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Psicomotricidad

Llanisca29 de Enero de 2013

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UNIDAD DIDÁCTICA

5:

LA PSICOMOTRICIDAD

DEFINICIONES DE PSICOMOTRICIDAD 3

PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN A LA PSICOMOTRICIDAD. 4

1. La Psicomotricidad y su función globalizadora. 4

Breve historia de la Psicomotricidad 4

1. La Psicomotricidad en la Educación Infantil: 7

2. Enfoques 7

SEGUNDA PARTE: METODOLOGÍA DE LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ. 9

1. Principios metodológicos básicos de la práctica psicomotriz. 9

2. Pautas básicas de organización de recursos espaciales, temporales y materiales en Psicomotricidad. 9

3. El psicomotricista. Su formación, aptitudes y actitudes. 11

4. La evaluación en la práctica psicomotriz. 13

TERCERA PARTE: LOS CONTENIDOS PSICOMOTORES. SU CONCEPTUALIZACIÓN Y EVOLUCIÓN DE 0 A 6 AÑOS. 14

1. Nivel o plano tónico-emocional 14

2. Nivel o plano sensoriomotor 20

3. Nivel o plano perceptivo-motórico 26

4. Nivel o plano proyectivo-simbólico 32

5. Nivel sígnico 34

Definiciones de Psicomotricidad

1. La Psicomotricidad, como su nombre claramente indica, intenta poner en relación dos elementos: lo psíquico y lo motor; no es el movimiento por el movimiento, para desarrollar únicamente aspectos físicos del mismo (agilidad, potencia, velocidad, etc.) sino para el desarrollo global del individuo. P.P.Berruezo.

2. Sólo por la intervención del psiquismo podemos entender que la Psicomotricidad es el deseo de hacer, de querer hacer, de saber y de poder hacer. J. Defontaine.

3. La educación psicomotriz es una acción pedagógica y psicológica que utiliza los medios de la educación física con el fin de normalizar o, al menos, mejorar el comportamiento del niño. Picq y Vayer.

4. Una auténtica educación psicomotriz utiliza el movimiento humano en todas sus formas. Le Boulch.

5. La Psicomotricidad es un área de conocimiento que se ocupa del estudio y comprensión de los fenómenos relacionados con el movimiento corporal y su desarrollo, pero además es una forma de abordar la educación que pretende desarrollar las capacidades del individuo a partir del movimiento y la acción. García Núñez y P.P.Berruezo.

6. La Psicomotricidad es el proceso basado en la actividad motriz, en el que la acción corporal, espontáneamente vivenciada, se dirige al descubrimiento de las nociones fundamentales y que conducen a la estructuración y organización del yo y del mundo. A.Lapierre y B.Aucouturier.

7. La Psicomotricidad es el cuerpo en el espacio y el tiempo, coordinándose y sincronizándose con sus aspectos anatómicos, neuropsicológicos, mecánicos y locomotores, para emitir y recibir, significar y ser significante. J. Defontaine.

8. Técnica o conjunto de técnicas que tienden a influir en el acto intencional para estimularlo o modificarlo, utilizando como mediadores la actividad corporal y su expresión simbólica. García Núñez.

9. La Psicomotricidad es el estudio de la evolución y forma de manifestarse las vivencias del individuo consigo mismo y con el medio ambiente, expresadas a través del cuerpo. Pertejo.

10. Se entiende la Psicomotricidad como la relación existente entre el razonamiento y el movimiento, ya que la motricidad y el psiquismo están imbricadas en la primera infancia, son dos aspectos indisolubles del funcionamiento de una misma organización. Jiménez Ortega.

11. La actividad psicomotriz es la educación del movimiento, o por medio del movimiento, cuyo objetivo es procurar una mejor utilización de las capacidades psíquicas y motrices. Schrager.

PRIMERA PARTE: Introducción a la Psicomotricidad.

1. La Psicomotricidad y su función globalizadora.

Breve historia de la Psicomotricidad

Desde la filosofía clásica, en la antigüedad, nos viene la concepción del ser humano como un ser dual, compuesto por dos partes: el cuerpo y el alma o la mente. Todavía hoy, gracias a la enorme influencia de Descartes, pensamos en un ser humano esquemáticamente compuesto por dos entidades distintas: su realidad física, representada por el cuerpo, que posee las características de los elementos materiales (peso, volumen, etc.) y una realidad no tangible, relacionada con la actividad del sistema nervioso, a la que denominamos psiquismo o psique (para otros sigue llamándose alma). Además, en esta concepción dualista el papel protagonista se lo lleva el alma o la psique, ya que se supone que dirige al cuerpo, a nuestro sustrato físico.

Cada vez se pone más de manifiesto la inadecuación de este tipo de explicaciones, puesto que nuestro cuerpo no es una maquinaria al servicio de un ente superior. El grado de evolución al que hemos llegado nos permite utilizar nuestras posibilidades corporales (siendo el cerebro y el sistema nervioso también cuerpo) para crear, comunicarnos, resolver problemas, percibir, tener sentimientos, recordar, etc. En definitiva, es el cuerpo, ese sustrato físico, el que de forma más controlada o espontánea, nos permite llevar a cabo nuestras conductas, por lo que queda clara la interrelación entre ambos componentes, lo corporal y lo psíquico, si realmente puede distinguirse entre ellos.

No tenemos un cuerpo, somos un cuerpo. La mentalidad dualista nos ha acostumbrado a considerar que el ser humano tiene un cuerpo, como si ello fuera algo accesorio, sin tener en cuenta que nuestro cuerpo siempre está presente en cualquier actividad que realizamos (amar, pensar, recordar, atender, comunicarnos, jugar, etc.). No hay ser humano sin cuerpo, es una condición esencial del mismo.

Debido a esta tendencia filosófica dualista, la aparición de la Psicomotricidad es muy reciente, pudiendo establecer sus orígenes en los comienzos del S.XX, de la mano del médico francés Dupré, que describió en 1907 el denominado síndrome de debilidad motriz: una patología compuesta por un conjunto de síntomas motores y psíquicos muy relacionados, donde se comenzó a mostrar la estrecha conexión entre la actividad psíquica y la motriz. Al abordar el tratamiento de este síndrome, Dupré optó por una metodología basada en la estimulación y corrección del movimiento y las posiciones y posturas corporales, encontrando una mejoría de la sintomatología psíquica a través de esta terapia puramente motora. Este médico es, además, el primero en utilizar el término Psicomotricidad.

El éxito de Dupré se intentó trasladar a otras enfermedades y síndromes psiquiátricos, como la esquizofrenia, el retraso mental y la hiperactividad infantil, encontrando que la rehabilitación y la terapia basadas en el cuerpo suponían mejoras en la sintomatología de estas patologías mentales. A estas terapias de tipo cinético se le unieron el auge de los tratamientos farmacológicos dirigidos a enfermedades mentales y las revolucionarias investigaciones de neurocientíficos (como nuestro Ramón y Cajal) demostrando los correlatos fisiológicos de la conducta humana; en su conjunto, todas estas aportaciones vienen a cuestionar la concepción dualista clásica y abren camino para el nacimiento de la disciplina psicomotriz, que parte de la hipótesis fundamental de la globalidad del ser humano, de la imposibilidad de distinguir entre procesos corporales y mentales.

Esta orientación terapéutica y rehabilitadora, guiada por el objetivo de la superación de los déficits o inadaptaciones que se producen por trastornos en el proceso evolutivo o por patologías psiquiátricas específicas, permanece en nuestros días y es utilizada por psicoterapeutas especializados en Psicomotricidad para sus tratamientos, de hecho este campo ha sido objeto de interesantes investigaciones (consecuentemente de un gran desarrollo en la práctica terapéutica y rehabilitadora) durante todo el S.XX y continúa en nuestros días.

A mediados de siglo, los estudios sobre el desarrollo, dentro de una nueva disciplina científica llamada Psicología Evolutiva, representada fundamentalmente por Wallon y Piaget, ponen de relieve la importancia de los procesos motores en la construcción de la inteligencia, pero además de nuestra afectividad, nuestro funcionamiento social, etc. El plano motor cobra un gran protagonismo en el desarrollo infantil, sobre todo en las primeras épocas del mismo. Se van sentando las bases para el nacimiento de una nueva orientación en Psicomotricidad, que se va a producir en la década de los 70, de la mano del español Ajuriaguerra y de los franceses Aucouturier y Lapierre, figuras clave en la historia de esta disciplina.

Esta orientación más pedagógica, que se aleja de la terapia y de la aplicación de las técnicas psicomotrices solamente en el tratamiento de patologías psíquicas, aboga por lograr el desarrollo máximo de las capacidades del individuo a través de actividades estimulativas basadas en el movimiento y en las posturas y posiciones de nuestro cuerpo. Aunque no utilizaban el término Psicomotricidad, estas ideas y prácticas ya estaban presentes en la metodología de pedagogos como Montessori y Fröbel.

Al principio esta orientación está todavía muy unida a la terapia, ya que los primeros estudios de Ajuriaguerra en el hospital Henri-Rousselle de París (en los años 60) sirven para demostrar que el síndrome de debilidad motriz, al igual que otros trastornos clásicamente considerados psicopatologías, son en realidad alteraciones puramente psicomotoras, muchas veces producidas por una falta de estimulación y organización de contenidos psicomotores como el equilibrio, el espacio y el tiempo

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