LA EVALUACION PSICOPEDAGOGICA
tererosique25 de Abril de 2014
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: LA EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA
Objetivos:
1. Conocer las particularidades de la evaluación en personas con ceguera o deficiencia visual.
2. Introducirse en las posibilidades de utilización de las diversas técnicas de evaluación.
3. Tomar conocimiento de las áreas que deben evaluarse en cada modalidad y etapa educativa.
4. Familiarizarse con los diversos instrumentos de evaluación, sus ventajas y limitaciones, así como reflexionar sobre lo que significa su uso.
5. Identificar todos los pasos que hay que realizar para realizar una evaluación psicopedagógica
Índice
Capítulo 3: la evaluación psicopedagógica
Introducción
3.1. Concepto de evaluación psicopedagógica
3.2. El proceso de evaluación
3.3. Técnicas de evaluación
3.4. Instrumentos
3.5. Bibliografía
3.6. Glosario
Introducción
La educación de una persona está sometida a factores cambiantes a lo largo del tiempo, lo que hace que sea un proceso dinámico. La evaluación psicopedagógica es imprescindible para la planificación de este proceso educativo. Constituye su punto de partida y su referente permanente, ya que facilita el feedback necesario para tomar cualquier decisión educativa. La evaluación es una responsabilidad compartida por las diversas personas que forman parte de la comunidad educativa. Psicólogos, pedagogos y técnicos, familiares, maestros, etc., cada una de ellas desde su rol, recabando datos o aportándolos. Han pasado los tiempos en los que la evaluación era el dictamen de un profesional experto. La complejidad de los procesos educativos, obliga a la participación de todos los agentes implicados, si queremos hacer un trabajo objetivo y honesto.
En este capítulo comenzamos con el concepto de evaluación psicopedagógica y describimos la práctica profesional cotidiana, de forma que pueda servir de guión a las personas que se inicien en estas tareas. Se exponen las peculiaridades que presenta la evaluación psicopedagógica en personas con ceguera o deficiencia visual que hace necesario el conocimiento de técnicas e instrumentos específicos para las distintas etapas y modalidades educativas. Estos aspectos diferenciales, pueden incluir la forma de comunicación personal con el alumno, las técnicas de evaluación, las áreas a evaluar y los propios instrumentos de evaluación.
Este tema está básicamente extraído del capítulo IV titulado "La evaluación psicopedagógica" cuyo autor es Checa, F. que se encuentra en el libro "Aspectos evolutivos y educativos de la deficiencia visual" de Checa, F; Marcos, M; Martín, P; Nuñez, A. y Vallés Arándiga (1999), de la colección Manuales editado por la ONCE.
.3.1. Concepto de evaluación psicopedagógica
Se entiende la evaluación psicopedagógica como un proceso de recogida, análisis y valoración de la información relevante, sobre los distintos elementos que intervienen en el proceso de enseñanza y aprendizaje (profesorado, alumnado, contenidos, y su interacción en el aula), para identificar las necesidades educativas de determinados alumnos, que presentan o pueden presentar desajustes en su desarrollo personal y/o académico, y para fundamentar y concretar las decisiones respecto a la propuesta curricular y al tipo de ayudas que aquellos pueden precisar para progresar en el desarrollo de las distintas capacidades (BOE, 1996). Por tanto, “la evaluación del alumno en el contexto de aprendizaje abarca tanto la información sobre su persona (historia personal y valoración multiprofesional, competencia curricular, estilo de aprendizaje y motivación para aprender) como su entorno (escolar y sociofamiliar), con el fin de determinar, a partir de tales datos, las necesidades educativas especiales, objeto de tratamiento individualizado” (Verdugo, 1995).
Por lo tanto, la evaluación psicopedagógica es la actividad que tiene como finalidad describir la situación de una persona con relación a un proceso educativo, facilitando un pronóstico y permitiendo una planificación de dicho proceso educativo lo más exitosa posible. Es una “fotografía” de la situación educativa del alumno y se justifica sobre la base de la necesidad de tomar decisiones, acerca del proceso educativo actual y futuro. El tipo de escolarización aconsejada, los objetivos educativos a programar, los recursos necesarios para su consecución, o la metodología del proceso de enseñanza/aprendizaje, son algunas de estas decisiones. Tales decisiones no son dicotómicas, sino cuantitativa y cualitativamente diferenciadas para cada alumno.
3.2. El proceso de evaluación
El proceso de evaluación puede llevarse a cabo en diferentes momentos de una trayectoria educativa, pero de forma genérica se realizará:
- Consecuentemente a la detección del nuevo caso
- Cuando vaya a producirse un cambio de ciclo o de centro
- Ante la aparición de problemas concretos
La evaluación psicopedagógica es una tarea individual y de equipo, que incluye los pasos que se describen a continuación.
Detección del caso: El conocimiento de un nuevo caso, puede llegarnos por diversos cauces, como son los hospitales u otros servicios médicos, equipos psicopedagógicos generales o específicos, centros escolares, etc. En la acogida o primer contacto personal con el caso, habrá que determinar su futura situación administrativo asistencial. En España, las Comunidades Autónomas, el IMSERSO y la ONCE, son los organismos de referencia. El acceso a los diversos servicios que prestan, depende inicialmente del grado de deficiencia visual.
El trabajador social del equipo específico de atención educativa a las personas con ceguera y deficiencia visual, canalizará esta primera información, en el marco de una entrevista. Será necesaria una evaluación oftalmológica por parte del oftalmólogo, y una primera evaluación del funcionamiento perceptivo visual por parte del psicólogo, pedagogo o profesor especialista, según el caso, como aproximación a las repercusiones psicopedagógicas de la deficiencia visual. Esta evaluación del funcionamiento visual la desarrollamos en el siguiente capítulo.
En el primer contacto personal, debemos atender especialmente la situación afectiva de la familia (Leinhass, 1992), facilitar una información inicial y aclarar las expectativas inciertas. Este aspecto, condiciona el hecho de que la primera entrevista no tenga un tiempo predeterminado, e incluso deba realizarse una segunda con este único objetivo, si fuera necesario.
Especificación de la demanda: Como paso previo a cualquier actuación, deberá específicarse claramente la demanda, como motivo que justifica la evaluación psicopedagógica. En todo caso, deberemos ayudar a formularla de forma clara y realista, ya que el trabajo que vamos a realizar deberá ceñirse a ella (Fernández-Ballesteros, 1986).
Recogida de información previa: Desde el momento que sabemos la existencia de un nuevo caso, debemos recoger los informes oftalmológicos, médicos, sociales o educativos de que se disponga. De esta forma, tendremos una primera información sobre algunas áreas que debemos conocer, al tiempo que se pone de manifiesto la conveniencia de evaluar otras. Evidentemente, no todo el contenido de estos informes es relevante para la evaluación psicopedagógica, pero evitaremos sorpresas si dedicamos unos minutos a su lectura.
En casi todos los casos, todo nuevo caso viene precedido de un informe social y un informe oftalmológico. El primero incluye datos de identificación, culturales, familiares, económicos, de vivienda, escolarizaciones, actividades y recursos sociales y primeras necesidades planteadas y observadas. El segundo, más escueto, informa acerca de la patología ocular, agudeza y campo visual, así como de la posibilidad de mejoría.
En el caso de los niños pequeños, frecuentemente existen informes médicos, consecuencia de las intervenciones sanitarias que suelen tener lugar tras detectarse la deficiencia visual. De ellos obtendremos datos sobre las circunstancias prenatales, perinatales y postnatales y una primera información acerca de otras posibles afectaciones físicas y tratamientos farmacológicos en su caso.
Es menos frecuente disponer de informes educativos, ya que este tipo de información suele ser verbal y, sólo en contadas ocasiones, acompañada del informe psicopedagógico de un equipo general del sector o del servicio de orientación psicopedagógica del centro escolar.
Selección de áreas e instrumentos: A partir de esa información inicial de que se dispone, se selecciona qué área es necesario evaluar directamente con el sujeto, de qué forma y con qué instrumentos. Informaremos a los interesados sobre el tiempo aproximado que necesitamos y las características del proceso, obviamente sin descender a detalles técnicos.
La selección de las áreas e instrumentos se selecciona exclusivamente, sobre la base del problema que motiva la demanda (Fernández-Ballesteros, 1986), las características del caso (nivel educativo, grado de visión, etc.) y el tipo de decisión educativa que tenga que tomarse (tipo de escolarización, sistema de lectoescritura, etc.) procurando siempre la mínima inversión de tiempo e incomodidades para el interesado o su familia. La frecuente dispersión geográfica de los afectados hace sumamente relevante esta aclaración ética.
Para lograr los objetivos de la evaluación, es importante hacer una buena selección tanto de las áreas como de los instrumentos. El resto del proceso de evaluación, así como las conclusiones que de él se deriven, depende directamente de ello.
Tabla 3.1: niveles
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