Paradigmas Del Proceso Educativo

Relación entre Macro Paradigmas y Proceso Educativo

El proceso educativo, del que es un componente el proceso enseñanza-aprendizaje, es un hecho social inmerso en el proceso global de desarrollo de la sociedad que tiene a su vez un trasfondo filosófico y cultural: La concepción educativa y un enfoque operativo: La tecnología educativa. La sociedad busca formar un hombre ideal, por lo que, históricamente solucionó sus necesidades a través del conocimiento e ideologías en base a su nivel de tradiciones y valores. El hombre, por lo tanto, está en constante cambio y superación, siendo la educación la piedra fundamental para el desarrollo de los pueblos e inherente con los paradigmas como nos muestra la historia. Es por ello, que la educación y su aporte en el desarrollo de las aptitudes y conocimientos del ser humano es de gran importancia en el desarrollo-histórico de una determinada sociedad, plasmando aspiraciones, valores e ideales de la época, ofreciendo concepciones filosóficas del hombre, de su naturaleza y de su rol en la vida social. Además, presupone una conceptualización del hombre, parte del ser hacia el deber ser, de lo que el hombre es (antropología filosófica) hacia lo que debe ser (antropología pedagógica). En un principio existía un vínculo unido a un punto central que eran los dioses o bien en la existencia de un único Dios, dichos macro-paradigmas eran el inmanente y el trascendente.

En el macro-paradigmas inmanente, se busca la excelencia que se manifestaba en la perfección física como reconocimiento de la eminencia. Se analiza al hombre como sujeto intermedio entre Dios, los ángeles y los animales; y se ve al hombre como un ser inmanente que no se puede separar de él por formar parte de su naturaleza y no depender de algo externo o más aún. Este conocimiento es parte de todos, en el diario vivir y su relación con los dioses, aunque ya se contaban con sacerdotes e intermediarios de los mismos.

En el macro paradigma trascendente, se siguen modelos o patrones basados en certezas y dogmas de la iglesia, que nadie en ese entonces podía discutir, bajo la guía de un solo dios. El fin de este macro paradigma era la salvación del hombre, conforme acepte y practique dichas verdades, que no eran sino dogmas de una minoría dominante. La ambición de poder político, social y económico, sometía a minorías y eran castigadas de contradecir la verdad que la iglesia y los grupos de poder mantenían.

El macro paradigma que rompe el esquema anterior es el racional. Corresponde a la Edad Moderna, se fundamenta en la razón y la ciencia cuestionando la existencia de un dios. La característica revolucionaria de éste es que se aprende mediante la concepción científica, es decir, mediante análisis y observaciones de los cambios naturales influyendo este acápite en la enseñanza – aprendizaje y viceversa. Por medio de la deducción, se satisface la búsqueda de la certeza y la objetividad, cuyos resultados han seguido lineamientos de una escuela bancaria donde sólo se nos depositaba el conocimiento sin lograr poner en tela de juicio lo que se explicaba ya. Y de alguna manera, de igual forma que los anteriores macro paradigmas, tales principios e ideas se encontraban en una comunidad científica concibiéndose que la ciencia y la naturaleza de la verdad, explicada mediante leyes físicas, es una verdad absoluta e irrefutable.

El último macro paradigma sinérgico, que nace en 1850, empieza a analizar la complejidad de los fenómenos y su transdisciplinariedad mediante el relativismo de la observación. Se busca comprender la dinámica universal en todas las disciplinas, mediante la plasticidad de la lógica y se pone a la objetividad entre. Esto se logra mediante la generación de un sentido común a través de una coexistencia de aceptación mutua, cuya consecuencia se pude resumir en que, según la Teoría del Constructivismo,

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