TRANSFERENCIA Y CONTRATRANFERENCIA EN PSICOMOTRICIDAD
lucynet1234526 de Julio de 2013
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ENSAYO
Introducción
Durante el transcurso de mi formación, he tenido la oportunidad de abordar diferentes temas de corte psicológico, en los cuales la transferencia y contratransferencia ha salido a la luz, se mencione o no en los textos que se revisan, sin embargo hasta hoy, nunca me había puesto a pensar en esto precisamente, que tanto las investigaciones, las propuestas, las teorizaciones, los constructos teóricos están permeados de la transferencia del autor con respecto a los temas de los mismos.
Esto es un punto muy delicado de tratar, ya que muy pocos autores que no sean psicoanalistas, se han dado cuenta de ello y lo reconocen, es quizá por eso que la lectura de Devereux desde la antropología, sea tan refrescante y entretenida, pero no solo eso, además aporta datos relevantes acerca de la importancia de la transferencia y contratransferencia vista desde las ciencias del comportamiento.
La propuesta en realidad es que la transferencia y contratransferencia no solo pertenece a las cuatro paredes de un consultorio dentro del análisis si no que al contrario se da en todos los ámbitos, esta es una postura muy controvertida porque para empezar los psicoanalistas ortodoxos dirían que no es así, pero Devereux con muchos casos nos muestra lo contrario
Desarrollo
Para empezar, es bien sabido que la transferencia goza de un lugar privilegiado dentro de la clínica psicoanalítica para establecer la relación entre el analista y el analizante, ya que sin esta misma no podría existir el análisis, esto es lo que se menciona constantemente dentro de la práctica terapéutica, y es muy correcta esta postura.
Un ejemplo palpable de la transferencia es el famoso caso de Anna O, una mujer compasiva, de corta escolaridad, con dotes poéticas; que tenía una alteración psíquica en donde surgían dos estados de conciencia separados uno en donde ella estaba triste y angustiada pero relativamente normal y en el otro insultaba, arrojaba almohadas a la gente.
Es por estos motivos que recurre a Breuer, el cual decía que Anna O no poseía ningún elemento sexual desarrollado, que su problema básicamente era esta escisión del alma, debida a la incomunicación de los dos estados en los que fluctuaba Anna O, sin embargo para Freud esta escisión se debía a la represión debida a una etología sexual del problema. Ana O de forma transferencial sitúa a Breuer como su objeto de amor (amor por el padre)
Ana O como buena histérica logra captar el deseo de Breuer (un deseo sexual de parte de este hacia ella), pero este no lo logra ver en el análisis, debido quizá a su contratransferencia es por eso, que a pesar de haber existido muchos simbolismos como el de las serpientes, la parálisis del brazo de Anna O, Breuer no pudo ver la motivación sexual y como Anna O lo colocaba en este lugar transferencial.
Para Lacan esta ignorancia por parte de Breuer podría ser porque el interés de saber proviene del saber de la sexualidad y para saber que le sucede al paciente, el analista debe colocarse en una postura de ignorancia, para que se pueda preguntar porque el paciente dice lo que dice, y en este decir, el analista deberá captar un significante y devolvérselo al paciente, para así poder desarticular el deseo y poder articularlo de otra forma, cosa que Breuer no hace, debido a que algo le paso con las narraciones de Anna O; quizá porque nació también en este una parte erótica que no supo manejar lo que se llama amor de transferencia y lo mejor para él fue abandonar el caso.
Freud en su texto puntualizaciones sobre el amor de transferencia menciona que si la paciente se enamora del médico, el medico podrá pensar que solo dos desenlaces son posibles, que todas las circunstancias consintieran en la unión legitima y permanente de ambos, u otra posibilidad sería en que médico y paciente se separaran abandonando el recién iniciado trabajo lo que significaría que la cura fuera resignada, y un tercer desenlace seria el anudamiento de relaciones amorosas ilegitimas y no destinadas a ser eternas pero este último se vuelve imposible tanto para la moral civil como para la dignidad del médico.
En el caso del enamoramiento de la paciente, para el analista significa un esclarecimiento valioso y una buena prevención de una contratransferencia, tiene que discernir que el enamoramiento de la paciente le ha sido impuesto por la situación analítica y no a la excelencia de su persona, para la paciente, en cambio, se plantea una alternativa debe renunciar a todo tratamiento psicoanalítico, o consentir su enamoramiento del médico como un destino inevitable.
La paciente tratara de asegurarse de que es irresistible, por quebrantar la autoridad del médico rebajándolo a la condición de amado. Que es precisamente lo que Anna O hizo con Breuer
La resistencia acrecienta el enamoramiento y exagera la buena disposición a la entrega sexual a fin de justificar, invocando los peligros de semejante desenfreno, El analista jamás tiene derecho a aceptar la ternura que se le ofrece ni a responder a ella. Y que, al contrario, debería considerar llegado el momento de abogar ante la mujer enamorada por el reclamo ético y la necesidad de la renuncia, conseguir que abandone su apetencia y, venciendo la parte animal de su yo, prosiga el trabajo analítico.
Lo mismo que se relata en el caso Anna O se puede observar en tanto en la vida diaria como en las investigaciones por parte de las otras ciencias y lo mismo aplica para la psicomotricidad ya que es un trabajo entre terapeuta y paciente. En donde el mirar utiliza lo visual, pero hay una intención, un sujeto participando del hacer, un hacer que es consciente. Por eso se habla de diferentes miradas, miradas que contienen, que se comunican, miradas perdidas, miradas profundas, miradas que prohíben, que permiten, punto importante para Lacan la mirada del Otro
La mirada captura al otro, es prisionero de la mirada del observador, esto produce en las observadas reacciones de prestancia, situaciones defensivas, que lo pueden conducir a conductas estereotipadas, que tendría que ver con la transferencia.
La aproximación del psicomotricista tiene aspectos comunes con la del analista de niños, al jerarquizar ambos la construcción del vínculo aunando la apuesta libidinal con el trabajo de simbolización, utilizando como forma de comunicación el hablar, el jugar y todos los medios expresivos de que el niño disponga. Es por eso que la transferencia y contratransferencia siempre estarán presentes en la psicomotricidad, ya que toda relación humana con el otro implica la puesta en acto del dispositivo transferencial. La intervención psicomotriz no va a ser una excepción: la relación transferencial va a producirse cuando intervenimos como psicomotricista con relación a otro, ya sea niño, adolescente o adulto.
Antes de hablar de la vinculación de las actitudes del psicomotricista con la transferencia tendríamos que tomar en cuenta el concepto de transferencia definido por vez primera, por Sigmund Freud en el Epílogo al caso Dora, publicado en 1905. Cito textualmente: «…Son las repeticiones de vivencias, afectos, relaciones objétales, experienciadas anteriormente y que el paciente deposita esta vez, en la figura del terapeuta». Hablamos de vivencias, afectos, relaciones objétales, experienciadas anteriormente, pero que son actuadas en el aquí y ahora; por lo que se refiere a la intervención psicomotriz, a la relación que se establece entre el niño/a o persona con la que se realiza la intervención y el psicomotricista.
También los principales representantes en psicomotricidad hablan con respecto a la transferencia como Aucouturier (2004) se refiere a las «resonancias tónico emocionales recíprocas» (que para nosotros harían referencia al proceso transferencial), diciendo que están en todas las relaciones humanas y que revelan un aspecto de la personalidad que no se puede controlar ni anticipar. En este sentido, manifiesta la necesidad de un trabajo personal. También Lapierre (2005) afirma que la transferencia existe siempre, y que el psicomotricista debe saberlo para no arrastrarse a proyectar su contratransferencia.
Citando a Devereux lo que pasa tanto en psicoanálisis como en psicomotricidad pasa en las ciencias del comportamiento para el La contratransferencia es el dato más importante y decisivo en la ciencia del comportamiento, aun sobre la transferencia porque la información que se puede obtener de la transferencia se pude obtener por otros medios, y no sucede así con la que proporciona el análisis de la contratransferencia.
Los datos de la ciencia del comportamiento suscitan ansiedades a las que se trata de eludir por una seudometodologia inspirada en la contratransferencia. Esta maniobra es la causante de casi todos los defectos de la ciencia del comportamiento.
Cuanta mayor ansiedad ocasiona un fenómeno, menos capaz parece el hombre de observarlo debidamente de pensarlo objetivamente y de crear métodos adecuados para describirlo, entenderlo, controlarlo y pronosticarlo.
Puesto que el psicoanálisis para Freud es un método de investigación y después una técnica terapéutica, es razón por la cual el analizado tiene mínimas oportunidades de observar a su analista, aun así el analizado hace observaciones realistas, en base a la personalidad del analista, el aspecto del consultorio, todo esto permite al analizado hacer observaciones realistas.
Para Devereux la idea de que la realidad no es analizable
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