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Resumen LIBRO: ENSEÑAR A VIVIR

roulandoResumen19 de Julio de 2019

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Universidad de Cuautitlán Izcalli

Plantel Lago de los Lirios

Coordinación de Posgrados

  Resumen

LIBRO: ENSEÑAR A VIVIR

MANIFESTÓ PARA CAMBIAR LA EDUCACIÓN

AUTOR: EDGAR MORÍN

 

              Asignatura

CONTEXTO NACIONAL DE LA EDUCACIÓN

Presenta

Rolando Cirilo Hernández

Catedrático:

Dra. Xóchitl Muños García  

19-julio-2019

TO-M-2481

CAPITULO I ¡VIVIR!

QUE ES VIVIR

Jean-Jacques Rousseau formuló el sentido de la educación en el Emilio, donde el educador dice de su alumno: Lo que quiero enseñarle es el oficio de vivir, solo se puede ayudar a aprender a vivir. La enseñanza de la literatura, de la historia, de las matemáticas, de las ciencias, contribuye a la inserción en la vida social, la enseñanza de la filosofía estimula la capacidad reflexiva. Todo esto es necesario para afrontar los problemas fundamentales y globales del individuo, del ciudadano, del ser humano.

Vivir es una aventura. Se debe de enseñar con la naturaleza del conocimiento, que lleva en sí misma el riesgo del error y de la ilusión, porque todo conocimiento, comenzando por el conocimiento perceptivo. Por todas partes se enseñan conocimientos, en ninguna parte se enseña qué es el conocimiento.

Una fuente de error y de ilusión consiste en ocultar los hechos que nos molestan, anestesiarlos y eliminarlos de nuestro espíritu. Ya sabía por Hegel que una verdad parcial conducía al error global. Se comprende mejor que la verdad total es un error total.

Nuestra educación, que brinda útiles para vivir en sociedad, si bien se consagra a preparar o proporcionar una educación profesional. Presenta una carencia enorme de la vida, porque es necesario equivocarse e ilusionarse lo menos posible, reconocer fuentes y causas de nuestros errores e ilusiones, buscar en todos los casos un conocimiento lo más pertinente posible. Enseñar a conocer el conocimiento que es siempre traducción y reconstrucción. Como lo ha mostrado Popper, no aportan ninguna verdad absoluta y definitiva, pero progresan superando errores.

Vivir es afrontar sin cesar el riesgo de error y de ilusión en la elección de una decisión, de una amistad, de un lugar para vivir, de un( a) cónyuge, de un oficio, de una terapia, de un candidato en las elecciones, etc.

Con todo, hay que tomar decisiones y, por ello hacer elecciones. plaza Maidan! Vivir es una aventura que conlleva en sí misma incertidumbres siempre renovadas, eventualmente con crisis o catástrofes personales o colectivas. Vivir nos confronta sin cesar con otro, familiar, íntimo, desconocido, extraño.

¿QUÉ ES SIGNIFICA VIVIR?

La palabra vivir tiene un primer sentido: estar vivo. Pero alcanza un sentido pleno cuando se diferencia vivir de sobrevivir. Sobrevivir es subvivir, hallarse privado de las alegrías que puede proporcionar la vida, satisfacer difícilmente las necesidades elementales y alimentarias, no poder desarrollar sus cualidades y aptitudes propias.

El bienestar occidental se identifica con el tener mucho, muchas veces señalada, entre el ser y tener. La noción de buen vivir engloba todos los aspectos positivos del bienestar occidental, rechaza los aspectos negativos que provocan malestar y abre la vía a una búsqueda del bien vivir que comporta aspectos psicológicos, morales, de solidaridad, de buena convivencia.

SABER VIVIR

En realidad, el término filosofía comporta una interrogación sobre el mundo, la realidad, la verdad, la vida, la sociedad, el ser y el espíritu humano, interroga sobre la sabiduría: desde los griegos la sabiduría era considerada ya como vida guiada por la razón, lo que comportaba el control en uno mismo, ya como vida que sabe gozar de sí misma. Cuando se preguntaba a Hegel qué era la filosofía, respondía con ironía: La filosofía es el ganapán de los profesores de filosofía

¿Y qué pasa con la sabiduría hoy? El mundo, impulsado por Occidente, ha asumido un modelo prometeico, activista, de dominio, de conquista del poder sobre la naturaleza, y ese dominio rechaza toda idea de sabiduría. Castoriadis dijo: El hombre es ese animal loco cuya locura ha inventado la razón.

Como ya lo hemos señalado, la vida es un tejido mezclado o alternativo de prosa y de poesía. Se puede llamar prosa a las limitaciones prácticas, técnicas y materiales que impone la existencia. Se puede llamar poesía lo que nos transporta a un estado segundo: primero la propia poesía, la música, la danza, el goce y el amor, sin duda. Prosa y poesía juntas se hallaban estrechamente tejidas. La poesía es la estética, es el goce, es el amor, ¡es vivir, por oposición a sobrevivir!.

Se vive muy mal sin razón, se vive muy mal sin pasión. Así la única racionalidad sería la de conducir nuestras vidas en una navegación permanente, en una dialéctica razón/pasión. Patrice Viveret: La buena dialéctica razón/pasión sería la que fuera guiada por la bondad y el amor.

Sabemos que la aptitud de gozar (entiendo por ella gozar de la vida) es, a la vez, la aptitud de sufrir. desdicha. Cuando se ha conocido la felicidad con un ser querido que nos deja o muere, somos desdichados porque, justamente, hemos conocido la felicidad. El Tao te-king dice: La desdicha va del brazo con la felicidad, la felicidad está al pie de la desdicha. No hay que buscar la felicidad. Cuanto más se la busca, más huye. Hay que buscar el arte de vivir, que da como recompensa grandes y pequeñas felicidades.

Hay que enseñar y aprender: saber distanciarse, saber objetivarse, saber aceptarse, saber meditar, reflexionar. La filosofía debe dejar de ser considerada como disciplina para devenir motor y guía para enseñar a vivir. Debe volver a ser socrática, es decir suscitar sin cesar diálogo y debate.

ENFRENTAR LAS INSERTIDUMBRES

La enseñanza debería comportar una enseñanza de las incertidumbres. Hay que cambiar, en consecuencia, el modo de concebir el conocimiento científico. Incertidumbre y duda están vinculadas, una llama a la otra y esta llama a la primera. Hegel decía: «El escepticismo es la energía del espíritu», porque se enfrenta a los dogmas y a las creencias. Es verdad que la conciencia plena de la trampa permanente de errores e ilusiones, que siempre adoptan la apariencia de verdades ciertas, debe suscitar el ejercicio de la duda. La duda incontrolada e ilimitada se transforma en la certeza paranoica de que todo es falso o mentira.

Es preciso recurrir a la reflexión, la incertidumbre y reconciliándose con las virtudes del escepticismo hegeliano, así se destruye nuestras certezas artificiales y nos muestra los riesgos del presente, los límites del saber y la parte de misterio del universo.

Hay una diferencia fundamental entre una teoría y una doctrina. La teoría es, por esencia, biodegradable, refutable por los elementos de un nuevo conocimiento. Si bien una doctrina puede tener los mismos elementos constitutivos que una teoría, rechaza en cambio modificarse si se la contradice.

INSERTIDUMBRE DEL VIVIR

La incertidumbre es inseparable del vivir. Todo nacimiento es incierto y da comienzo a una vida de la que no se da ninguna certidumbre, salvo la de su muerte, pero cuya fecha y causa son inciertas. Eurípides dijo: Lo esperado no se cumple y a lo inesperado un dios le abre la puerta, por tal razón es necesario que todos los que tienen la responsabilidad de enseñar estén al corriente de las incertidumbres de nuestro tiempo.

Toda decisión es particularmente en un medio rico en interacciones y retroacciones, y la acción requiere de una estrategia susceptible de modificarse en función de los riesgos hallados y de informaciones adquiridas en el curso de la acción.

La incertidumbre sobre el futuro de la humanidad es producto principalmente del curso incontrolado e impensado de los procesos técnicos, científicos, económicos, vinculado a las cegueras que produce nuestro tipo de conocimiento parcelario y compartimentado.

Hay que comprender que toda decisión es una apuesta, lo que en lugar de dar una certeza ilusoria lleva a la vigilancia. Hay que aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza.

La incertidumbre no se elimina: se negocia con ella.

VIVIR LIBREMENTE

no hay autonomía mental, sin dependencia de lo que la alimenta, es decir la cultura, ni sin conciencia de los peligros que amenazan esa autonomía, es decir, los riesgos de la ilusión y del error, de las incomprensiones mutuas y múltiples, de las decisiones arbitrarias en la capacidad de concebir los riesgos y las incertidumbres.

La educación para la autonomía se inserta con plenitud en la educación para la vida, la enseñanza de qué es la libertad, cuanto más elevado es el nivel de elección, mayor es la libertad, sin embargo, la verdadera libertad de espíritu no depende de la riqueza.

La libertad puede ser peligrosa cuando contradice verdades establecidas.

CAPITULO II

UNA CRISIS MULTIDIMENCIONAL

Cuando se habla de la crisis de la educación se encuentre  entre la bioclase adolescente y la clase docente adulta: tumultos, desórdenes, habladurías, desobediencias, afrentas, insultos, castigos, llamados al orden, exclusión de la clase, humillación o culpabilizarían.

Los docentes no conocen esa cultura juvenil más que superficialmente, tal como los alumnos ignoran los problemas profundos que afectan el mundo docente del secundario (degradación del prestigio, funcionarización, intervención de los padres en favor de sus hijos mal calificados o castigados, padecimiento de los alborotos y agresiones y por ello encerramiento en la disciplina, sola y única soberanía).

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