Psicoterapia Cognitiva De Urgencia
RosarioSusilla26 de Julio de 2012
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Psicoterapia Cognitiva de Urgencia
Introducción
La duración estándar de las terapias cognitivas y cognitivas-conductuales por síndromes clínicos se suelen desarrollar a lo largo de 10 a 20 sesiones con una duración aproximada de 45 minutos por sesión; y un tratamiento de trastorno de la personalidad o psicosis se puede extender hasta dos años, por lo anterior y debido al número de intervenciones establecidas (3 sesiones con una duración de 45 minutos), se considera como la opción más viable adoptar el método de intervención Psicoterapia Cognitiva de Urgencia (P.C.U.).
Es importante señalar que cualquier método de intervención de las terapias cognitivas, conductuales, constructivistas y experienciales puede ser usado por la P.C.U. dada su vocación multimodal. Los procedimientos seleccionados tienen la característica de poder ser aplicados en pocas sesiones y por ser efectivos en muchos trastornos emocionales.
¿Qué es la Psicoterapia Cognitiva de Urgencia?
La mayor contribución de Freud no es el Complejo de Edipo o el concepto de sexualidad infantil, sino el hecho de que demostró la continuidad entre la infancia y la edad adulta, entre el pensamiento de despertar y dormir y entre salud y patología. Estableció la causalidad para nuestra conducta y ello hizo de la psicología una ciencia.
Entonces, el proceso de la terapia breve es muy sencillo: iniciar con la imagen clínica y buscar conexiones en la historia del paciente. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuál fue la causalidad psicodinámica; la situación personal? Si el paciente se deprimió, ¿algo le sucedió a su autoestima o se sintió decepcionado o engañado?
Un aspecto clave es recoger de inmediato a partir del motivo de consulta del paciente la secuencia de activación de la urgencia, y los antecedentes del sujeto a partir de la historia clínica. La secuencia de activación de la urgencia supone recoger datos con el paciente de los antecedentes inmediatos que han motivado la urgencia, si es posible detectarlos, así de cómo se manifiestan. Lo que es importante, al trabajar con el síntoma específico que lleva al paciente ante nosotros es entender a la persona como totalidad.
Cabe mencionar que esta terapia se desarrolló dentro del contexto de la psiquiatría y atención a la salud mental comunitarias y se basa en las necesidades de salud mental de la comunidad. Por lo tanto, se diseñó para ser, al menos, de cierta utilidad en cualquier trastorno o problema, en el amplio escenario del espectáculo humano. Puede manejar estados crónicos graves lo mismo que urgencias agudas o problemas relativamente pequeños.
Los 10 principios básicos de la psicoterapia cognitiva de urgencia
A continuación se describen los 10 principios básicos de la psicoterapia cognitiva de urgencias (P.C.U.)
1. La evaluación de los significados personales implicados en la urgencia a través de la narrativa de la historia clínica. La secuencia de activación del significado.
2. La evaluación del estado emocional más predominante y disfuncional.
3. La evaluación del estado físico y somático inmediato.
4. La evaluación de los problemas relacionales actuales o desencadenantes.
5. La evaluación de los problemas conductuales actuales.
6. La selección de procedimientos cognitivos de intervención el orden de activación de la urgencia.
7. La selección de procedimientos de exploración y expresión afectiva según el orden de activación de la urgencia.
8. La selección de procedimientos de tipo médico y sensoriales según el orden de activación de la urgencia y su gravedad.
9. La selección de procedimientos de tipo interpersonal según el orden de activación de la urgencia.
10. La selección de procedimientos de tipo conductual según el orden de activación de la urgencia.
Se han conjugado los elementos más activos y aplicables de la terapia multimodal de Lazarus y la terapia cognitiva (así como elementos de otras terapias cognitivas-conductuales y constructivistas) a algunos de los trastornos más frecuentes en los servicios de urgencias psiquiátricas.
Aunque el formato de los 10 puntos está pensado para una terapia breve, también es aplicable como terapia multimodal a más largo plazo.
La combinación de enfoques terapéutico se basa en los 10 principios de la P.C.U: 5 de evaluación y 5 de intervención:
1. La evaluación de los significados personales implicados en la urgencia a través de la narrativa de la historia clínica. La secuencia de activación:
El enfoque P.C.U a diferencia de la terapia multimodal de Lazarus (1983) o el modelo multimodal de Slaikeu (1988) aplicado a las intervenciones en crisis, que presentan una interacción entre las diferentes modalidades de activación, presupone además que las distintas secuencias siempre están mediadas por significados personales. Sin embargo, a diferencia de las terapias cognitivas y cognitivas-conductuales entiende por aspectos cognitivos no sólo los pensamientos, imágenes y reglas o creencias personales de tipo verbal. Comparte con las formulaciones constructivistas y experienciales que los significados personales más tácitos pueden estar esquematizados o representados de manera no verbal.
La secuencia de activación multimodal implicaría siempre una activación del significado personal, activación que puede variar de sujeto a sujeto, o en el mismo sujeto en distintas ocasiones. La recogida del motivo de consulta de la urgencia, el inicio del trastorno, sus características y desarrollo debe de tener como eje como los implicados en la urgencia exponen sus significados personales respecto al mismo.
Esos significados personales se pueden exponer a través del relato del propio paciente y sus allegados, o a través de la indagación del clínico. Para ello es importante recabar información sobre las atribuciones causales ("¿A qué causa atribuye el paciente-allegados la situación de urgencias?") , Sus evaluaciones sobre los acontecimientos y personas implicadas, incluyéndose a él/ella misma (que piensa sobre ellos, que tipo de valoraciones hace) y sus significados personales (que le hace creer los pensamientos y valoraciones mantenidas por él y sus allegados).
Otro punto esencial a indagar en el motivo de consulta es de cómo se está activando el trastorno en su secuencia de modalidades, su orden de disparo. Por ejemplo, un estado de ánimo depresivo (modal afectivo) puede haberse activado tras una situación valorada como fracaso personal y signo de inutilidad (modal cognitivo), o tras la ingesta de un fármaco (modal somático). El orden de activación indicaría posibles áreas de intervención distintas (cognitiva en el primer caso, y médica en el segundo). Si bien es cierto que en trastornos más crónicos o duraderas todas las modalidades pueden estar implicadas de manera circular, y es difícil determinar un orden de disparo lineal; en las situaciones de urgencias puede ser factible detectar el orden de disparo de la urgencia. Para conseguir esto es esencial recabar información de los allegados y del mismo paciente de como se presenta el problema de urgencias, pidiéndole ejemplos concretos del mismo, en las situaciones que aparecen, pidiéndole datos de su secuencia, y si es posible observando o auto-observando el problema.
Es importante que el terapeuta sintonice con el canal en el que comienza el paciente a comunicar su experiencia, la modalidad expresada con preferencia (cognitiva, afectiva, somática, interpersonal o conductual) y que le cuestione inicialmente por datos de esa modalidad ("puenteo" de Lazarus, 1983) y que continúa completando el cuadro de activación de la secuencia de la urgencia por las otras modalidades ("rastreo de Lazarus, 1983). Esto es preferible aún en el caso de que el terapeuta se haga una idea de diagnóstico presuntivo de la urgencia, pues facilita la sensación de empatía con el paciente y la misma relación terapéutica.
2. La evaluación del estado emocional más predominante y disfuncional:
El estado emocional presente en la urgencia al ser inmediato y estar aquí presente en la situación de exploración clínica suele ser uno de los motivos de consulta más habitual. Un estado emocional de alta intensidad puede estar indicando varias cosas:
• La presencia de unas valoraciones específicas de los acontecimientos acaecidos: por ejemplo de pérdida e incapacidad en un estado depresivo, de amenaza en un estado de ansiedad o paranoide, de injusticia en un estado de ira, o de visión maníaca en un estado eufórico excesivo.
• La presencia de significados, creencias o actitudes personales tácitas o inconscientes para el propio sujeto: por ejemplo sus exigencias de ser amado de manera absoluta, y la presencia de malestar por no cumplirse tal exigencia.
• La falta de conciencia o articulación de necesidades, sentimientos y deseos personales autorreferidos de manera consciente de manera inadecuada. Por ejemplo: Una persona con una experiencia no consciente de ira hacia una persona cercana, que se explica a sí misma sus "síntomas corporales" como estado de ansiedad o enfermedad física.
Por lo tanto el terapeuta no sólo está atento a que los estados emocionales indiquen estilos de pensamiento o actitudes personales más o menos conscientes, sino también a que representen señales de procesos y significados más tácitos o inconscientes que habría que explorar antes que intentar modificar por su apariencia disfuncional. Ante esta última posibilidad los principios de evaluación y exploración de las terapias experienciales o psicodinámicas
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