SEAMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN
jenni903 de Noviembre de 2014
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Es fácil dejar que las noticias sobre los grandes problemas ecológicos que tenemos en el mundo nos preocupen y nos hagan sentir atemorizados, porque pensamos que la solución del problema está en manos de otros. Pero, mientras los gobiernos y las grandes compañías decidan tomar las medidas necesarias para detener y reparar el daño ecológico, somos nosotros los verdaderos perjudicados, los que en verdad podemos comenzar por hacer algo concreto cada día, si somos conscientes y cambiamos algunos hábitos, para contribuir con la solución. Millones de personas pueden lograr con acciones simples, sencillas y de bajo costo, cambiar y hasta mejorar el panorama.
La solución radica en ocuparse en lugar de preocuparse… ¿Cuál es la diferencia? La preocupación es una respuesta inútil a una situación difícil, puramente emocional que solo provoca estrés y desgaste. Además, cuando uno se preocupa, no piensa más que en el problema. Ocuparse, en cambio, es un proceso racional y constructivo, en el que pasamos de ser parte del problema, a convertirnos en parte de la solución. Pues dejamos de pensar con temor en el desastre ecológico, y comenzamos a buscar con calma y conciencia una salida más práctica y saludable.
Como me decía un viejo maestro: “Maytte, si alguna situación no está en tus manos y no puedes hacer nada para solucionarla, de nada vale que te preocupes, pero si la solución está en tus manos, haz lo que tengas que hacer y resuélvelo.”
Ante las noticias negativas, en vez de cacarear como gallinas asustadas, corriendo de un lado a otro, debemos detenernos a responder varias preguntas:
¿Qué es lo peor que podría pasar?
¿Cuál es la probabilidad de que este evento ocurra?
¿Qué puedo hacer yo para resolver el problema?
¿Cómo puedo prevenirlo o prepararme para afrontarlo?
Por donde comenzar:
1. Cambia, desconecta o usa lo menos posible todo aquello que despida calor: Bombillos incandescentes, calentadores de agua, secadoras de ropa, motores de aire acondicionado, secadores de pelo… No uses más luz de la necesaria, apágala cuando no la necesites, cámbiala por bombillos ahorradores y baja el consumo hasta un 60%. Cambia la potencia, en vez de uno de 100 coloca bombillos de 60 watts, y ahorrarás un 30% adicional. Enciende el calentador de agua media hora entes de bañarte, mantener un calentador prendido es como si tuvieras 25 bombillas de alto consumo encendidas al mismo tiempo.
2. No desperdicies el agua, no dejes correr el agua mientras te cepillas los dientes, te afeitas, te enjabonas, te pones shampoo o enjabonas los platos. Una familia puede ahorrar hasta 75.000 litros de agua en un año, con solo moderar su uso. Cuida las fugas, una sola llave goteando, puede desperdiciar hasta 200 litros de agua sin que te des cuenta, lavar el carro con manguera gasta 550 litros de agua y con una esponja y un tobo solo 50 litros.
3. Usa menos detergentes, reúne toda la ropa para lavar y hazlo solo una vez a la semana. Nunca tires aceite por el fregadero pues contribuirás con una grave contaminación de agua (un litro de aceite de cocina contamina ¡250.000 litros de agua!.)
4. Reciclar, reciclar y reciclar. Compra artículos de larga vida, evita los envases no retornables, no aceptes bolsas de plástico en el supermercado y si es posible lleva tu propia bolsa de tela; usa la impresora lo menos posible, separa la basura e infórmate de los centros recicladores.
5. Caminar, caminar y caminar. Trata de no usar el auto la mayor parte del tiempo, usa el transporte masivo, la bicicleta o camina. Si conduces, hazlo suavemente, no aceleres, ni frenes bruscamente, mantén el motor afinado, infla apropiadamente sus ruedas, comparte el carro si no dispones de transporte masivo.
Hay mil cosas que puedes hacer para motivar y enseñar a otros, recuerda que tus hijos, tus amigos y tus
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