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Psicolinguistica

natuuborda30 de Octubre de 2013

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RESEÑA LINGÜÍSTICA DE FERDINAND DE SAUSSURE

El curso de lingüística General, publicado en 1916 viene a significar una instancia de transformación definitiva y radical en los estudios lingüísticos dominados por una visión histórica, diacrónica del lenguaje y que a partir de ese corte epistemológico adquieren otra perspectiva y otro punto de vista dando lugar así a la Lingüística moderna.

Afirma Saussure en el primer capítulo que los estudios lingüísticos pasaron por tres fases sucesivas: la gramática, la filología y la filología comparativa o la gramática comparada.

La lengua como objeto de estudio.

Ferdinand de Saussure dirá que los estudios comparativos no lograron conformar una verdadera ciencia. A la gramática comparada le faltaba realizar al menos dos operaciones para que eso fuera posible: determinar la naturaleza de su objeto de estudio y procurarse a la vez un método. Pero más allá de los estudios comparativos lo que es importante en Saussure es que abandonó el punto de vista diacrónico y siguió el punto de vista o perspectiva sincrónica, es decir fuera del tiempo.

De lo que se trata en Saussure ya no es de describir el devenir de una lengua, sus cambios, su evolución sino del esfuerzo por crear una ciencia lingüística que explique el mecanismo interno de la lengua y las razones que dan lugar a esos cambios.

Para construir la lingüística como una ciencia, Saussure necesita separar lengua y habla. Se ubicará de entrada en el plano de la lengua y la tomará como norma de todas las otras manifestaciones del lenguaje. Saussure afirma que la lengua es la parte esencial del lenguaje, la más importante de todas. El lenguaje, dice Ferdinand es un “caos multiforme y heteróclito”. Se presenta siempre como un fenómeno de dos caras, implica una parte individual y una parte social, un sistema establecido y una evolución.

Definirá al habla como la parte individual del lenguaje y como un acto individual de voluntad e inteligencia, como una puesta en práctica, la actualización del código de la lengua.

El valor de la diferencia

Saussure dirá que la facultad más propia del ser humano no es la utilización de los órganos fonatorios en el acto del habla, sino la de crear un sistema articulado de signos por el medio que fuere, un acuerdo social o una convención, que es a la vez un código, basada en el principio de arbitrariedad del signo. Que el viviente haya optado por los órganos vocales en lugar de algún otro medio físico para expresarse, parece ser más una cuestión de contingencia, de practicidad o de conveniencia que un asunto determinado por su naturaleza. Los sordomudos utilizan la expresión gestual de sus manos.

En síntesis, para que estemos en la dimensión del lenguaje bastan, dos elementos en su valor significante que permitan establecer una oposición y una diferencia.

Lacan asigna dos propiedades al significante: que su estructura sea articulada y, la de componerse según leyes de un orden cerrado.

En Saussure todo parte de la arbitrariedad del signo, de la relación no-natural entre el significante y el significado, de su inmotivación.

Hay en los animales llamados superiores, aun cuando lo sean en menos grado que en los seres humanos, un cierto desarrollo de los órganos fonatorios y no por ello esos animales han creado un sistema articulado en el sentido de una lengua, aunque si podamos consentir la presencia de un lenguaje propio de su especie, aunque imposibilitado de realizar una sustitución metafórica y de conformar una dimensión simbólica donde el animal pueda imaginar una situación de peligro futuro, tomar recaudos, etc. En el lenguaje de los animales una señal estará enteramente ligada a la presencia de un dato natural.

En resumen, el lenguaje no lo divide, no hay ocasión para el desplazamiento ni para la dimensión metafórica, ni margen alguna para la tergiversación de la verdad. El lenguaje de los animales, carece de dimensión simbólica, no logra separarse del objeto. En cambio en la lengua no hay orden natural, nada en el hombre guarda relación con la naturaleza. No hay referente asociado a tal o cual significante, se puede utilizar una palabra para expresar cualquier otra cosa de lo que esa palabra en principio se supondría quiere decir, se puede decir una cosa diciendo otra.

Para Saussure, el signo lingüístico es inmotivado, la relación entre significante y significado es inmotivada, dominada enteramente por el principio de arbitrariedad ligado a la convención. Lo más propio del ser humano no es utilizar los órganos fonatorios para comunicarse sino la facultad de crear un sistema de signos, un código, por el medio que fuere.

Por lo tanto, no existe dato alguno en la naturaleza que diga que hay que llamarle mesa a la mesa, o árbol al árbol. Dice Saussure, llamamos signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica. El lazo que une el significante al significado es arbitrario, el signo lingüístico es arbitrario con relación al significado. No hay razón alguna para que no se produzcan desplazamientos en la relación de significación o para que una palabra no pueda ser utilizada para decir otra cosa muy diferente de lo que ella en principio significa. No todos los signos tienen el mismo grado de arbitrariedad.

La arbitrariedad para Saussure domina la vida de los signos, y una palabra vale más por la oposición que establece con otras que por lo que en ella se encierra. La arbitrariedad del signo es una verdad evidente.

Más allá de la arbitrariedad del signo.

Tomando el signo en forma aislada el principio de arbitrariedad no presentaría en apariencia inconvenientes, pero sí se piensa, siguiendo su doctrina, que en la lengua no hay términos sueltos sino un sistema en donde todos éstos se interrelacionan y son solidarios, las relaciones de significación no aparecerían tan inmotivadas ni tan fijadas por la convención, sino más bien determinadas por las condiciones inherentes al propio sistema. Si se piensa en la lengua como un sistema de elementos solidarios y en las relaciones que éstos mantiene en la cadena hablada, la arbitrariedad es relativa. Hay una relación no natural entre significante y significado.

Además Saussure afirma que la lengua es forma y no sustancia. La lingüística es entonces una ciencia de las formas.

Las relaciones entre significante y significado son necesarias. En realidad la distinción entre significante y significado es producto de una abstracción y lo concreto es el signo, así como la separación entre lengua y habla constituye una necesidad a los fines teóricos, cuando lo que existe realmente es el lenguaje.

Ferdinand de Saussure afirma que sin la ayuda de los signos seríamos incapaces de distinguir dos ideas de manera clara y constante.

Afirma también que el significante y el significado son como dos caras de una misma moneda, o como una hoja de papel, el pensamiento es el anverso y el sonido el reverso: no e puede cortar uno sin cortar el otro, así tampoco en la lengua se podría aislar el sonido del pensamiento, ni el pensamiento del sonido, a tal separación sólo se llegaría por una abstracción, y el resultado sería hacer psicología pura o fonología pura.

Saussure atribuye al signo las propiedades de arbitrariedad y linealidad.

El signo lingüístico encierra una definición positiva y contradice en su encierro aquella noción de que la lengua es una pura forma en donde no hay más que diferencias sin términos positivos. La relación dentro del signo es positiva.

Así Saussure se vio en la necesidad de introducir el concepto de Valor del signo lingüístico. Cada signo con sus respetivos significantes y significado, mantendrá relaciones de oposición con los otros signos que le preceden y le siguen en la cadena hablada.

Pero retornando al carácter saussureano de arbitrariedad: si existiera algo de orden natural en la lengua, no habría posibilidad alguna de desplazamiento en la relación de significación, ni ocasión de hablar diferentes idiomas, menos aún producir síntomas, introducir malentendidos, en definitiva, inaugurar el orden de la subjetividad humana, aunque esto último no sea interés del lingüista sino del Psicoanálisis. Si hay diversidad de lenguas es porque, desde el punto de vista saussureano, no hay relación natural entre el significante y el significado

Saussure advierte que la verdadera significación de una palabra se obtiene por sus relaciones de oposición con las otras palabras. Los principios de arbitrariedad y linealidad del signo, la ausencia de un dato natural en la lengua, son para Saussure la base de los desplazamientos en las relaciones de significación.

Para la lingüística, la lengua es exterior al sujeto, o el sujeto es ajeno a la lengua, es decir, ésta se encuentra en lo social como dimensión separada del habla, por fuera de ese acto de voluntad e inteligencia, como define Saussure a esta última. Esto es lo que se deduce en Ferdinand de Saussure cuando separa le lengua del habla.

Lejos de esta concepción, para el Psicoanálisis el sujeto cae en esta red, en el lenguaje y le lengua es, no obstante, interna al sujeto.

Saussure desarrolla también el tema de las relaciones asociativas, por el sufijo, por el prefijo o por el significante fónico.

Fuera de la lingüística y desde la perspectiva del psicoanálisis, podríamos agregar otra serie, o serie psíquica que tendría que ver ya no con el mero ordenamiento fónico ni con la sinonimia de las palabras, sino con la experiencia vivida en forma singular por cada hablante respecto del lenguaje, las palabras oídas, lo que escuchó de sus padres, etc. Es la estructura misma del

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