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REACCIONES CONDUCTUALES

carlosguitar25 de Marzo de 2014

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REACCIONES CONDUCTUALES

Cuando hay una situación de urgencia o emergencia, las reacciones de las

personas, pueden no ser apropiadas. Durante el periodo de impacto las

reacciones más generalizadas podrían resumirse en las siguientes:

- Entre 10-25% de las personas permanecen unidas, en calma, pensando

en qué hacer y analizando posibilidades de salir de la situación.

- El 75% muestra conducta desorganizada, desconcierto, que puede

contagiarse al resto

Entre el 10- 25% restante muestra confusión, ansiedad, paralización,

gritos histéricos, pánico

La excitación característica de la situación de emergencia, puede ser

etiquetada emocionalmente como miedo, ansiedad, pánico, fobia; hay una

gran diversidad de reacciones en toda esta gradación de conductas, que

tienen como elemento común el temor (Fidalgo):

- Miedo: Temor al peligro concreto, específico, claro, evidente, que se

puede captar desde donde se encuentra la persona. La persona se

puede defender del miedo con medidas racionales.

- Ansiedad: Es un temor difuso, vago e inconcreto, una vivencia de

inquietud y desasosiego donde se anticipa lo peor. Puede provocar

perplejidad, asombro, embotamiento, confusión. Los mecanismos de

defensa son inconscientes; a veces son anómalos o inadecuados.

- Angustia: Con mayor prominencia de las reacciones fisiológicas.

- Pánico: Reacciones de miedo intenso en la situación de emergencia.

- Fobia: temor desproporcionado, terrible, irracional superior a uno mismo,

que se produce ante hechos, personas y situaciones.

Para que las señales de peligro produzcan algún tipo de temor, es necesario

que se den con suficiente intensidad y duración en el tiempo. Podemos decir

que existen desencadenantes externos, que pueden ser objetivados con

evidencias, y desencadenantes internos que incluyen ideas, pensamientos,

fantasías personales… que actúan como estímulos y pueden ser controlados.

Se puede decir que el impacto de la emoción en la situación de emergencia

distorsiona la respuesta del sujeto a varios niveles: fisiológico, conductual,

cognitivo, asertivo…

EL PROCESO DE REACCIÓN CONDUCTUAL ANTE LA

EMERGENCIA.

Según Canter, existen dos tipos de reacciones emocionales a la ambigüedad

de una alarma inesperada:

- Ignorar la situación: La persona seguiría con las actividades cotidianas.

Las personas piensan que es el personal el que debe asumir la

responsabilidad de afrontar la situación. Prefieren no manifestar

reacciones; interpretan que sólo es necesario hacer algo cuando su

vida se ve amenazada.

- Investigar: Implica actividades como consultar a otros, preguntar al

personal o autoridades del lugar, o incluso ir hacia el peligro potencial

paraestablece la naturaleza del incidente.

La gama de reacciones es muy variada: desde minimización inicial del peligro,

comportamiento de huída (condicionado por la señal de peligro, por ejemplo,

humo), formación de redes de apoyo entre familiares y conocidos… Es muy

llamativo que las personas eligen el camino de salida que conocen mejor; por

lo que tienden a retroceder, a veces desde la salida de emergencia hacia el

lugar por donde saben que se puede acceder a la calle. Además las personas

suelen mantenerse próximas a personas a las que está vinculado

emocionalmente.

La manera en que se genera la excitación emocional para actuar en una

situación de emergencia, puede ayudarnos a entender por qué se producen

determinadas reacciones y cómo se pueden evitar los comportamientos

desordenados y caóticos.

Proceso de reacción conductual en la emergencia

Cuando el individuo percibe la situación extrema como una amenaza y las

características de la misma, comienza a evaluar el contexto y sus propios

recursos adaptativos para afrontarlo. El objetivo es encontrar el bienestar.

La información en esos primeros momentos puede contribuir a que las

conductas sean adaptadas. Cuando las exigencias de la situación son

mayores, la persona reevalúa la situación y valora si sus esfuerzos tendrán éxito

o no.

Por este motivo la experiencia y/o adiestramiento en situaciones de

emergencia es fundamental para la resolución de la situación crítica. No hay

que olvidar que el aprendizaje juega un papel importante porque las

experiencias previas de la persona (reales o transmitidas por otros mediante

información directa de situaciones contadas por otros, o ver a otras personas

en peligro cuando la persona que lo observa está segura…) pueden modular

la percepción de amenaza y la reacción mostrada.

La intervención sobre las fases iniciales del proceso hace que sean más

eficaces las medidas de prevención o de actuación en el momento. Las

medidas preventivas suelen cortar la escalada de excitación emocional y

hacen que sea más fácil tomar la decisión adecuada al momento (combatir,

evacuar, protegerse…).

Podemos considerar como comportamientos adecuados los relacionados

con: ejecutar conductas generales de autocontrol, mantener la calma, emitir

acciones acordes con las consignas de emergencia (protección, aviso,

evacuación, lucha, colaboración

PERCEPCIÓN DE RIESGO.

El riesgo es la probabilidad de que en una condición se produzca una pérdida

determinada. En inglés se establece una diferenciación clara entre fuente de

daño o posible daño (hazard) y posibilidad de daño (risk), es decir que la

fuente se convierta en algún tipo de daño o pérdida real.

Desde un punto de vista cultural, el concepto de riesgo está presente en todas

las culturas, por ejemplo en la antigua Grecia, los niños con defectos físicos

eran despeñados para evitar amenazas a la evolución del pueblo griego.

La aceptación de riesgos está asociada estrechamente con la evolución y el

desarrollo de las nuevas tecnologías, que llevan casi implícito el concepto de

riesgo. Algunas personas lo tienen asumido como parte del precio del

progreso. Se habla de tolerabilidad del riesgo, para mantenerlo en unos niveles

aceptables. Es necesario mejorar la información a partir de la cual se

establecen los niveles de tolerabilidad, teniendo en cuenta las aportaciones

sobre percepción de riesgo que se han realizado desde los años 50,

especialmente en el área de desastres naturales.

Al principio se concebía la percepción de riesgo social (PRS) como la mera

percepción de un estímulo objetivo, posteriormente se vio que era una

construcción social con muchos elementos asociados, que dependen de

decisiones humanas. Por lo tanto, se puede definir la percepción de riesgo

social como el estudio de las creencias, actitudes, juicios y sentimientos, así

como valores y disposiciones sociales y culturales más amplios que las personas

adoptan frente a las fuentes de peligro (tecnológicas, actividades y

sustancias…) y los beneficios que éstas conllevan (Pidgeon y cols., 1992).

En ciencias sociales, el riesgo tiene una concepción multidimensional, con

distintos significados en función de cada persona, contexto o momento. Todo

esto origina en la persona una sensación de incertidumbre, de tipo subjetivo.

Algunos de estos estudios han llegado a las siguientes conclusiones: Entre una

ganancia segura y otra y otra mayor pero incierta, se tiende a preferir la

seguridad, no la incertidumbre. Pero entre una pérdida segura y otra pérdida

mayor pero incierta, se prefiere el riesgo, no la seguridad.

Antes de realizar el diseño de un programa de comunicación respecto a

determinados riesgos se pueden explorar mediante técnicas cualitativas las

creencias intuitivas que tienen las personas respecto a ese riesgo (fuentes de

exposición al mismo, efectos, cómo evitarlo o reducirlo. El objetivo es identificar

creencias ambiguas, distorsionadas o ausentes., para prevenir el riesgo y

seleccionar las informaciones específicas que deberían abordarse.

Hay tres factores asociados a la percepción de riesgo: pérdida, significación e

incertidumbre. El peso que adquiere en cada persona es diferente: las

personas comparan el riesgo de distintas alternativas o sopesan riesgos frente a

beneficios. Por ejemplo, las personas que viven cerca de una central nuclear,

cuando escuchan noticias sobre un fallo en otra central nuclear, pueden

otorgar alta importancia o significación al evento sufrido, supone una pérdida

de la estabilidad cotidiana e incrementa la incertidumbre existente porque

esa situación se puede repetir en su entorno cercano en cualquier momento.

La percepción de riesgo en las personas está mediada por su propia idea de

riesgo, el tipo de amenaza experimentada. Si la persona

...

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