ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Positivismo Y Salud


Enviado por   •  29 de Abril de 2014  •  1.299 Palabras (6 Páginas)  •  727 Visitas

Página 1 de 6

PERSONALIDAD POSITIVA Y SALUD:

Moreno – Jiménez, B.;

Garrosa Hernández, E.;

Gálvez Herrer, M.

Universidad Autónoma de Madrid.

Centro Universitario de Salud Pública

España

bernardo.moreno@uam.es

Publicado en: Florez-Alarcon, L., Mercedes Botero, M. y Moreno Jimenez,B. (2005) Psicología de la salud. Temas actuales de investigación en Latinoamérica. (pp59-76) Bogotá: ALAPSA.

Introducción.

Los conceptos de personalidad y salud han sufrido una evolución en sus definiciones y aproximaciones teórico prácticas que tienen gran importancia en el estudio de la relación entre ambos. En el presente trabajo se plantea un “modelo procesual de personalidad positiva” desde una perspectiva salutogénica, considerando la salud como variable dinámica que incluye los planos individual, laboral, social y ecológico de la persona. Se propone y defiende una perspectiva transaccional así como un papel del individuo activo ante su propia salud. De este enfoque se derivan consecuencias a tener en cuenta en posibles programas de prevención y promoción de la salud.

Personalidad y Salud: evolución de ambos conceptos.

Afrontar la relación existente entre personalidad y salud implica, en primer lugar, conocer el concepto explicativo del que se parte para cada uno de esos términos, ya que ambos poseen múltiples definiciones y un largo bagaje teórico y de investigación a sus espaldas. Un segundo componente esencial para su estudio será el establecimiento de la dirección que se establezca en la relación existente entre ambas dimensiones.

Tradicionalmente, la personalidad ha representado las características estructurales y dinámicas de los individuos que se reflejan en respuestas más o menos específicas en diferentes situaciones. Estas propiedades permanentes han dado origen a numerosos enfoques en relación con rasgos y tipos de personalidad y desarrollos teóricos y empíricos que las relacionan con variables más o menos implicadas en procesos de ausencia de bienestar, como por ejemplo del Síndrome de Burnout o de Desgaste Profesional (burnout y patrón conductual tipo A Nowack, 1986; Nagy y Davis, 1985 o rasgos de personalidad y burnout Cebriá y cols., 2001).

Sin embargo, si lo que nos interesa es encontrar una línea de trabajo teórico-práctica que de origen a aplicaciones preventivas e interventivas sobre la salud, no podemos limitarnos a elaborar un listado de características individuales o rasgos de la persona más o menos permanentes. Lo que nos puede facilitar un enfoque activo es la concepción de la personalidad como proceso y la formulación de los mecanismos que

2

definen el desarrollo del individuo. De forma diferente al enfoque adoptado por los

modelos estructurales de la personalidad, más descriptivos que explicativos y sobre todo

más pasivos, esta concepción procesual permite insistir en la interacción de la persona

con las variables ambientales y sociales que la rodean y que pueden tornarse saludables

o no y actuar como moduladoras que hagan al sujeto más vulnerable o más resistente a

las situaciones de riesgo para la salud. Esta concepción activa, supone, que las personas

responden de manera diferente ante unos mismos estresores o circunstancias adversas

en sus vidas sin que necesariamente existan respuestas estereotipadas (Bloch, 1977;

Cichon y Koff, 1980; Huber, Gable e Iwanichi, 1990; Mayor, 1987).

En cuanto al concepto de salud, resulta clara la poca utilidad de su definición

como “ausencia de enfermedad”. Esta definición negativa es poco operativa al

obligarnos a diferenciar entre lo “normal” y lo “patológico” (diferencia que no siempre

es posible y que está afectada por el concepto de normalidad variable con el tiempo).

Además la principal crítica metodológica a esa definición es la implicación operativa

que plantea el evaluar síntomas de enfermedad para concluir sobre la salud. Por ello en

1946, la Carta Magna o Carta Constitucional de la Organización Mundial de la Salud,

definía la salud como “El estado completo de bienestar físico, mental y social y no

solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Esta concepción, aunque no exenta de críticas, suponía por primera vez una

perspectiva positiva, en la que salud equivale a bienestar y también por primera vez se

unifican las áreas física, mental y social. En su momento la definición marcó un hito

que posteriormente se ha ido desarrollando al complementar algunos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.1 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com