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Naturaleza De Las Personas


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2013  •  1.544 Palabras (7 Páginas)  •  419 Visitas

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He aquí dos conceptos que parecen no compaginarse bien: naturaleza y persona!

Ya hemos explicado -o al menos hemos intentado hacerlo- cómo la filosofía occidental ha abandonado el concepto metafísico de naturaleza incluso para referirlo a la realidad material o cosmológica. Si así sucede con las cosas, cuánto más habrá que decir de las personas: hablar de naturaleza no tendría ningún sentido. La naturaleza es el conjunto de realidad regida por unas leyes, las cuales podemos descubrir mediante la ciencia empírica. Esas leyes son necesarias y por eso cabe hablar de ciencia.

Aunque no han faltado intentos de negar la existencia del libre arbitrio, lo cierto es que éste es una realidad innegable y unánimemente reconocida por todos. Las personas son libres y sobre la libertad no cabe ciencia: no hay necesidad de que las cosas sean de una determinada forma. La libertad permite que las acciones puedan ser unas o sus contrarias; el bien y el mal se ofrecen al sujeto.

Aristóteles

La naturaleza, como realidad necesaria, y la persona, como sujeto libérrimo, serían nociones incompatibles entre sí.

¿Es esto realmente así?

Durante muchos siglos, la filosofía clásica ha considerado que el ser humano es un ser de naturaleza espiritual. Al establecer el concepto de naturaleza como "esencia de las cosas en cuanto principio de operaciones" no tenían ningún problema para admitir que existe una naturaleza humana, al igual que existe también una naturaleza divina. La naturaleza divina es la esencia misma de Dios en cuanto principio de operaciones divinas; la naturaleza humana sería la esencia de un ser espiritual, capaz de realizar operaciones espirituales.

En la filosofía clásica el hombre no se concebía en oposición con la naturaleza, sino formando parte de ella. Con su inteligencia, el ser humano puede conocer la realidad y advertir las semejanzas que existen entre los diversos seres. Hay naturalezas libres, que son las de los seres espirituales; hay también naturalezas regidas por leyes que permiten conocer sus operaciones, que están determinadas y son necesarias. Pero la ciencia no se reducía al conocimiento empírico de la naturaleza.

Efectivamente, sería una burda simplificación querer comprender la naturaleza de las personas y de las cosas con los mismos parámetros, porque son realmente distintas.

Santo Tomás de Aquino

En la filosofía clásica la naturaleza humana también estaría regida por leyes propias, que podrían conocerse por la contemplación de las facultades espirituales, la comprobación de las llamadas "inclinaciones" naturales o por los bienes convenientes a la persona. Estas leyes no serían necesarias en cuanto que determinarían necesariamente la conducta de la persona, sino que consistirían en exigencias morales básicas.

Estas leyes derivarían de la naturaleza espiritual del hombre y serían, por tanto, universales desde el momento que cualquiera podría descubrirlas mediante la recta razón. La ética tendría su lugar entre las ciencias humanas y también podría hablarse de un Derecho natural: el conocimiento de esas exigencias éticas tendría consecuencias tanto en los ordenamientos jurídicos de las naciones como en el de la Iglesia.

¿Qué ha sucedido para que todo este planteamiento clásico se haya derrumbado y ahora no haya espacio para planteamientos de normas absolutas o leyes naturales? No me siento capacitado para dar una respuesta acabada y menos en el ámbito de un post de carácter divulgativo como éste. En todo caso, el derrumbamiento no fue inmediato.

La modernidad comienza con Lutero, en lo espiritual, y con Descartes, en lo filosófico. El primero arremetió contra la naturaleza humana negando el libre arbitrio y señalando su corrupción y su incapacidad para el bien sin la ayuda de la gracia divina. El segundo, estableció una radical distinción entre el sujeto pensante y la realidad pensada (res extensa, la denominaba él). El mundo que conocemos hoy debe mucho a estos dos grandes personajes de la cultura occidental.

Racionalismo y empirismo fueron las sendas que se abrieron en la cultura occidental. El primero mantuvo la idea de que existe una naturaleza humana y que todas las normas pueden ser deducidas racionalmente desde unos primeros principios. El fundamento del orden jurídico-natural estaría en la misma naturaleza humana y debería servir para buscar un fundamento común reconocido por todas las naciones, azotadas por las guerras de religión europeas. Este planteamiento debería proporcionar la paz entre ellas.

David Hume dinamitó la "naturaleza humana"

Sin embargo, el empirismo tuvo mayor éxito. David Hume escribió su "Tratado sobre la naturaleza humana" en 1739. No tuvo un éxito inmediato, pero sus ideas tuvieron una gran influencia. A pesar de lo que podía sugerir el título, Hume abandonó totalmente la idea de una naturaleza humana. Puso las bases de lo que después se conocería como falacia naturalista: del ser de las cosas,

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