Manejo de Contingencias

Principios teóricos

Los orígenes de las técnicas operantes se encuentra en el estudio experimental de las relaciones entre la conducta y sus consecuencias, este aprendizaje, aparentemente sencillo está mediado por una red de factores que van a determinar de forma importante su éxito o su fracaso. (Ruiz, Díaz y Villalobos, 2012).

Estos mismos autores mencionan que los fundamentos del condicionamiento operante comenzaron a ser extrapolados a los comportamientos de la vida cotidiana después de los años 60’s. Los principios de éste, explican la influencia que diversos estímulos y acontecimientos (es decir, antecedentes y consecuencias) ejercen sobre la conducta.

De acuerdo a Labrador (2001) algunos de los conceptos básicos relacionados con ella son:

• Respuesta Operante: R emitida libremente por el individuo, que genera cambios en el ambiente y cuya probabilidad de emitirse en el futuro está controlada por dichos cambios.
• Contingencia: Relación entre la conducta y los cambios ambientales que la siguen (consecuencias). Para que una C sea contingente con la conducta, debe aparecer sólo cuando se ha dado la conducta objetivo.
• Antecedente: Aquellas situaciones en las que ocurre una conducta particular.
• Consecuencia: Impacto que tiene la conducta sobre las relaciones sociales, u otros resultados personales en relación con el entorno
• Reforzador positivo: Estímulo cuya aparición contingente con la conducta hace que ésta se incremente, generalmente es un estímulo agradable para el sujeto (recompensa).
• Reforzador negativo: Estímulo cuya desaparición contingente con la conducta hace que ésta se incremente, estímulo aversivo o desagradable.
• Reforzamiento positivo: Proceso por el que se incrementa una conducta mediante la presentación contingente de un estímulo agradable.
• Reforzamiento negativo: Proceso por el que se incrementa una conducta mediante la eliminación de un estímulo aversivo o desagradable.
• Castigo positivo: Proceso por el que se reduce o elimina una conducta mediante la presentación contingente de un estímulo aversivo .
• Castigo negativo: Proceso por el que se reduce o elimina una conducta mediante la desaparición contingente de un estímulo agradable para el sujeto.

Procedimiento

• Reforzamiento positivo

Se utiliza cuando se quiere aumentar la frecuencia de una conducta ya existente en el repertorio conductual.

De acuerdo con Labrador (2001) y Martin y Pear (2008) los pasos que deben realizarse son:

Paso 1 Definición de la conducta: se debe seleccionar la conducta que se quiere aumentar, debe de ser específica por lo que debe de definirse en términos operativos, observables, mensurables  e inclusive se puede especificar cuándo y dónde se realizará la conducta.

Paso 2 Búsqueda y selección de reforzadores: los reforzadores pueden identificarse a través de entrevistas, cuestionarios o por observación.

Generalmente se utilizan varios reforzadores con la finalidad de evitar la saciedad. Estos reforzadores deben de cumplir con una serie de características, las cuales son:   deben de ser agradables para el cliente, estar disponibles en su medio habitual, deben de ser potentes y que puedan presentarse inmediatamente después de la conducta deseada.

Paso 3 Aplicación del reforzamiento positivo:  primero se debe explicarle el programa al usuario, para posteriormente reforzar inmediatamente tras la conducta deseada y al otorgarle el reforzador se debe describir la conducta deseada.

Paso 4 Independizar al paciente del programa: Si durante varios intentos, la conducta mantiene una tasa deseable, se puede eliminar gradualmente los los reforzadores tangibles  y mantener la conducta con reforzadores sociales. A la par se deben de buscar otros reforzadores naturales en el entorno que mantengan la conducta una vez que se ha conseguido aumentar su frecuencia.

Por último debe asegurarse de que la conducta se está reforzando de vez en cuando y de que se mantiene la frecuencia deseada, por lo que se deberán realizar sesiones de seguimiento.

• Reforzamiento negativo

Según Labrador (2001) y Martin y Pear (2008), estímulo negativo es un estímulo aversivo o desagradable para el individuo. Describen el reforzamiento negativo como el retiro, la reducción o la prevención de un estímulo aversivo con el objetivo de incrementar o mantener una conducta (por ejemplo: hacer la tarea antes de comer para evitar lavar los trastes)

Mencionan que dentro de este reforzamiento negativo se encuentran el escape y la evitación. El primero se refiere al retiro o la reducción de un supuesto estímulo aversivo con el objetivo de incrementar o mantener una conducta (por ejemplo: realizar los quehaceres del hogar para evitar un regaño). La segunda hace referencia a la presentación de un supuesto estímulo aversivo para el individuo, contingente a la no emisión de la conducta (por ejemplo: reprobar por no haber estudiado para un exámen).

Así mismo, sugieren algunas pautas para la aplicación de éste procedimiento:

• Especificar las conductas que se quieren modificar.
• Seleccionar uno o más estímulos aversivos y reforzadores positivos (que cumplan realmente su función con el paciente).
• Informar al usuario sobre las contingencias que se utilizarán.
• La presentación o retiro de estímulos aversivos debe ser contingente a las conductas.
• Los estímulos deben ser usados con precaución, ya que pueden producir efectos secundarios como la agresividad o miedo.
• Debe utilizarse reforzamiento positivo para la conducta meta en conjunción con los procedimientos de escape y evitación, para fortalecer la conducta deseada y contrarrestar los posibles efectos secundarios.

• Castigo negativo

El funcionamiento básico del castigo negativo se basa en la retirada de un estímulo deseado y reforzador por parte del sujeto ante la realización de una conducta concreta, de manera que el sujeto disminuya su frecuencia en prevención de dicha pérdida.

Ejemplos de esto pueden ser perder dinero por portarse mal o revocar la licencia de manejo. Se debe definir el estímulo reforzador para que el castigo tenga el efecto deseado.

Extinción

La extinción consiste en suprimir el reforzamiento de una conducta, para aplicar este procedimiento es necesario: identificar los reforzadores que mantienen esa conducta y poder manipularlos (controlar o retirar) para ello es importante tener un control sobre el medio donde se presenta la conducta.

Es necesario considerar que es más probable que sea efectiva si se reforzó continuamente la conducta y no de manera intermitente.

Los pasos para aplicar esta técnica son los siguientes (Labrador, 2001 y Martin y Pear, 2008):

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