La Eutanasia

Introducción

La muerte ha ocupado en todas las épocas una posición central en la vida de las personas y por ende, en el pensamiento y la práctica médica. Su relación con el hombre ha sido cambiante de una sociedad a otra, mientras la cultura dominada por la tradición religiosa, que obviamente defiende la vida, aceptaba la muerte como límite del hombre y parte integrante de la condición humana.

La cultura de la modernidad, ansiosa por dominar el mundo, ha removido y combatido la muerte.

Desde que comenzamos a entender el significado de la palabra muerte, comenzamos también a temer el momento en que esta llegue, no solo a nosotros, sino también a aquellos seres que nos son tan queridos, como nuestros padres primeramente. Luego, con el decursar del tiempo, se suman a ellos nuestros amigos, nuestra pareja y algo muy preciado por todos, los hijos. Acudimos al médico ante la menor sospecha de enfermedad en algunos casos, y exigimos al mismo que tenga los conocimientos, la técnica y hasta los poderes infinitos para que no suceda lo que tanto tememos, esta es una reacción que nos parece lógica, pero ¿Por qué no luchar contra la muerte hasta vencerla?, ¿Es que con tanto desarrollo de la ciencia y la técinca en nuestros días, aún no somos capaces de vencerla?, ¿El médico no está en la obligación de curar a todo aquel que se enferme?, ¡Para eso estudió, por tanto, yo tengo el derecho a exigirle que cumpla con su deber más sagrado!.

Así discurre el pensamiento de gran parte de la humanidad en nuestros días, y esto nos ha llevado a conductas que no siempre han sido ni son las más adecuadas, una de ellas, la eutanasia, es de las más discutidas, y esto nos ha llevado a realizar este trabajo, con el objetivo de conocer el desarrollo de esta tendencia a lo largo de la historia de la humanidad y los dilemas éticos que plantea la misma a las sociedades actuales.

El debate en torno a la eutanasia, el suicidio asistido por el médico y las llamadas decisiones médicas en torno al final de la vida, ocupa un lugar sobresaliente en la bibliografía biomédica hoy. Las opiniones son variadas y contradictorias, dependiendo del trasfondo religioso, cultural y profesional de aquellos que participan en los debates.

La muerte es una parte inevitable del proceso vital, tan natural como nacer o crecer, aunque resulta mucho más dificil de afrontar. Cada persona adopta actitudes diferentes ante ella, que pueden ir facilmente desde la negación o la evitación de reflexionar sobre un hecho incuestionable, hasta la aceptación existencial. La postura individual del paciente (y de la familia) ante la idea de la muerte, fruto de sus experiencias, sus creencias religiosas y su situación concreta, influirá decisivamente en la forma de afrontar este proceso.

Situación Ética Contemporánea

Algunos sectores que tratan de imponer en la sociedad contemporánea una determinada idea del “progreso”, asociada únicamente al aumento del confort en el ámbito material o a una sofisticación tecnológica, la empujan, casi inconscientemente, a aceptar como “buenas” las actuaciones encaminadas a terminar con la vida de individuos cuyas condiciones vitales no sean consideradas suficientemente aceptables. Al igual que ocurrió con el aborto, actualmente se pretende despenalizar la eutanasia justificándolo como forma de evitar sufrimiento físico o moral a determinadas personas.

Es fundamental afrontar esta amenaza, mostrando las consecuencias negativas y destructivas que la eutanasia y el suicidio asistido tienen para la sociedad, así como potenciando el papel de los cuidados paliativos como prestación sanitaria, ya que los ciudadanos deben tener claro que eutanasia y cuidados paliativos son realidades opuestas.

Es tema de siempre, entre la sociedad, los puntos de vista tanto a favor como en contra de este método, sin embargo, ¿No es un poco arcaico el pensamiento sobre la utilización de la Eutanasia?

Los progresos científicos y técnicos en la lucha contra el dolor, tan propios de la era en la que estamos viviendo, nos pueden mostrar una falsa cara como sociedad frente a la aplicación del suicidio asistido, en la medida que se la presenta como en una forma más de luchar contra el dolor y el sufrimiento. Muchas personas apuntan a que la Eutanasia no es eso, sino eliminar al que sufre para que deje de sufrir. Y eso es incompatible con la sociedad en la que estamos desenvolviendonos actualmente, porque revela un desprecio profundo hacia la dignidad radical del ser humano. Una persona, no va a perder la dignidad por sufrir, lo indigno va a ser el basar su dignidad en el hecho de que no sufra.

Es más, muchas opiniones dictan de que

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