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Naturaleza del proceso evaluador


Enviado por   •  28 de Junio de 2014  •  610 Palabras (3 Páginas)  •  262 Visitas

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Naturaleza del proceso evaluador

La evaluación educativa es un fenómeno de extraordinaria complejidad en el cual se acumulan las funciones diferenciadas, y a la vez entremezcladas, que en la EEB adquieren una especial relevancia.

Estas funciones, que se mantienen en todos los niveles y etapas del sistema educativo, no pueden ser ignoradas en su conjunto a pesar de que alguna de ellas adquiera mayor importancia en algún nivel o situación.

1-La evaluación como diagnóstico: La evaluación permite saber cuál es el estado cognoscitivo y actitudinal de los alumnos. Este diagnóstico permitirá ajustar la acción a las características de los alumnos, a su peculiar situación. El diagnóstico es una radiografía que facilitará el aprendizaje significativo y relevante, ya que parte del conocimiento de la situación previa y de las actitudes y expectativas de los educandos.

2-La evaluación como selección: La evaluación permite al sistema educativo seleccionar a los estudiantes. Mediante la gama de calificaciones, la escuela va clasificando a los alumnos. Unos son eliminados porque no llegan a sus niveles mínimos. Otros van situándose en puestos de diferentes categorías según la clasificación. Esto es así. Mal que le pese al profesor. En muchos momentos el sistema actúa tomando como regencia las clasificaciones escolares: la elección de carrera universitaria, la elección de puestos de trabajo, la demanda de becas y ayudas… Esta selección se realiza en la EEB, aunque de forma peculiar: despierta expectativas en los padres sobre el porvenir de sus hijos, sienta la base para el éxito posterior, distribuye elogios a los niños, contrasta resultados… En la EEB empieza a funcionar la comparación selectiva.

3-La evaluación como jerarquización: No es casualidad que el único evaluado del sistema educativo en el sistema educativo sea el que ocupa el último lugar en la escala jerárquica: el alumno; de allí la necesidad de reflexionar para que ese proceso no sea utilizado como un recurso opresor, sino de ayuda. La capacidad de decidir qué es evaluable, cómo ha de ser evaluado, qué es lo que tiene éxito en la evaluación confiere un poder al profesor. Un poder real, no siempre moral. Lo cierto es que la evaluación opera como un mecanismo de control. El control se ejerce a través del poder de los informes de la capacidad de aprobar y suspender.

4-La evaluación como comprobación: Las pretensiones educativas sobre aprendizaje se concretan en actividades instructivas. El resultado de las mismas puede ser de comprobación a través de la evaluación. Es un mecanismo elemental y aparentemente simple. El riesgo se corre cuando se simplifica excesivamente el proceso: esto es lo que hay que aprender y esto es lo que ha aprendido.

5-La evaluación como comparación:

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