PERSONALIDAD ¿SE HACE O SE NACE CON ELLA?

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PERSONALIDAD

¿SE HACE O SE NACE CON ELLA?

Nombre: Granados Calixto Josué Raziel | Profesora: Alma Angélica Martínez | Fecha: 29 de Abril  de 2019

¿TENGO PERSONALIDAD?

En la vida cotidiana se suele hablar de la personalidad de alguien más o de uno mismo sin darse cuenta de lo complejo que puede ser esto. Dentro de la psicología aún está en debate aspectos que involucran este tema, desde la definición, hasta saber si ésta puede ser dividida, cómo se desarrolla, por qué existen diferencias entre la personalidad de una persona u otra, etc. La personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro; tenemos comportamientos, actitudes, motivos, tendencias, puntos de vista y emociones con los que reaccionamos ante el mundo. Patrón de pensamientos, sentimientos y comportamientos relativamente persistentes a lo largo del tiempo y las situaciones, y que distinguen a las personas (Phares, 1984, p.673). Se suele confundir este concepto con el carácter, la diferencia entre ambos es que el carácter es el conjunto de características de cada persona que han sido evaluadas o juzgadas, esto quiere decir que son cualidades deseables (o pueden no serlo) de una persona, por ejemplo, en  Brasil es deseable conocer a una persona alegre, vivaz, extrovertida. Mientras que la personalidad puede ser definida como el conjunto de las formas relativamente consistentes de relacionarse con la gente y las situaciones que ponen un sello de individualidad en cada uno de nosotros. En tanto que nuestras actitudes, nuestros valores, nuestras opiniones y nuestras emociones son las piedras angulares de nuestra individualidad, el modo como actuamos en estos estados mentales determina lo que otros verán como nuestra personalidad. Podemos ser descritos por los rasgos que parecen gobernar nuestra conducta la mayor parte del tiempo. Los psicólogos consideran la personalidad como el patrón único y de largo plazo de pensamiento, emociones y conducta de una persona (Bryan y Babelay 2009).

TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD.                                                                                

Así  como en muchos otros conceptos dentro de la psicología, es normal encontrar diferentes versiones o interpretaciones pues se tratan de temas complejos estudiados para entender más a detalle la conducta humana. De este modo, encontramos que algunos psicólogos, en el estudio de la personalidad, tuvieron distintos enfoques, intereses y/o perspectivas para llevar a cabo dicha labor. De aquí parten 4 grandes teorías de la personalidad, del intento por aproximarse o acercarse con mayor exactitud a lo que es y todo lo que implica:

• Teorías de rasgos: Intentan descubrir que rasgos componen la personalidad  y cómo se relacionan con la conducta real. Se centran en la categorización y descripción de la manera en la que difiere la personalidad de la gente.
• Teorías psicodinámicas: Se centran en el funcionamiento interno de la personalidad, en especial los conflictos y las luchas interiores. Ven a  la personalidad como resultado de motivaciones y conflictos inconscientes, frecuentemente de tipo sexual.
• Teorías humanistas: Subrayan la experiencia subjetiva privada y el desarrollo personal. Enfatizan el papel de los motivos de desarrollo positivo y de la realización del potencial en el moldeamiento de la personalidad.
• Teorías cognitivo-conductuales: Conceden importancia al entorno externo y los efectos del condicionamiento y el aprendizaje. Las teorías del aprendizaje social atribuyen las diferencias de personalidad a la socialización, las expectativas y los procesos mentales. Entiende que la personalidad está determinada por las experiencias externas, por el ambiente.

TEORÍAS DE LOS RASGOS.

Los rasgos son las predisposiciones estables que una persona muestra en la mayoría de las situaciones (Matthew, Deary y Whiteman, 2009). Es actualmente el método dominante para estudiar la personalidad. Los teóricos de los rasgos intentan describir la personalidad con un número reducido de rasgos o factores clave. Tratan de analizar, clasificar e interrelacionar rasgos; además, suelen concebir como "predisposiciones biológicas", una inclinación hereditaria de los seres humanos a comportarse en formas particulares (Ashton, 2007). El idioma inglés tiene muchas palabras para describir los rasgos de personalidad, esto es sabido gracias a que en 1936 Gordon Allport y su colega H.S. Odbert encontraron alrededor de 18,000 palabras que parecen referirse a estos Sólo alrededor de 2800 de las palabras de esta lista trataban de los tipos de características estables o permanentes que se podrían identificar como rasgo de personalidad, y eliminando sinónimos y cuasi sinónimos disminuye a casi 200.

Clasificación de los rasgos

El psicólogo Gordon Allport (1961) identificó varias clases. Los rasgos comunes que son las características que comparten la mayoría   de los miembros de una cultura; esto nos permite saber qué rasgos destacan de una cultura. Usualmente también son de interés los rasgos individuales, que describen las cualidades únicas de una persona. También estableció distinciones entre los rasgos cardinales (son tan básicos que todas las actividades de una persona pueden atribuirse a ellos), los rasgos centrales que son los elementos básicos de la personalidad, la esencia de una persona, si se describe a alguien en 6 o 7 rasgos serían los adecuados para definirlos como rasgos centrales. Los rasgos secundarios que son cualidades más superficiales, como preferencias de alimentos, actitudes, gustos musicales, etc. Finalmente describe los rasgos superficiales que son los visibles u observables en uno  (primera impresión). No obstante al trabajo de Allport, en 1965, utilizando una técnica estadística llamada análisis factorial, el psicólogo Raymond Cattell, demostró que cuando las personas son evaluadas en las 200 características de la última lista de Allport, varios rasgos tienden a agruparse, entonces redujo la lista a 16 rasgos en su cuestionario de  los 16 factores de la personalidad (abreviado como 16 PF). Aunque también tenemos el modelo de los cinco factores el cual intenta reducir aún más los 16 factores de Cattell a solo cinco dimensiones universales actualmente llamados: extroversión, agradabilidad, conciencia, neurosis y apertura a la experiencia.

Teorías psicodinámicas.

Estas teorías consideran que la conducta es resultado de la dinámica psicológica (la energía psíquica,  como se transforma y expresa en la  conducta) que ocurre dentro de  cada individuo. Dichas teorías se desprendieron del trabajo de Sigmund Freud cuyo trabajo, así como el trabajo del resto de los teóricos psicodinámicos, constó en sondear debajo de la superficie de la personalidad para saber qué impulsos, conflictos y energías nos animan. Según Freud la estructura de la personalidad está dividida en tres: el ello, el yo y el superyó. El ello se compone de instintos biológicos innatos, se rige por el principio del placer, se encuentra constituido por necesidades tan básicas como el hambre, la sed y la sexualidad (fuentes de placer), a las cuales llamó pulsiones de vida o Eros (de aquí proviene el libido), asimismo el ello contiene una pulsión de muerte o  Tánatos. El yo es el sistema de pensamiento, planeación, resolución de problemas y decisión, opera de manera parcialmente consciente, parcialmente preconsciente (material que no se encuentra en la conciencia pero que puede recuperarse con facilidad); opera mediante el principio de  realidad, por el cual una persona idea un plan y lleva a cabo un tipo de acción para ensayar dicho plan y ver si está en el camino correcto. Finalmente el superyó  actúa  como conciencia, se hace cargo de vigilar y cuidar al yo, compara las acciones del yo con un ideal de perfección, el yo ideal y lo recompensa o castiga; opera bajo el principio de perfección, intenta distraer al yo de su orientación realista y conducirlo a una moralista, cabe destacar que es la última parte de la personalidad en desarrollarse.

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