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Pereza relacionada a la genética


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  Tutoriales  •  3.386 Palabras (14 Páginas)  •  593 Visitas

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Pereza relacionada a la genética

LA PEREZA TIENE RELACION CON LOS GENES

DAISY ISABELA RAMOS TORRES

AYDEE PEREZ LEYTON

BETSELENE MURCIA ORDOÑEZ

MASTER

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA

FACULTAD DE CIENCIAS BASICAS

PROGRAMA DE BIOLOGIA

MARZO

2011

INTRODUCCIÓN

La AMPK es la aquella que regula la carga de energía que se encuentra en la célula, se han demostrado que esta enzima es regulada por estímulos fisiológicos, al no haber estos reguladores se hace presente las famosa pereza o flojera.

La activación duradera de la enzima AMPK daría como consecuencia un cambio en la expresión genética y en la síntesis de proteínas aunque no solo ella traería estos problemas sino también algunas células.

Aunque esto sea de carácter fisiológico conlleva a muchas cosas, mayoritariamente también en el rasgo de las células especializadas puede llevar a estas consecuencias.

DEFINICIONES DE PEREZA

Es una palabra griega que su significado se relaciona con la flojera o debilidad; que según en términos latinos se diría pigritia.

Según Girard (filosofo), “la pereza es un vicio menos intenso que la haraganería o desidia: la primera parece efecto del temperamento y la según del carácter del alma”. Además de afirmar que “la voz de la pereza debe aplicarse tanto a la acción del espíritu como a la del cuerpo; y la haraganería solo a la del ultimo – el perezoso le tema a la pena y la fatiga que con el trabajo se experimenta; es lento en sus operaciones y se tarda mucho para realizar un trabajo. El haragán desea estar desocupado, odia la ocupación y le huye al trabajo”.

Según la religión católica se dice que una persona perezosa odia el trabajo: “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar.” (21:25); le encanta dormir: “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama.” (26:14); da excusas: “Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles.” (26:13); desperdicia tiempo y energía: “También el que es negligente en su trabajo, es hermano del hombre disipador.” (18:9); él cree que es sabio, pero es un tonto: “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar.” (26:16).

Proverbios también nos dice el final que le espera al perezoso: “La mano de los diligentes señoreará; más la negligencia será tributaria.” (12:24); su futuro es sombrío: “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no hallará.” (20:4); puede llegar a empobrecer: “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada.” (13:4).

No hay lugar para la pereza en la vida de un cristiano. Un nuevo creyente es verazmente enseñado que “...por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9).

Según cesar fraga la pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso para realizar actividades creativas o de cualquier índole.

A menudo nos planteamos retos o metas que sin querer, quedan a medio camino. Planificamos actividades o tenemos compromisos que cumplir que postergamos una y otra vez. La pereza aparece haciéndonos sentir que ya no hay ganas de seguir adelante con lo empezado o como dice el famoso dicho popular "dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy". Detrás de esta actitud repetitiva existen distintas causas, cada persona tiene las suyas; entenderlas es fundamental para vencer esta limitación que muchas veces resulta frustrante.

Causas de la pereza

Falta de motivación. Automotivarse no es sencillo, requiere de mucho entrenamiento y constancia, por ello caer en el aburrimiento es muy común si sentimos esta desmotivación prolongadamente. Este patrón de conducta suele ser construido en la infancia, por ello al llegar a la edad adulta cuesta tanto cambiarlo, aún así es posible hacerlo.

No considerarse suficientemente preparado para esa actividad. Por falta de confianza en uno mismo, por no sentirnos lo suficiente buenos o valiosos, postergamos aquello que aunque queremos, creemos que no estamos preparados para llevarlo a cabo.

La acción en sí conlleva malestar psicológico o emocional. Derribar los muros internos no es tarea sencilla, por lo que aquello que nos obligue a enfrentarnos con nuestros miedos internos, será probablemente postergado una y otra vez. Un ejemplo es el estudiante que cuando acaba la carrera, posterga su salida al mercado laboral porque no se siente preparado.

No obtener un beneficio inmediato. Si esperamos que los resultados de nuestro esfuerzo sean rápidos, la desmotivación llegará con seguridad.

La trampa del deber. Cuando decimos que deberíamos hacer alguna cosa, realmente nos estamos diciendo que tenemos que llevar a cabo la acción pero no necesariamente ahora, por lo que es importante aprender a utilizar la palabra "quiero" en vez de "debo".

Enfermedad o malnutrición. Patologías relacionadas con la depresión conllevan profundos estados de desgana, además la falta de nutrientes necesarios trae consigo malestar físico y psicológico generando el desinterés que conlleva la pereza.

Aprender a reconocerla

La pereza se puede manifestar con múltiples máscaras, la menos sutil y más común es retrasar la acción o sustituirla por otra más cómoda. Nos auto engañamos basándonos en la idea de que debe darse las condiciones ideales para llevar a cabo nuestro cometido, sin darnos cuenta que quizás estas condiciones, no se den nunca. Con frases como "hoy no me apetece", "no me siento lo suficientemente preparado aún" o "empezaré el martes que viene, el mes que viene o la primavera que viene", continuamos con nuestra actitud de autoengaño, sin pararnos a pensar que lo más importante es

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