SEMINARIO Psicopatología del Comportamiento Delictivo

SEMINARIO

Psicopatología del Comportamiento Delictivo

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TABLA DE CONTENIDO

1.

trastornos de la personalidad, relacionados con la conducta delictiva

Definición y características del trastorno de personalidad        2

Objetivos del ejercicio        4

Metodología        4

Realización del ejercicio        4

2.

los diferentes estilos de personalidad según las teorías de eysenck y millon

Introducción        19

Objetivos        19

Metodología        19

Las teorías de la personalidad (Eysenck y Millon)        20

Realización del ejercicio        21

3.

rasgos temperamentales de la personalidad y delincuencia

Objetivos        28

Introducción        28

El constructo de búsqueda de sensaciones        29

Concepto y evaluación de la personalidad        31

Metología y realización del ejercicio        32

1. ESTUDIO Y RECONOCIMIENTO               DE DIFERENTES TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, RELACIONADOS CON LA CONDUCTA DELICTIVA

1. a) DEFINICIÓN y caracterísiticas DEL TRASTORNO DE PERSONALIDAD

Según el DSM V, un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencias internas y comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas culturales.

Las características generales comunes a los trastornos de personalidad son los siguientes:

• Son un grupo heterogéneo de alteraciones persistentes, inflexibles e inadaptativas.
• Deterioran el funcionamiento social y ocupacional.
• No existe pérdida de contacto con la realidad.
• Pueden ocasional malestar emocional

Habitualmente, el trastorno de la personalidad inicia en la adolescencia o en el comienzo de la edad adulta y se mantiene estable a lo largo del tiempo.

Entre las consecuencias de padecer un trastorno de personalidad se encuentra el malestar o los perjuicios para el sujeto, así como para la gente que le rodea.

2. b) objetivos

Los objetivos de este ejercicio son los siguientes:

• Reconocer en la conducta de los demás las características más significativas de determinados trastornos de la personalidad.
• Conocer como su presencia influye en la forma de actuar a nivel intra e interpersonal en las personas que los padecen.
• Conocer los criterios que el DSM V utiliza para poder llegar a su diagnóstico.

1. c) metodología

Se leerán y revisarán tres pequeñas biografías de tres personas que padecen un trastorno de la personalidad. Se debe indicar dónde están presentes todos y cada uno de los diferentes criterios que el DSM V establece para el diagnóstico de ese trastorno de la personalidad en particular.

Con posterioridad al trabajo anterior deberán contestar a la siguiente pregunta:  

“En función de lo que conoces de dichos trastornos y según tu opinión, ¿qué delitos serían los más habituales en cada uno de dichos trastornos y cual crees que sería la relación de cada uno de dichos trastornos de personalidad con la imputabilidad/inimputabilidad en caso de delito?”

1. c) realización del ejercicio

A continuación se adjuntarán las tres biografías mencionadas sobre las que se trabajará y, posteriormente, se contestará, en cada caso, a la pregunta planteada en el apartado de metodología.

Biografía nº 1:

EL LUGAR EQUIVOCADO EN EL MOMENTO EQUIVOCADO

Kirsta acudió a terapia por orden judicial. Se le imputa un cargo de alteración del orden por pelearse con sus vecinos, además de posesión de drogas, La gente de su edificio afirma que es una persona con la que es difícil llevarse bien. Se muestra provocadora y desafiante, y sus vecinos consideran que les llega a intimidar. Va vestida en consonancia a ese papel, con una chaqueta negra de piel y muchos piercings. Su hostilidad y sus pocas ganas de explicarse hacen que la obtención de la historia sea lenta. Cuando se le pregunta por qué comenzó a alterar e orden, contesta: “Porque no tengo por qué comerme la mierda de nadie”.

Aunque Kirsta tiene 23 años según su historial judicial, su aspecto duro hace que aparente algunos años más. Tiene muchos antecedentes penales, con detenciones repetidas por posesión de drogas y robo y otra por prostitución. Se burla cuando se le pregunta si tiene creencias religiosas: “Jesús no quiere a nadie, o al menos no me quiere a mí”, dice mofándose. “La única regla es atacar a los demás antes de que ellos te ataquen a ti”. Además, Kirsta ha utilizado distintos nombres en diferentes lugares de la ciudad para “evitar que nadie pueda tirarte la mierda encima”.

Kirsta es la mediana de cinco hermanos, incluyendo dos hermanastros. Su padre murió hace 18 años, cuando Kirsta tenía 5, por causas desconocidas, posiblemente relacionadas con las drogas. Su padrastro no se ocupaba de los niños y gran parte del tiempo trabajaba lejos de casa. Su madre no les inculcó reglas consistentes de disciplina y en ocasiones, bajo los efectos del alcohol, estallaba en cólera. Entonces, Kirsta se escapaba y se quedaba toda la noche con sus amigos hasta que las cosas se tranquilizaban.

Con el paso de los años, su vida se había deteriorado. Comenzó a ausentarse de la escuela cuando su madre se vio obligada a trabajar por las mañanas temprano en una panadería cerca de su casa para poder hacer frente a los gastos del hogar. Como nadie se ocupaba de vigilar a los niños, Kirsta pasaba el día en el barrio ribereño. Finalmente, comenzó a consumir marihuana, y acabó dedicándose a su venta para poder pagarla. Robaba a desconocidos, normalmente a mujeres, a punta de navaja, “unas dos veces al mes”. A los 15 años de edad, iba pocas veces a su casa a causa del carácter irascible de su madre. A los 18 años ya había estado tres veces a disposición del tribunal de menores, una vez por posesión de drogas, otra por robar en tiendas y otra vez por haber abusado de animales. Cuando se le preguntaba si se sentía culpable por ello, decía: “Nadie se ha sentido culpable jamás por lo que me han hecho a mí”. Admite haber consumido heroína y en ocasiones haber compartido agujas de jeringuilla, y dice que no teme el VIH. “Da lo mismo, si te tiene que pasar algo, ocurrirá, ya sabes”. Ha abortado en dos ocasiones.

Al preguntarle por su familia, afirma: “No tengo una jodida familia, ni tampoco la necesito”. Cuando se le pregunta como se gana la vida, dice simplemente: “Voy tirando”. En realidad, nunca ha tenido trabajo que le haya durado más de tres semanas. “No soy el tipo de persona que pueda levantarse por la mañana y llegar puntual a un sitio”, dice, “y además, ¿Quién puede aguantar todo los que te exigen?”. A medida que avanza la entrevista, Kirsta afirma abiertamente que ha accedido a iniciar la terapia para evitar la cárcel por haber vendido cocaína a un agente de policía que iba de paisano. Enseguida se justifica y culpa a los demás: “el apartamento era de mi novio. Yo lo único que sabía era dónde estaba la droga”. Con respecto al policía de paisano, dice: “Ese chico era un buen actor, y llegué a pensar que me molería a palos si no se la vendía”.  

Según ella, estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado.

CUESTIONES

1. Indica qué trastorno de la personalidad padece Kirsta e indica dónde están presentes los diferentes criterios que el DSM V establece para el diagnóstico de dicho trastorno.

En el relato de Kirsta podemos observar la presencia de los síntomas característicos de un trastorno antisocial de la personalidad.

Kirsta presenta un patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás que se produce desde la adolescencia, como lo indican los siguientes ítems:

1. Incumplimiento de las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención. 

Este primer ítem puede observarse en sus reiterados delitos relacionados con las drogas (venta, posesión y consumo), además de en sus detenciones por alteración del orden y prostitución.

También se puede apreciar cuando Kirsta afirma lo siguiente: “La única regla es atacar a los demás antes de que ellos te ataquen a ti”.

1. Engaño indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros  para obtener un beneficio personal o por placer.

Se aprecia este ítem ya que Kirsta ha utilizado varios nombres en diferentes lugares de la ciudad para “evitar que nadie pueda tirarte la mierda encima”.

Además, se justifica y culpa a los demás: “el apartamento era de mi novio. Yo lo único que sabía era donde estaba la droga”. Con respecto a un policía que la detiene yendo de paisano, dice “Ese chico era un buen actor y llegué a pensar que me molería a palos si no se la vendía”.

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