Psicopatias

Bien, casi es 4 de diciembre de 2013, ya solo faltan 20 días para la celbración de Navidad. Me gusta esta fecha. En realidad me gusta demasiado. Es como volver a todos esos días felices que viviste alguna vez. Todas las personas se tornan agradables, sencillas y sumisas. No existe espacio para odios y rencores añejos, todo es paz y exceso de mercadotecnia barata.

Todos olvidan que es cumpleaños de Jesucristo, por ejemplo.

Pero en fin, ya es casi 4 de diciembre de 2013 y tengo muchas cosas en mi mente, sobre las cuales quisiera platicar pero por alguna razón no quiero decir.

Desde pequeña he vivido dentro de una burbuja, rodeada de 'amor', comprensión, bastante comunicación y mucha familia.

Nunca habia apresiado tanto mi tiempo en soledad hasta que llegamos a vivir a la casa de mi abuelo.

Aquí desde las 5 de la mañana ya hay personas despiertas, y hasta las 12 de la noche todo vuelve a la calma. Son aproximadamente solo 5 horas de silencio absoluto, a no ser que Vodka (gata negra, de ojos verdes y botas blancas) este jugando con algún ratoncillo.

Tantos años tuve espacio para pensar correctamente las cosas y no lo hice.

He vivido circunstancias, fuertes, no tan fuertes y normales. Algunas siempre dejaran su marca imborrable, otras por caida libre se olvidan para siempre, el problema radica en las que no recuerdas, pero todos saben que sucedieron.

Bueno, ya es 4 de diciembre de 2013 y quiere decir que ya solo faltan 35 días para que entre a la escuela de nuevo y esta vez para terminar la preparatoria.

Tengo tanto miedo de terminar. No se que haré este semestre. Todos creen que es facil adaptarse y vivir cosas nuevas. Pero no es así.

He sufrido tantos ataques de nervios por este tipo de causas que ya no recuerdo ninguno.

Cuando entre a la secundaria, lloré la noche anterior a eso, porque tenia un pavor inconsumible a morir siendo golpeada por alguien mayor que yo. Tenía 12 años, iba a compartir el patio con jóvenes de 15; ¡15 años! Una diferencia horrible. Pasó, seguía viva.

Toda la secundaria fue lo peor que me pudo haber pasado. Sin embargo de todo se aprende un poco o mucho, no sé.

Cada cambio es una marca en tu línea del tiempo. Cada segundo que avanza me lleva hacia el futuro. Ese futuro que anhelo, que me es indiferente, intangible, al que no puedo ver, ni si quiera imaginar.

No se a que le tengo miedo. Toda mi vida he vivido con miedo. Miedo ha ser rechazada, excluida, recluida, olvidada. Miedo a perder, a fracasar, a vivir engañada, a no ser NADA en la vida. Miedo a que todos no sepan que alguna vez existí. Miedo a morir, a ver morir, a VIVIR. Miedo a crecer, a creer, a soñar. Miedo a hablar, a responder, a olvidar. Miedo a preguntar, a señalar, a salir, a nadar.

Le tengo miedo a todo.

Ese todo es todo.

¿Nunca les ha pasado que entran en un lugar y al instante piensan las formas de salir del mismo?

A mi sí. Todo el tiempo.

Y es que vivo con tanto miedo que me cuesta relacionarme con las personas. Me pienso tan insignificante que prefiero no hacerlo.

Le tengo miedo hasta el saber que sigo viva. La mayoría de las veces, pienso en las formas en que podría morir dependiendo de la situación.

Todos creen que amarse a uno mismo es lo mas facil del mundo. Todos te dicen lo especial que eres, el futuro tan prometedor que aparentas, la inteligencia que hasta se te sale por los poros. Pero que pasa cuando tu odias todo eso.

Que pasa cuando no llegas a amarte para nada.

Para tí todo esta mal. No hay cosa bien hecha provenida de tus propias manos. No puedes hacer nada para satisfacerte. Nada te tiene contento. ¿Qué pasa?

Cuando todos saben lo que haran, pero deciden indirectamente sobre ti, y te encuentras atada sin poder hacer o decir nada, no puedes decidir. Me afecta tanto todo

...