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PENSAMIENTO DE LOS FILOSOFOS DE LA EDAD MEDIA


Enviado por   •  30 de Julio de 2013  •  1.869 Palabras (8 Páginas)  •  573 Visitas

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TRABAJO DE FILOSOFIA

PRESENTADO POR:

GABRIELA MERCADO CARVAJALINO

DOCENTE:

GREGORIO BENITEZ

GRADO:

11. B

INSTITUCION EDUCATIVA LA INMACULADA

MONTERIA – CORDOBA

2013

PENSAMIENTO DE LOS FILOSOFOS DE LA EDAD MEDIA

ANAXIMENES

El principio de todas las cosas es infinito, Este nos habla de un elemento que es EL AIRE. (Transforma las cosas a través de la calefacción y la condensación) la primera genera el fuego y la otra el viento las nubes, la tierra y las piedras, Creía que lo caliente y lo frio eran CONSECUENCIA, En terminología moderna podemos decir que Anaxímenes estaba intentando basar la explicación de lo cualitativo en lo cuantitativo; encontramos en él, por lo tanto, un intento de explicar el mecanismo de transformación de unos elementos en otros, del que no disponían Tales ni Anaximandro. Al igual que ellos insiste, sin embargo, en afirmar una causa material como principio del mundo y, por lo tanto, en tratar de llevar a la unidad la diversidad de la realidad observable.

HERACLITO

Heráclito tenía fe en lo que captaba por los sentidos. De hecho, para él lo característico del mundo es que todo cambia, que no hay nada eterno. Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río porque la segunda vez que lo hace, tanto él como el río ya no son los mismos. Así pues, para Heráclito, “todo fluye”.

Precisamente, el mundo es comprensible porque existe un continuo cambio, un continuo juego entre contrastes. Si los hombres viviéramos siempre sanos no podríamos entender lo que es la salud; sólo al experimentar la enfermedad es cuando podemos apreciar ese concepto. De igual manera, el Mal debe existir en el mundo porque si no, no podríamos tener noción de lo que es el Bien.

Como el resto de los presocráticos, Heráclito también se preguntaba si en este mundo en constante cambio había algo común, un arjé. Su respuesta es que existía una “razón universal” (similar a lo que hoy llamamos “ley natural”) que lo dirige todo y por la que todos debemos guiarnos. El problema de la mayoría de la gente es que se guía por su razón particular, por las meras opiniones, mientras que el filósofo está para descubrir esa ley común, a la que llamó “Dios” o “logos”.

ZENON DE ELEA

En el plano filosófico, Zenón aceptaba la creencia de Parménides de que el universo, o el ser, es una sustancia indiferenciada, simple, única, aunque pueda parecer diversificada para los sentidos. La intención de Zenón fue desacreditar las sensaciones, lo que pretendió hacer a través de una brillante serie de argumentos o paradojas, sobre el espacio y el tiempo que han perdurado hasta nuestros días como mosaicos intelectuales complejos. Una paradoja clásica afirma que un corredor no puede llegar a la meta porque, para lograrlo, debe recorrer una distancia; pero no puede recorrer esa distancia sin primero recorrer la mitad de ella, y así ad infinitum. Porque existe un número infinito de bisecciones en una distancia espacial, uno no puede recorrer una distancia en tiempo finito, a menos que acorte la distancia o aumente la velocidad. Este argumento, como muchos otros de Zenón, se proponía demostrar la imposibilidad lógica del movimiento. Dado que los sentidos nos llevan a creer en la existencia del movimiento, los sentidos son ilusorios y por lo tanto no existe ningún obstáculo para aceptar las inverosímiles teorías de Parménides de otra forma. Zenón es reconocido no sólo por sus paradojas, sino por establecer los debates filosóficos que favorecen la discusión razonada. Por todo ello, Aristóteles le consideró el creador del razonamiento dialéctico.

ANAXAGORAS

Anaxágoras expuso sus doctrinas filosóficas en un libro del que apenas nos han llegado algunos fragmentos. Aristóteles, en la Metafísica, 1, 3, nos dice que "Anaxágoras de Clazomene, primogénito de Empédocles, no logró exponer un sistema tan recomendable. Pretende que el número de los principios es infinito. Casi todas las cosas formadas de parte semejantes, no están sujetas, como se ve en el agua y el fuego, a otra producción ni a otra destrucción que la agregación o la separación; en otros términos, no nacen ni perecen, sino que subsisten eternamente". Y más adelante (Metafísica, 1,7) nos dice "según Anaxágoras, todo está mezclado, excepto la inteligencia; la inteligencia sólo existe pura y sin mezcla. Resulta de aquí, que Anaxágoras admite como principios: primero, la unidad, porque es lo que aparece puro y sin mezcla; y después otro elemento, lo indeterminado antes de toda determinación, antes que haya recibido forma alguna."

ANAXIMANDRO

Al igual que Tales buscó el elemento primordial y básico a partir del que se ha generado la realidad; pero a diferencia de él consideró que dicho elemento o "arjé" (término que, al parecer, fue Anaximandro el primero en utilizar) no podía estar constituido por ninguno de los elementos conocidos, como el agua, ni tampoco por ninguna clase particular de materia. Si ese primer elemento era la causa material de todo lo existente había de ser la causa, por lo tanto, de toda materia particular, por lo que dicho principio no podía identificarse con ninguna materia particular. Siendo su principio, su comienzo, su fuente, había de ser algo necesariamente distinto; pero dado que nosotros sólo conocemos las formas particulares de materia que emanan de ese primer principio hemos de concluir que el "arjé" tiene que ser una materia desconocida para nosotros y, en cuanto tal, una materia indeterminada, indefinida, ilimitada, a la que Anaximandro da el nombre de "ápeiron".

PITAGORAS

Son pocas las referencias a su obra entre los antiguos, incluidas las de Platón y Aristóteles, pero abundantes a partir de ellos (lo que genera muchas dudas sobre su autenticidad) y en las que se mezcla, además, la leyenda y la realidad, o lo que podría ser tomado como una

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