Inteligencia Emocional

Inteligencia proviene del latín inteligere, que se compone de las palabras “intus” (Entre) y “legere” (Escoger); por lo tanto inteligencia hace mención a saber elegir.

El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española define la inteligencia como; “capacidad para entender o comprender” y como la “capacidad para resolver problemas”. Distintos autores, han definido la inteligencia de diversas formas, pero todas ellas convergen hacia un mismo punto.

- “Inteligencia es aquello que miden los test” (Boring, 1923)

- “La capacidad global y agregada de un individuo para pensar racionalmente, actuar intencionalmente y efectivamente con su medio” (Wechsler, 1958)

- “La habilidad de llevar al cabo pensamiento abstracto” (Terman, 1921)

Por lo general, la inteligencia es medida a través de test, entre ellos el más conocido el Test de inteligencia WAIS elaborado para evaluar la inteligencia global, comprendida como concepto de CI (coeficiente intelectual), de individuos entre 16 y 64 años, de cualquier raza, nivel intelectual, educación, orígenes socioeconómicos, culturales y nivel de lectura. Además existe La Escala Wechsler de inteligencia para niños WISC, que se utiliza para valorar la inteligencia y aptitudes intelectuales en niños menores de 16 años en el ámbito clínico y psicopedagógico.

El resultado de estos Test determina si las personas poseen un alto nivel de coeficiente intelectual o si se encuentran bajo del promedio. Esto las permite ubicar dentro de la campana de Gauss y predecir índices de rendimiento escolar, laborales o sociológicos.

Basándonos en esto, al ver la campana de Gauss es posible apreciar que solo el 2% de la población está dentro de los estándares de inteligencia que los determina como superdotados como Albert Einstein o Stephen Hawking. ¿Pero dónde se encuentran las personas capaces de sobre salir en otros ámbitos como Michael Jordan?

Howard Gardner en 1983 propuso en su libro “Múltiple Intelligences” que la inteligencia es la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas, pero amplia el campo de la inteligencia diciendo que la brillantez académica no lo es todo. Gardner define la inteligencia como una capacidad, pero no niega el componente genético.

En su teoría Gardner identifica ocho tipos de inteligencia aplicables a los distintos ámbitos de la vida, estas son; Inteligencia lógica-matemática, Inteligencia lingüística, Inteligencia espacial, Inteligencia musical, Inteligencia corporal- kinestésica, Inteligencia intrapersonal, Inteligencia naturalista. Cada una de estas es igualmente importante, pero no se les da el mismo valor en nuestra sociedad.

En nuestro sistema escolar, el énfasis está dirigido hacia la inteligencia lógico- matemático y la inteligencia lingüística, reduciendo todo a un pensamiento racional, abstracto y verbal propio del hemisferio lógico, pero este es solo un modo de pensamiento. Resulta normal que durante un discurso, una presentación en clases o simplemente una conversación cotidiana, las personas no estamos acostumbradas a prestar una atención continua y esto sucede simplemente porque nuestra sociedad desde que estamos el colegio nos adiestra continuamente a rendir bien en matemática y lenguaje restándole mayor importancia a las emociones; no es de extrañar que los niños constantemente estén llenos de problemas matemáticos por resolver y libros de lectura por leer. Por lo tanto asumimos que el aprendizaje de las emociones se da por supuesto.

Goleman nos dice que “las personas tenemos dos mentes una que piensa y otra que siente”. Visto de otro modo el pensamiento es un proceso con muchas caras entre ella la emoción, pero ¿Cómo pueden las emociones influir en la inteligencia?, ¿Qué relevancia adquieren

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