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Reacciones psicótico depresivas


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2015  •  Exámen  •  29.618 Palabras (119 Páginas)  •  194 Visitas

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Reacciones psicótico depresivas

Las reacciones psicótico depresivas son desórdenes del humor en las que el        desaliento, la culpa y las ideas delirantes de desprecio por sí mismo dominan el pensamiento de una persona. Las ideas delirantes predominantes concuerdan con ese humor de desaliento, a menudo aprensivo. Por lo común se trata de exa¬geraciones y distorsiones de lo que cualquier adulto normal sentiría tras un fraca¬so personal o una pérdida seria. Los psicótico depresivos pierden el contacto eficaz con su medio circundante humano en mayor medida que psicóticos para¬noicos con un grado comparable de enfermedad. Sin embargo, no sufren una desintegración general de la personalidad, como ocurre usualmente entre los esquizofrénicos. Las alucinaciones no son parte del cuadro psicótico depre¬sivo típico.

Cuando una persona desarrolla una depresión psicótica severa deja fuera de sí misma buena parte del medio circundante y se hunde en una preocupación profunda en forma súbita o bien gradualmente. El paciente se hunde en algún conflicto avasallador surgido de la culpa o de la sensación de no valer nada, ex¬cluyendo virtualmente todo lo demás. Cuando da voz a sus ideas delirantes, acusándose y rebajándose, a todos les resulta obvio que la persona está enfer¬ma. Muy rara vez los pacientes y amigos toman las afirmaciones delirantes de las personas severamente deprimidas como ciertas, caso contrario a lo que suele suceder con los psicóticos paranoicos. El error más común y peligroso que co¬meten es subestimar el odio asesino por sí mismo que aparece en las depresio¬nes, y permiten que el suicidio las sorprenda.1 En ocasiones, al suicidarse, una persona deprimida mata también a sus seres queridos. A pesar de las racionaliza¬ciones que haga de esto —sea de antemano o dejando una nota tras haberse matado—, se trata en realidad de una extensión de la hostilidad del superego agresivo, que, aparte del ego depresivo, incluye a otras personas.

Es más difícil comprender las depresiones psicóticas que las neuróticas; esto se debe a la profunda regresión y a la pérdida de interés que el enfermo muestra por casi todo lo externo. El desánimo, el desaliento y la desilusión no son sólo más profundas en las depresiones psicóticas, sino además mucho más rígidas y fijas que en las depresiones neuróticas. No se emplean las quejas para estimular a los otros a contradecir los ataques del superego, sino que se hacen como afir¬maciones de un hecho. Los intentos que hacen las otras personas de consolar al enfermo tropiezan con un rechazo terco y a menudo furioso de éste. La de-presión ha alcanzado un nivel de delirio; ha reemplazado a la realidad externa con una realidad interna avasalladora. Diremos más al respecto en la sección sobre antecedentes dinámicos y del desarrollo; allí veremos que la depresión psicótica se encuentra íntimamente relacionada con el duelo normal y la pena realista. De hecho, podría decirse que el duelo normal es una forma realista de depresión psicótica, en especial cuando se amaba a la persona perdida y con¬tra la cual se está resentido.

Definición. Las depresiones psicóticas son desórdenes del humor, en los que el desánimo, el desprecio de sí mismo y la autocondena alcanzan propor¬ciones delirantes. La sensación de no valer nada y de culpa persiste a pesar de lo que digan o hagan los demás. De hecho, cuando otras personas tratan de con¬tradecir y dar seguridad al paciente, más bien estarán agrandando que amino¬rando la depresión de éste. Esto contrasta notablemente con la depresión neuró¬tica,2 en la que el paciente estimula a los otros para que lo contradigan, le den apoyo y le ayuden a resguardarse de los ataques del superego. Al psicótico de¬presivo las contradicciones y el apoyo lo mueven a acumular más desprecio contra sí mismo y a que se recrimine más, lo cual es de carácter cada vez más delirante. La culpa, profundamente asentada, relaciona las depresiones psicóticas con las neurosis obsesivo compulsivas; pero en las primeras la culpa es sumamen¬te consciente y el paciente deprimido difícilmente se interesa por otras cosas. Además, tiene fantasías activas de suicidio, cosa que no ocurre en las obsesiones compulsivas y mucho menos en las depresiones neuróticas. Como veremos más tarde, tal diferencia va más allá de los simples síntomas, pues envuelve a la regre¬sión hasta una fase en la que el superego sádico parece estar anunciando hechos y en la que el ego realmente adulto que funciona para oponérsele es mínimo.

Adaptación. En las depresiones psicóticas hay pocos elementos que tengan valor adaptativo; la regresión es tan profunda que el paciente puede hacer poco uso de su ambiente y, a diferencia del paranoico, no proyecta ni su odio ni su miedo internos; o, de hacerlo, considera bien merecida la suerte que tiene. Mues¬tra una actitud activamente cruel contra sí mismo y, cuando espera tortura y muerte a manos de personas sádicas, considera justas una y otra. El superego muestra una actitud de odio, crueldad y goce —parecida a la de algunas obsesio¬nes compulsivas— y la respuesta del ego al superego es sumisa; a veces se diría que da la bienvenida a todo. Tal vez esa actitud sumisa y receptiva ayude a ex¬plicar que la depresión psicótica sea más común entre las mujeres que entre los hombres. Como ya hemos dicho, el psicótico depresivo no expresa su des¬precio contra sí mismo para hacer que los otros lo contradigan, sino como "un hecho". Por consiguiente, sus quejas no son defensivas ni adaptativas. El único sentido en el que puede emplearse el término adaptativo en las depresiones psicóticas, es que el paciente de algún modo se las arregla para escapar de la fragmentación y de los abismos existentes en la esquizofrenia. Tal vez esto se relacione con sus relaciones de objeto, que son mejores cuando está bien, y por consiguiente, con una personalidad mejor organizada.

ASPECTOS CLÍNICOS DE LAS REACCIONES PSICÓTICAS DEPRESIVAS

Cuando, en el capítulo 12, estudiamos las depresiones neuróticas, dijimos que si la depresión se vuelve aguda y severa, el paciente pierde su control de la realidad externa y sufre una regresión profunda y subtotal; es decir, vuelve casi totalmente a niveles infantiles. Suele requerir hospitalización, para protegerlo de los impulsos suicidas del superego. En tales circunstancias, no estamos ya frente a una depresión neurótica, sino frente a una psicótica.4 En las depresiones psicóticas hay tantas variedades como en las neuróticas. Incluso los factores precipitantes pueden ser sumamente similares. Las diferencias principales son: que en la depresión psicótica la regresión es más profunda e incluye muchos más elementos que la regresión en las depresiones neuróticas. Atribuimos tal vul¬nerabilidad a la regresión profunda y subtotal que, en los adultos psicótico depresivos, se basa en defectos de la personalidad surgidos durante la primera parte de la niñez.5

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