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Sobre la capacidad cognitiva


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2012  •  Tutoriales  •  13.366 Palabras (54 Páginas)  •  526 Visitas

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Noam Chomsky

Capítulo I - SOBRE LA CAPACIDAD COGNITIVA

Las conferencias de Whidden - Noam Chomsky (1975)

Enero de 1975, McMaster University

Capítulo I - SOBRE LA CAPACIDAD COGNITIVA

Introducción

Las presentes reflexiones sobre el estudio del lenguaje, ajenas en su mayor parte a todo tecnicismo, tendrán un carácter más bien especulativo y personal. No voy a intentar hacer un resumen del estado de la cuestión en aquellas áreas del estudio del lenguaje que me son familiares, ni discutir en profundidad la investigación en curso. Quiero considerar, más bien, el objeto y propósito de la empresa, preguntar - y, según espero, explicar - por qué los resultados obtenidos por la investigación lingüística profesional pueden interesar a quien no se halla fascinado en principio por la relación entre la formación de interrogativas y la anáfora, los principios de ordenación de las reglas en fonología, la relación entre la entonación y el alcance de la negación, y otras cuestiones similares. Esbozaré lo que me parece un marco adecuado en el cual el estudio del lenguaje pueda mostrar que tiene un interés intelectual más general y consideraré las posibilidades de construcción de una especie de teoría de la naturaleza humana basada en un modelo de tal suerte.

¿Por qué estudiar el lenguaje? Hay muchas respuestas posibles y si me centro en unas pocas no pretendo, claro está, menoscabar las otras ni cuestionar su legitimidad. Uno puede, por ejemplo, sentirse sencillamente fascinado por los elementos del lenguaje en sí mismos y querer descubrir su orden y disposición, su origen en la historia o en el individuo, o las maneras como se usan en el pensamiento, la ciencia o el arte, o en el intercambio social cotidiano. Una razón para estudiar el lenguaje - para mí personalmente la más fuerte - la constituye el hecho de que es tentador considerar el lenguaje, según reza la expresión tradicional, como «un espejo de la mente». No quiero decir con esto simplemente que los conceptos expresados y las distinciones desarrolladas en el uso normal del lenguaje nos permitan comprenderlo. esquemas de pensamiento y del mundo del «sentido común» elaborado por el entendimiento humano. Más interesante es, para mí por lo menos, la posibilidad de que a través del estudio del lenguaje podamos descubrir los principios abstractos que gobiernan su uso y su estructura, los cuales son universales por necesidad biológica y no meros accidentes históricos, y derivan de características mentales de la especie. Una lengua humana es un sistema extraordinariamente complejo. Llegar al conocimiento de una lengua humana sería una hazaña intelectual extraordinaria para una criatura que no hubiese sido específicamente proyectada para llevar a cabo esa tarea. Un niño normal adquiere este conocimiento sobre la base de unos datos y unas orientaciones mínimas y sin una instrucción específica. Luego es capaz de usar apenas sin esfuerzo alguno una intrincada estructura de reglas específicas y de principios rectores para hacer llegar sus pensamientos y sentimientos a los demás, suscitando en ellos ideas nuevas y sutiles aprehensiones y juicios. Para el entendimiento consciente, que no ha sido proyectado específicamente para este propósito, sigue siendo un objetivo lejano el reconstruir y comprender lo que el niño ha llevado a cabo intuitivamente y con el mínimo esfuerzo. De este modo, el lenguaje es un espejo de la mente en un sentido profundo y significativo: es un producto de la inteligencia humana, creado de nuevo en cada individuo mediante operaciones que se encuentran más allá del alcance de la voluntad o la conciencia.

Importancia del Estudio del lenguaje

Mediante el estudio de las propiedades de las lenguas naturales, de su estructura, organización y uso, podemos tener la esperanza de llegar a un cierto grado de comprensión de las características específicas de la inteligencia humana. Podemos tener la esperanza de aprender algo acerca de la naturaleza humana, algo significativo, si es cierto que la facultad de cognición humana es la característica verdaderamente distintiva y la más notable de la especie. No deja de ser razonable, además, suponer que el estudio de esta conquista humana particular - la facultad de hablar y comprender una lengua humana - puede servir como un sugestivo modelo para la investigación en otros dominios de la competencia y la acción humanas que no se dejan reducir tan fácilmente a la investigación directa. Las cuestiones que quiero considerar aquí son las clásicas. En los grandes temas no hemos ido mucho más lejos que la antigüeclad clásica en lo que concierne a la formulación de problemas precisos en este terreno o a la resolución de las cuestiones que inmediatamente suscitan.

De Platón a nuestros días, eminentes filósofos se han sentido confundidos e intrigados por la cuestión que Bertrand Russell, en una de sus últimas obras, formulaba de este modo: «¿Cómo ocurre que seres humanos, cuyos contactos con el mundo son breves, personales y limitados, son capaces, sin embargo, de llegar a saber tanto como saben?» (Russell, 1948, p. 5).

¿Cómo podemos alcanzar sistemas de conocimiento tan ricos a partir de nuestra fragmentaría y depauperada experiencia? Un escéptico dogmático podría responder que no es cierto que hayamos alcanzado tal conocimiento, pero sus escrúpulos son irrelevantes para el presente debate. La misma cuestión se plantea, como una cuestión científica, si nos preguntamos cómo ocurre que seres humanos con una experiencia tan limitada y personal alcanzan tal convergencia en ricos y sumamente estructurados sistemas de creencias, sistemas que luego guían sus acciones, su intercambio y su interpretación de la experiencia. En la tradición clásica fueron sugeridas diversas respuestas.

Uno podría argumentar, siguiendo a Aristóteles, que el mundo está estructurado de una manera determinada y que el entendimiento humano es capaz de percibir dicha estructura, elevándose de los particulares a la especie, de ésta al género, de éste a ulteriores generalizaciones hasta alcanzar así el conocimiento de los universales a partir de la percepción de los particulares. Una «base de conocimiento preexistente» es un requisito previo para la adquisición del saber. Debemos de poseer una facultad innata para alcanzar estados de conocimiento avanzados, pero tales estados no son «innatos de una forma determinada, ni se han desarrollado a partir de otros estados aún más elevados, sino a partir de la percepción sensorial».

Dados unos presupuestos metafísicos suficientes, es posible

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