Innovación educativa como una alternativa a la nueva modalidad por COVID19

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Actualmente enfrentamos una pandemia a nivel mundial que nos ha afectado en  todos los ámbitos de nuestra vida y que al mismo tiempo nos pide más exigencia y compromiso en nuestros quehaceres, pisamos un mundo globalizado que muchas veces no queremos aceptar que debemos cambiar como personas pensantes que somos, es por ello que el sistema educativo tiene un papel importante en nuestra vida y como docentes debemos buscar alternativas que nos ayuden a mejorarlo y actualizarlo, para seguir caminando paralelamente con los avances y exigencias de esta globalización. 

Los docentes estamos expuestos ante muchos cambios en nuestra labor y muchas veces no queremos adoptar las nuevas modalidades por el simple echo de no salir de nuestra zona de confort ya sea por la edad (lo que le pasa a varias de mis compañeras) o por el miedo al cambio y llegamos a tal grado de la monotonía de estrategias que hemos implementados desde hace unos cuantos años sin tomar en cuenta que cada generación de alumnos es diferente y que eso implica ir modificando nuestro quehacer educativo porque todos sabemos que la educación ayuda a nuestra sociedad a ser mejores y se puedan desarrollar en su vida cotidiana.

Desde mi experiencia educativa, la innovación nos da miedo porque implica un cambio de nuestra modalidad de enseñanza, la implementación de la tecnología que en algunas ocasiones no la sabemos manejar adecuadamente. En mi escuela telesecundaria varias docentes son maestras con una gran trayectoria y a pesar de ello se han dado a la tarea de empezar a cambiar sus métodos de enseñanza, implementar herramientas y recursos, crear nuevos ambientes de aprendizaje y organización grupal y hemos visto buenos resultados al grado de lograr los aprendizajes esperados.

Es por ello que es de suma importancia que nosotros los maestros pensemos en la innovación educativa como una alternativa a la nueva modalidad y exigencias que enfrentamos y para ello debemos empezar a quitar las limitantes como es el miedo al cambio, la comodidad y en reconocer que impartimos un modelo educativo tradicional y conductista, en donde la memorización y copiado de información son las estrategias principales, dejando a un lado la educación critica, pensante y reflexiva, la cual es de suma importancia practicarla para dar un cambio positivo a la sociedad de hoy en día.

Aunado a lo anterior, la innovación no es una actividad puntual, es un largo trayecto en donde podemos reflexionar acerca de nuestros modelos educativos, nuestro quehacer en el aula, la cultura educativa, los diferentes modelos de enseñanza, las nuevas tecnologías y sobre todo, nos ayuda como docentes a recapacitar sobre nuestra labor y que es lo que estamos haciendo con ella y detectar esos errores que no nos ayuda a conseguir nuestros objetivos.

Cuando reconocemos que debemos cambiar esas estrategias que año con año vamos implementando como un camino seguro para nosotros, debemos dar el siguiente paso que es el fundamental, el de empezar a implementar la innovación en nuestro actuar educativo, pero para ello debemos saber que el innovar no es solo el echo de involucrar las nuevas tecnologías, ni copiar estrategias de otros docentes o hacer pequeñas modificaciones a nuestras actividades, el innovar es un camino más profundo y pensante.

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