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Las técnicas y los recursos en la intervención psicomotriz


Enviado por   •  1 de Julio de 2020  •  Apuntes  •  2.302 Palabras (10 Páginas)  •  705 Visitas

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Las técnicas y los recursos en la intervención psicomotriz:

EL CUENTO.

Primeramente, me parece pertinente adentrarnos en el concepto de técnica y recurso, para ello tomare los aportes de diferentes autores.

Pappandrea (2008), Calmels (2011) y Marazzi (2013) sostienen que, para poder conocer, aprehender y apropiarse de una técnica, es necesario que el psicomotricista experimente, vivencie cada técnica en el propio cuerpo, a su vez, definen a la técnica como un conjunto de procedimientos para “hacer” la práctica, y que una técnica tiene la exigencia de tipo práctico, en tanto es necesario probarla, practicarla.

Asimismo, Pappandrea (2008) menciona que las técnicas hacen a la práctica, y que el modo de aplicación de cada una de esas técnicas da cuenta del fundamento de un saber en relación al cuerpo.

Calmels (2011) piensa al recurso como el reservorio personal de cada profesional, a su vez, son aportes que provienen de la experiencia personal, ligados no con la historia de la formación profesional en psicomotricidad, sino con las acciones, pasiones e intereses. Ubica que “para que una técnica o algo de una técnica, sea un recurso utilizable, es necesario haber sentido algún efecto en uno mismo, o en otros. Por otro lado, Marazzi (2013) adhiere a lo que propone el autor y sostiene que hablar de recursos técnicos es tomar partes de una técnica para volver a darles otro curso en función de un determinado abordaje. “Un recurso técnico se construye al haber tenido la experiencia personal de vivenciarlo, de fundamentarlo teóricamente y de pensarlo en función del trabajo con otro en la práctica profesional” (p. 8).

El recorrido por las diferentes técnicas que cada psicomotricista realiza en su formación permite recuperar recursos técnicos a partir de la historia corporal personal en esos aprendizajes notando sus marcas, influencias y perspectivas. Reconociendo qué variables psicomotoras están en juego.

Entonces puedo decir que cada técnica es parte de un proceso, de un recorrido, que un psicomotricista cuente con ellas arma caminos posibles, nos ofrece rumbos; a la vez, al tener cierta idea de por dónde ir, podemos ajustarlos y recrearlos.

En nuestra práctica no hay maneras definidas de abordar las diferentes problemáticas, se interviene y trabaja a partir de la experiencia, que a su vez al contar con diversos recursos los podemos utilizar y combinar de infinitas maneras dependiendo la persona con la que se esté trabajando. Pero sin las técnicas y recursos quedamos sin respaldo, teniendo que inventar en la marcha, sin recurrir a nada, pudiendo obstaculizar en vez de enriquecer y acompañar.

LOS CUENTOS Y LOS RELATOS

Contamos con los cuentos y relatos como recurso técnico. En nuestra practica ligamos al cuento con el juego y solemos emplear los relatos para sostener el jugar, al modo de un relator el psicomotricista puede ir narrando las acciones que hace el niño.

Marazzi, M () explica que cuando habla de cuento, dice también relato, historia, palabra. Palabra que ordena, que arma, que sostiene al cuerpo y al juego. Por otro lado, cuando dice juego, dice cuerpo en juego y cuerpo que intenta jugar, cuerpo en movimiento con otro y que busca al otro.

Tomando el decir de Marazzi podemos decir que el cuerpo necesita de la palabra y que la palabra necesita estar ligada al cuerpo, sentir la experiencia. La palabra ayuda a la construcción del cuerpo.

La psicomotricidad entiende y se ocupa de la relación del cuerpo con los otros; en algunos casos el cuento puede oficiar de Otro en la palabra del que lo cuenta.

Los cuentos acompañan nuestra infancia, nuestro crecimiento; muestran hechos en los que nos podemos sentir reflejados. También dan la posibilidad de imaginar, asomarse a lo distinto, a lo ajeno, a lo nuevo, a lo inventado. Los cuentos nos permiten procesar lo que la vida trae. Hay un vínculo entre los cuentos y juegos en la infancia.

Podemos decir que cuando se opta la angustia, que da valor dramático a una narración basada en temas de miedo: a ser devorado, perseguido, atrapado, encerrado, abandonado, perdido. Según cada niño algunas historias no tendrán final feliz, otras sí. Cada niño puede buscar su propia aseguración, por ejemplo, proponer cómo atrapa al lobo, cómo vencer al monstruo, entre otras escenas. Los temas de las historias surgen en el juego de los niños y que se refieren a angustias de persecución, o de pérdida.

Por último, Aucouturier explica: El narrador ha de saber utilizar las variaciones tónicas de su voz y de su gestualidad. Ha de saber acelerar el ritmo de la narración y hacer rupturas, lentificando o creando silencios. (2009;192) puede generar momentos de espera, de admiración, contemplación y de sorpresa, que hace resonar emocionalmente a los niños y niñas, sin intensificar la angustia, porque eso la aleja de la dimensión simbólica y los acerca al miedo real.

Los relatos

Hay libros que muestran las dificultades con las que se enfrentan los chicos y chicas al crecer. Son cuentos que recrean las sensaciones y sentimientos que los chicos van atravesando en su desarrollo y ayudan a que cada niño y niña se vean reflejados. No le ocurre solamente a él o a ella, ahí hay otros a los que le pasa algo parecido.

 Hay otros relatos que refieren la historia propia de cada niño y de cada niña, de su familia, con sus particularidades, con sus detalles.

 Hay una forma de relato que usamos en la práctica psicomotriz, para nombrar lo que se está jugando o para construir y sostener el despliegue del juego. Es la urdimbre entre cuerpo y palabra que permite andar al proceso terapéutico.

Cuentos tradicionales

Los cuentos tradicionales pueden ser usados como inspiración y entrada al jugar.  Es posible volver a contar lo que sucedió en la sesión al terminarla, un cuento armado a partir del jugar o una crónica de la sesión.

Estos cuentos nos vienen de más lejos, que han perdurado a través del tiempo, cuentos que han sido transmitidos oralmente de generación en generación. Son los cuentos tradicionales o cuentos populares.

Nos animan a soltar algunos personajes demasiado presentes, quizás demasiado protectores que nos impiden enfrentar los retos que se nos plantean, obstaculizando nuestro desarrollo. Nos invitan a resonar con otras historias, familiares y ancestrales, quizás no relatadas pero sentidas, presentes en el cuerpo.

Desde el aspecto terapéutico, los niños van al encuentro de esos personajes internos que pueden ayudarlos, iluminando una manera de procesar lo que se trabó.

Para fortalecerse, para afrontar con valentía, para despedirse o para saber esperar. Para permitir que los guerreros internos salgan a la lucha.  O para confiar en los valientes príncipes que guían a sus caballos adentrándose en la espesura del bosque enfrentando y venciendo al ogro o al gigante que les impide seguir el camino. Al decir de Calmels (2001), para que florezcan porque ya están preparados para hacerlo. Personajes que pueden ayudarlos a mirar con cariño, a aceptar y afrontar las partes pequeñas, las que no saben o tienen miedo.  

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