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La Dislexia Evolutiva En Educación Infantil.

Itzy8810 de Diciembre de 2013

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1. Introducción

A la hora de realizar esta investigación me plantee un problema claro y que me causaba cierto interés, ¿es posible prevenir la dislexia?

Según su etimología el término dislexia significa cualquier trastorno en la adquisición de la lectura. Sin embargo este concepto es muy amplio y en los últimos años se han hecho varias diferenciaciones sobre ese aspecto, hallándose otro tipo de trastornos en la adquisición de la lectura que nada tienen que ver con la dislexia.

Este trastorno específico de la lectura comenzó a estudiarse a finales del siglo pasado, concretamente en 1917 un oftalmólogo escocés llamado James Hinshelwood estudió a varios niños con dificultades en el aprendizaje de la lectura y describió con detalle las distorsiones específicas que les impedían reconocer o comprender las palabras escritas. En sus conclusiones Hinshelwood acuñó el término “ceguera congénita” pues consideraba que la causa más probable de estos trastornos de lectura se debía a un defecto congénito del cerebro que afectaba a la memoria visual de las palabras y de letras. Como podemos ver en su denominación de “ceguera congénita” introduce la posibilidad de la herencia genética como una causa de este trastorno.

Unos años más tarde, en 1928, Samuel Orton doctor y director del departamento de psiquiatría de la Universidad de Iowa, publicó un informe clínico describiendo las distorsiones lingüístico-perceptivas específicas de niños con dificultades importantes para la lectura. Orton dedicó la mayor parte de su carrera al estudio de los trastornos del aprendizaje pero más concretamente al estudio de los trastornos del aprendizaje de la lectura. Muchos de los niños que estudió invertían las letras y palabras en espejo, fue ahí cuando Orton concluyó en que esto se debía a que estos sujetos tenían una competencia de imágenes en ambos sentidos que vendría provocado por una dificultad para establecer la dominancia sobre uno de ellos. Definió esto como “estrefosimbolia” (símbolos invertidos), término que aún se tiene en cuenta al realizar estudios sobre la dislexia.

En 1956 Drew, basándose en sus estudios neurológicos, hablo de la ceguera verbal congénita, que según sus análisis se debería a un retraso en el desarrollo de los lóbulos parietales, este retraso perturbaría la integración y el reconocimiento de los patrones implicados en la lectura y daría lugar a la existencia de dificultades en el reconocimiento e interpretación de las palabras. Continuando con estos estudios, Critchley, neurólogo Inglés en 1970 recoge en su libro “el punto de vista que mantienen normalmente los neurólogos es que la ambilateralidad y la dislexia son expresiones de un mismo factor, llamado inmadurez del desarrollo cerebral”, podríamos decir que fue Critchley quien acuñó el término de dislexia del desarrollo, definiendo esta como la dificultad para asociar las letras y las palabras escritas con sus formas orales correspondientes, reflejándose esto en las rotaciones, omisiones, sustituciones, rotaciones y también los problemas de pronunciación y de análisis de la estructura de las frases.

A partir de esta época comienzan a darse otros enfoques al estudio de la dislexia centrándose no sólo en el aspecto neurológico, sino señalando también los trastornos de conducta de los niños disléxicos, por ejemplo, para Hirsch, el retraso en la dominación cerebral y los trastornos del lenguaje pueden reflejar una disfunción o un retraso en la maduración, en un estudio publicado por el en el año 1968 señala la importancia de las disfunciones neurológicas como la mala memoria para los detalles, la distorsión en la reproducción de configuraciones espaciales y los problemas viso-motores relacionados que indican confusión y desorganización cerebral.

En esta línea se centran también los estudios que Myklebust y Johnson realizaron en la Universidad de Northwestern en 1962, en los que definieron la dislexia como un síndrome complejo de disfunciones psico-neurológicas asociadas, como las perturbaciones en la orientación temporal, en el lenguaje escrito, deletreo, memoria, percepción visual y auditiva, habilidades motoras y aspectos sensoriales relacionados. También son ellos quienes diferencian entre dos tipos de dislexia que a nivel pedagógico deberíamos de tener en cuenta, la auditiva que se caracterizaría por la dificultad para discriminar sonidos de letras o reconocer pautas de sonidos, y la visual que presentaría dificultades para seguir y retener secuencias visuales, y para el análisis y la integración visual, reconociendo también los cambios o inversiones de letras y las confusiones entre palabras y letras como una de las características principales.

Más cercanos a la época actual se comienzan a establecer ciertas controversias a la hora de focalizar la dislexia como un trastorno que se debe en exclusiva a causas neurológicas. En 1970, un neurospiscólogo llamado Benton, recoge en su libro Introducción a la neuropsicología lo siguiente: “la base neurológica de la dislexia evolutiva continua siendo oscura. La hipótesis que establece que debe surgir necesariamente sobre una verdadera lesión cerebral no se ve apoyada por un número suficiente de pruebas concretas”.

2. Discusión

Como se puede ver aún hoy en día se sigue debatiendo acerca de la etiología de la dislexia, se barajan posibles factores emocionales, didácticos, pedagógicos, motores, de lateralidad, auditivos, visuales. Pero basándose en los estudios que se han publicado la teoría que ofrece más fiabilidad es la que señala que la dislexia está producida por causas biológicas.

La dislexia evolutiva es el trastorno de aprendizaje más común entre los niños, un estudio de Shaywitz señala que entre el 5 y el 17 por ciento de la población la padecen. Podríamos decir que la dislexia es un trastorno grave de la lectura que se caracteriza por un nivel de lectura muy por debajo de lo esperado en base a la edad cronológica, la inteligencia y la educación del sujeto que influye en su rendimiento escolar.

La CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), dice que el niño disléxico manifiesta de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, realizar rimas simples, denominar letras correctamente y para analizar o clasificar los sonidos, pese a disponer de una agudeza auditiva normal. Su lectura oral se caracteriza por sustituciones, adiciones o distorsiones de partes de un texto o palabras, omisiones, lentitud, falsos arranques, vacilaciones, pérdidas de seguimiento de un texto e inversiones de palabras en grases o de letras dentro de palabras.

Con respecto a la etiología de la dislexia es un tema que sigue abierto y que genera cierta controversia pues en su origen el estudio de la dislexia se realizaba desde una perspectiva neurológica, y hoy en día se señalan otros factores como los emocionales, pedagógicos, didácticos, motores, lingüísticos, etc. Aunque en la actualidad se disponen de los datos suficientes para definir como un trastorno psicobiológico, se ha llegado a esta conclusión apoyándose en diversos estudios que analizan las bases genéticas, neurológicas, neurofisiológicas y cognitivas de la dislexia.

- Base genética de la dislexia: Como he mencionado en la introducción fue Hinshelwood quien proclamó en primer lugar la posibilidad de una herencia genética que llevase a los niños a tener dislexia, hoy en día, este es un hecho más que refutado, los datos indican que las posibilidades de tener un hijo disléxico se multiplican por ocho en el caso de tener un padre disléxico, cuando en la población general este riesgo es de un 5%.

- Base neurológica de la dislexia: durante los años han sido varios los estudios que han realizado numerosos neurólogos para tratar de buscar algún tipo de anomalía cerebral que evidenciase la causa de la dislexia. En primer lugar varios estudios se centraron en el Planum temporale, que observaron mediante resonancia magnética y el cual parecía mostrar una irregularidad de tamaño del hemisferio izquierdo frente al derecho en personas disléxicas frente a la población general. Estos estudios no han sido replicados por otros. Datos recientes señalan que la presencia de anomalías en otras regiones del cerebro puede estar más ligada a la presencia de trastornos lectores que la región PT.

- Base neurofisiológica de la dislexia: cuando se investiga mediante técnicas como Electroencefalogramas, Potenciales Evocados Cerebrales, Magnetoencefalografías, Resonancias Magnéticas y demás pruebas que muestra la actividad del cerebro, en el caso de los niños disléxicos cuando realizan tareas léxicas se obtienen patrones de actividad eléctrica distintos a los de los niños de los grupos de control.

- Base cognitiva de la dislexia: el déficit fonológico se señala como causa principal de la dislexia, este déficit se trataría de la dificultades que muestran los niños disléxicos a la hora de realizar tareas que requieren una representación exacta y/o de manipular la estructura sonora de los estímulos del habla, como rimar, contar sílabas, etc. También se citan otros procesos cognitivos como la percepción visual y auditiva, la asociación viso-auditiva, el reconocimiento auditivo, el movimiento ocular, etc.

Dentro de las posibles causas de la dislexia hay una multitud de corrientes que tratan de justificar desde otros campos la base de la dislexia. Por ejemplo Borel presenta una teoría poniendo más énfasis en el aspecto verbal, y destacando la importancia de otros componentes como la desorientación espacio-temporal. Siguiendo sus teorías un 70 por ciento de los disléxicos

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