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MOTIVACION EN EL APRENDIZAJE

AngelinGlez4 de Octubre de 2011

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COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE MICHOACÁN

PLANTEL SANTA CLARA DEL COBRE

MOTIVACIÓN EN EL APRENDIZAJE

(ENSAYO)

ELABORÓ:

LIC. ANGÉLICA DEL ROCÍO GONZÁLEZ REYES

SANTA CLARA DEL COBRE, MICH., AGOSTO DEL 2003.

“NO ESTOY DE ACUERDO

CON LO QUE DICES.

PERO HASTA CON MI VIDA

DEFENDERÉ EL DERECHO

QUE TIENES

DE DECIR LO QUE PIENSAS.”

Voltaire.

I.- INTRODUCCIÓN.

Realmente el hacer educativo presenta una serie de complejidades que deberán ser resueltas de la mejor manera posible; en ello es determinante considerar que el hombre por sí mismo representa diversas posibilidades desde sus dimensiones biológicas, psicológicas y sociales, dando como resultado un ser único, difícil de estandarizar; por lo cual es de considerar una serie de acciones detenidamente sistematizadas en la acción educativa, para no perder de vista los medios y fines de dicho procedimiento. Sobre todo en el diálogo pedagógico, será un acto conciente y de compromiso social, no eludir la relación causa-efecto que caracterizan los actos de la enseñanza.

En este sentido todo aquel que se precie de ser maestro tendrá que ser sujeto de un aprendizaje constante, para hacer de su labor la expresión de habilidades, significativas que serán determinantes en la enseñanza, en donde la motivación ocupa un primer plano, tanto del que enseña, como del que aprende; no por ser el componente más importante en el proceso educativo, pero sí por ser el punto de partida del acto de enseñar y su resultado, el aprender.

Lo que la teoría educativa establece respecto de la motivación es que esta tiene implícita la posibilidad, las condiciones y los límites del acto educativo. Representa la razón de ser, poder y hacer; por impactar el desarrollo espiritual, moral e intelectual de los protagonistas del hecho educativo, al estimular percepciones y representaciones que crean y reproducen conocimientos en el docente, como en el alumno; en suma se enseña y se aprende con el principio de la motivación.

El proceso educativo implica planear, realizar y evaluar esa serie de acciones intencionadas, en donde la motivación produce un doble efecto: provoca la formación intelectual y pone en acción energías que perfeccionan la capacidad de aprendizaje, respecto al conocimiento e interpretación del entorno.

El alumno se encuentra en medio de los efectos de la vida biológica, psicológica y social. Entre ella se ha de realizar, con el dominio de la motivación el deseo para aprender a conocer, comprender, conservar y fomentar sus máximas expresiones. Lo que el alumno gana en el trato con la naturaleza, la esencia humana y la herencia cultural es de suma importancia y valor; por esto la motivación ha de provocar la adquisición del conocimiento, superado el efecto de los libros y la palabras, con experiencias y acciones concretas e incuestionables respecto de lo que se enseña y de lo que se aprende.

A Herbart corresponde el mérito de haber construido el primer sistema rigurosamente científico de la pedagogía y de haber colocado a la motivación como la piedra angular de la educación. En su oportunidad la definió a partir de dos perspectivas: la primera se caracteriza por ser asistemática, resultado de la condición sensorial-receptiva, posibilidad natural en el hombre; y, la segunda que es provocada, en relación dinámica de estímulos externos y respuestas concientes e inconscientes de eventos premeditados por el educador. Es de señalar que al respecto, múltiples argumentos de Marx, en relación con esta última, dan como resultado afirmar que en ella se encuentra determinada la Ideología.

Así, el propósito del presente ensayo, es poner a vuestra consideración la motivación sistemática e intencionada que realizamos cotidianamente en el aula con el objeto de optimizar el aprendizaje. Al caso, el punto inicial será el método, para concluir con la deducción; constatando del por qué son componentes implícitos e ineludibles en la motivación del aprendizaje.

MOTIVACIÓN EN EL APRENDIZAJE

II.- EL MÉTODO.

Se plantea la cuestión de qué camino seguir para una debida formación del conocimiento. ¿Qué procedimiento, qué método debe elegir la motivación para que se desarrollen las fuerzas del alumno y para que, con el menor esfuerzo posible, pueda construir sus saberes.

La visión del aspecto que exige la motivación en diversos tiempos transitan por cinco etapas:

La primera hace referencia a el campo de conocimiento como punto central. El alumno debe aprenderlo y dominarlo hasta donde le sea posible. El maestro debe dominar las asignaturas; las preocupaciones metódicas son superfluas. Tal fue principalmente el punto de vista medieval, respecto del método en la motivación.

La segunda se ubica en el siglo XVII cuando aparecen las propuestas didácticas de Ratke y Comenio. Intentan presentar la materia del conocimiento, valorando las capacidades del alumno e introducen así, en cierto modo, el factor psicológico a la motivación.

En la tercera haré referencia del siglo XVIII, en el siglo de la concepción del método educativo desarrollado en un primer momento por Rousseau y en un segundo por Pestalozzi. Este último señala que el aprendizaje debe ser motivado por la necesidad del alumno de conocer al mundo y resolver las múltiples interrogantes respecto de los fenómenos naturales y sociales.

En la cuarta etapa se consideran las propuestas de Herbart, continuador del proyecto didáctico de Pestalozzi; logrando un método pedagógico determinado por la motivación estructural, como el medio más eficiente para asegurar el aprendizaje.

La quinta etapa corresponde a los tiempos contemporáneos en donde la teoría educativa hace de la motivación su principal razón, para que el alumno aprenda por sí mismo, sea suficiente en la construcción de sus propios saberes; aprehendiendo y desaprendiendo.

En relación con el método didáctico, este es una reunión organizada de medidas didácticas que se fundan sobre conocimientos Psicológicos claros, seguros y completos, y sobre leyes lógicas, que realizadas con habilidad alcanzan el fin didáctico previamente establecido. Resulta de esto que es inútil cuestionar si existen uno o varios métodos. Un método ideal no ha sido todavía descubierto por nadie. El maestro no posee un método, esto es, conocimientos metodológicos, con lo que pueda apoyar eficientemente cada avance pedagógico. El culto del método se debe a la ausencia de pensamiento y el horror a la pereza de pensar. Especialmente los principiantes o los mal dotados naturalmente para la práctica docente harán bien en familiarizarse con los medios que la didáctica pone en sus manos. Crear nuestro propio sistema para la enseñanza y el aprendizaje es el reto; para ello no existe más que una sola regla: motivación para lograr que nuestra labor docente cumpla con su cometido.

III.- RELACIÓN DE LA MOTIVACIÓN CON LA PSICOLOGÍA Y LA LÓGICA.

La motivación considera a el conocimiento y al que aprende. El docente debe relacionar todas las condiciones bajo los cuales su alumno aprenderá más fácilmente, para desarrollar su personalidad, el carácter y el temperamento a través de la adquisición de conocimientos lógicos, producto del quehacer científico tecnológico y humanístico. Ahí la psicología se ocupa del espíritu del alumno. Pero la motivación tiene que obligar la libre actividad del educando para que pueda alcanzar sus propios fines.

La motivación impulsa al estudiante dentro de determinadas órbitas, naturalmente siempre observando la experiencia psíquica. Para la psicología es, en principio, indiferente cuanto dura un proceso espiritual, si cuesta mucha fatiga y si exige o no ciertos rodeos para realizarse. En cambio para la motivación tiene más importancia el proceso en sí que el resultado del trabajo espiritual: exige rendimiento del alumno.

De tal posición resultan los siguientes principios didácticos: Se debe enseñar de tal modo que el proceso mental del alumno conduzca a resultados lógicos, y que con ello crezcan las fuerzas psicológicas.

IV.- EL ANÁLISIS.

Una investigación científica consiste siempre, bien en la disociación de algo complejo en sus partes, o bien en la combinación de hechos simples para obtener resultados complejos. Análisis y síntesis son las formas más sencillas que intervienen en las operaciones mentales.

Tanto los objetos, los sucesos y las operaciones mentales se nos presentan como un todo complejo. Si disociamos conscientemente hechos en sus partes constitutivas, de modo que todos sus elementos apreciables simultánea o sucesivamente pueden ser examinados aisladamente, decimos que efectuamos un análisis. Dicho proceso cognitivo obliga la presencia de la motivación que puede ser el resultado de la forma, el contenido, el

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