Resumen de Clínica de Niños
agosbelen2001Apuntes5 de Junio de 2023
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FANTASMA.
Lacan, para explicarlo toma un cuadro, el cual representa la condición humana, y muestra como no hay una relación directa con la realidad, ya que a esta ultima la miramos a través del marco del fantasma, es decir que la relación con la realidad es mediatizada por el fantasma. El fantasma mediatiza la relación del hombre con el mundo y con el Otro.
Desde Freud, el fantasma es tomado como la fantasía. Desde Freud el fantasma es la realidad, y la realidad es el fantasma.
El origen del niño (nacimiento) no hay ser-ahí, esta como objeto del fantasma del Otro, se da una alienacion, y no es sujeto deseante. No hay escapatoria de esto. Desde el imaginario (del fantasma) parental va a depender la estructura subjetiva del niño. Esta relación se articula en términos propiamente lógicos que provienen de la función significante, de la palabra. A través del lenguaje se vehiculiza a que lugar viene el niño, la palabra vehiculiza el deseo. Es por la alienación (niño como objeto de deseo) y la sepacion (suj deseante), que se da la consitutcion subjetiva del sujeto. Se rompe con la dicotomia obj-suj. El obj es luego sujeto, el objeto es presujeto. El objeto es el inicio presujeto en su real, cuando es deseado por el A. Por otra parte, es causa del deseo del sujeto. Solamente habiendo sido objeto de deseo el A se adviene como sujeto deseante, sujeto barrado. La articulación lógica se llama si y solo si, como condición necesaria.
Para la constitución subjetiva del niño hace falta lo listo para proveer y lo listo para vestir. La realidad del niño es lo liso para vestir e investir. Es lo listo para llevar, el pret a poter, es decir, ropa común (lo viste y lo inviste) que la tienda del Otro diseño. Este pret a porter es montaje simbólico y lo imaginario es cuyo centro lleva al deseo del A, un deseo entrevisto. “El deseo es la escencia de la realidad”. Hay una continuidad entre e deseo y la realidad.
El análisis comienza con la construcción del fantasma, se lo construye para realizar su travesía, lo cual no supone una adaptación a la realidad. En la cura analítica se trasciende el plano de la identificación, y una vez que se atraviesa el fantasma en análisis se deja atrás el plano del fantasma.
El fantasma es un guion, una pequeña historia muy detallada. Hay una escena, un decorada, con personajes que obran, que hacen acciones. Esto le da una identidad al sujeto, un papel para desempeñar en la vida, hay una mescolanza de fantasmas.
Hay una gramática del fantasma, obedece a ciertas leyes de la construcción, que son leyes de la lengua, se puede construir en una frase, como la de pegan a un niño, frase en la cual se pone en juego el seo y el ser.
Hay una lógica del fantasma. El fantasma es un axioma, un punto de partida del sistema lógico matemático que permite explicar lo mas nimio y lo mas importante de la vida de un sujeto. Hay una monotonía del fantasma, una inercia. El axioma fantasmático del sujeto nos permite explicar la vida del sujeto, su vida sexual, lo que se va a dar en transferencia, y en esta ultima tenemos que enterarnos uqe tenemos un lugar frente al fantasma de los padres para poder corrernos de ese lugar y no actuar ese lugar asignado por el fantasma del Otro. Este lugar que tiene el analista en el fantasma es predeterminado previamente a la consulta. Y para saber que lugar tenemos debemos preguntarnos: ¿por qué el paciente consulta ahora y por qué conmigo?
TRANSFERENCIA.
Frizzera.
La transferencia, implica un desplazamiento desde un deseo inconsciente a un resto diurno, desde un pasado a un presente. El deseo, para poder burlar la censura, se apodera de formas nimias, despojadas de su carga. Según esta primera concepción la transferencia es el mecanismo de todas las formaciones del inconsciente.
La transferencia se convierte en motor y traba de la cura, el eje privilegiado para hacer consciente lo inconsciente y para la aparición de aquello que por ser traumático retorna. Retorno que en algunos casos lleva a elaborar (“Recuerdo, repetición y reelaboración”), mientras que en otros momentos porta el signo de lo compulsivo tratando de inscribir lo traumático y repitiendo el fracaso ante esa tarea. Si la transferencia en su sentido amplio es repetir, es transferir de un pasado a un presente y si ese amplio sentido se restringe luego a lo que ocurre con el analista (neurosis de transferencia), habremos de considerar los siguientes ejes:
a) Lo que los padres transfieren al hijo. Lo que el niño representa, actualiza en los padres: Un niño es aquel que desde su desvalimiento e indefensión queda ofrecido para ser investido por los adultos. Un hijo, entonces, será aquello que los padres depositan en él de sus anhelos y deseos desde su propia historia traumática. El pequeño será el que debe cumplir los sueños no realizados de sus progenitores y quién repetirá una historia que le antecede con el fin de elaborar o ligar lo traumático de ella, pero que llevando la marca del fracaso, será llevado a repetir lo mismo.
b) El desencadenante de la consulta como un ahora que presentifica un pasado: En toda llegada a un analista se ponen en juegola cuestión del “¿Por qué ahora?”, qué del momento actual ha resultado más inquietante o conmovedor, qué de la actualidad ha producido un corte de una rutina, aunque muchas veces no quede registrada como tal. La otra cuestión es qué teorías se ponen en juego como explicación acerca del por qué piensan que las cosas suceden de esa determinada forma. Es un camino que se irá recorriendo desde lo más superficial, que ofrecerá resistencias, pero que al mismo tiempo será el medio de hallar los hilos lógicos para entender por qué un niño ha sido puesto y se pone en determinado lugar.
c) Lo que los padres transfieren al analista: En la consulta por un niño se produce una verdadera encrucijada de transferencias. Los padres se dirigen al analista, lo interrogan, hablan y se resisten a ello. La transferencia es un “lugar” en el que las hebras se entremezclan, advertimos que las reacciones y los dichos de los padres intervienen en el síntoma del niño e incursionan en el tratamiento. De esta manera pasaremos al niño, a considerar cómo ese niño ocupará y repetirá el lugar que le ha sido asignado.
d) Lo que el niño transfiere sobre la persona del analista: Un momento importante en lo que se constituirá en la iniciación del tratamiento con un niño, será aquel en donde se desprende de los padres y acepta la presencia única del analista. Comienza a quedarse a solas con el analista, a dirigirle sus juegos, sus decires, sus síntomas. Es como si se diera un “pasaje” al principio; el analista es ese extraño que está allí observando y escuchando lo que él hace con sus padres. Luego ese “extraño” ocupa el lugar de quien se interesa por lo que le pasa de una manera particular. Así, el niño pasa a “soportar” la presencia del analista. Se puede pensar que el desprenderse a través de estos pasos, el entrar ya solo, constituye el momento de apertura del psicoanálisis del niño.
e) Lo que el analista transfiere en un niño y en los padres: El psicoanálisis de niños es un campo en donde se pone a prueba aún más que en otros el deseo del analista. El niño más que nadie, por la imagen de lo que se fue en algún momento, se convierte siempre en soporte del narcisismo de los adultos. Corremos así el riesgo de olvidar algunas nociones fundamentales para rastrear en cada niño cómo son las teorías sexuales infantiles. Se corre también el riesgo de olvidar que el niño es punto de anclaje de la reviviscencia de las fantasías del analista. Y es por estos olvidos que el deseo del analista queda tantas veces desplazado. Es por estos olvidos que muchas veces encontramos terapeutas que llenan de culpa a los padres, que se enojan con ellos, que, en fin, identificados un poco o bastante con el lugar del niño, quieren reemplazar la impotencia de éste y reparar su sufrimiento. Es como si los analistas de niños pudiesen perder más fácilmente el hilo ético dado por el propio análisis: Seguir la vía del desciframiento de la alineación, que al mismo tiempo que constituye al sujeto, lo traba, le impide, le genera síntomas.
Manonni. AGREGAR CASO.
El niño es sucesivamente su propio padre, su madre, la analista misma, etc, por lo tanto en la transferencia con el niño se dan múltiples transferencias, hay una entrecricijada de multitransferencias. En el análisis con niños hay que versela con ,uchas tranaferenias. Las reacciones de los padres forman parte del síntoma del niño y de la conducción de la cura. El niño forma parte de un malestar colectivo, su enfermedad es el soporte de una angustia parental. Si se toca el síntoma del niño se corre el riesgo de poner al descubierto aquello que alimenta la ansiedad del adulto, lo que implica suscitar reacciones de defensa y rechazo.
La transferencia no se reduce a una relación interpersonal. Se busca lograr que el niño pueda salir de cierta trama que va formando con la complicidad de sus padres, y esto solo es posible si se comprende que el discurso que se dice es un discurso colectivo, ya que la experiencia de la transferencia se realiza entre el analista, el niño y los padres.
SEMINARIO 10.
Lacan toma como antecedente al mayo frances en el cual se da una irrupción de filosofos. Kierkegergar escribe el concepto de la angustia, y Green escribe el “concepto psicoanalitico del afecto. Una cuestion viviente” en el cual critica a Lacan a pesar de haber sido un discupulo, diciendo que Lacan se queda en una posicion meramente intelectual de la persona. Lacan contesta que no es cierto que no se ocupa de los afectos, y hace el seminario ocupandose del afecto principal, de la angustia.
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