of the mutual inference of the political and the unconscious in contemporary society, through the analysis of what I call The “I-Complex”, which is composed of the concepts „ideal‟, „identity‟ and „identification‟. Drawing partly on the theoretical apparatuses of Lacan and Deleuze, I will demonstrate how the subject (in his impregnable performativity and his dependence on the Other / social other) is determined by numerous traces left by collective identification, authorized by the person that occupies the ideal position in the system of social production and reproduction, and that is supported by the various signifiers that shape the dominant imaginary social significances and model the processes of identity. All of this will be used to show that these mechanisms are gradually altered by their own axiomatics of capitalism and how the respective formations of the unconscious and the political (in their various forms of discourse) have resulted in a triple crisis of the ideal-identification-identity network which leads to the expropriation of the ordinary of the community itself and the consequent alienation of the subject driven by his own desire. Keywords: ideal, identification, identity, unconscious, political 1. El psicoanálisis y lo político

Desde la afirmación aristotélica que señalaba al hombre como animal social por naturaleza, la filosofía política ha tomado a su cargo como una de sus principales tareas, el estudio del individuo en sus múltiples relaciones con los otros y las distintas configuraciones que este carácter eminentemente social podía articular de cara al vivir juntos de los hombres. Esta configuración de lo social, con su inmediata implicación del compartir palabras y hechos, es lo que puede ser designado con el nombre de espacio político. Así entendido, Hannah Arendt apuntaba en un pequeño texto1 que subvertía la traducción habitual del zoon politikon griego, que aquello que es político en el hombre no es su naturaleza o su esencia subjetiva, sino precisamente ese espacio entre, ese mundo que surge entre los diversos y que hace habitable el vínculo que los une, estando esa habitabilidad definida en último término por la capacidad de lenguaje. Este rasgo ontológico del hombre, cuyo ser necesita, justamente para ser, ser nombrado por otro, ha

1 Este planteamiento se encuentra desarrollado en Arendt, Hannah, ¿Qué es la política?, Barcelona, Paidós, 1993, pp. 45-57.

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sido el soporte desde el que distintas disciplinas de pensamiento, desde la metafísica trascendental hasta el materialismo marxista, pasando por la hermenéutica y la antropología, se han ocupado del análisis del individuo en su dependencia de la alteridad, una alteridad que ha marcado la inserción de este individuo-sujeto en el campo simbólico de su ex–sistencia y que conduce inevitablemente a la pregunta sobre el qué de lo político y el cómo de la política (cuestiones que supondrán en nuestro caso, el abordaje de la diferencia entre lo real y la realidad en el planteamiento de Lacan).

Por su parte, la teoría psicoanalítica asentada por Freud y cimentada sobre la hipótesis del sujeto del inconsciente, introdujo ya desde sus primeras elaboraciones la vinculación directa que la cultura (con sus exigencias políticas, sociales y económicas) mantenía con la configuración de la psique del individuo, una relación que además de afectar a la esfera consciente de sus palabras y de sus actos, se manifestaba de modo inconsciente por medio de formaciones sintomáticas de sustitución. Ya en el texto de 1908 sobre La moral sexual cultural, Freud atribuye los síntomas inconscientes propios de la nerviosidad moderna a la coerción impuesta por la moral cultural sexual sobre la vida sexual de los pueblos civilizados, coerción a su vez presentada (en ésta y a lo largo de sus obras) como necesaria y consecuente de cara al mantenimiento de la vida colectiva. Esta última dejaba así de poder entenderse sin la contemplación de los complejos inconscientes que, a la vez que requería (para su establecimiento), fomentaba (para su supervivencia y reproducción), motivo por el cual y al tiempo que el sujeto del inconsciente era concebido en el horizonte del sujeto de lo social, la clínica del caso vino inmediatamente acompañada de lo que se llamó una clínica de la cultura. No obstante, este planteamiento no quiere decir, como bien se encargó Freud

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