TRATAMIENTO PSÍQUICO, TRATAMIENTO DEL ALMA

TRATAMIENTO PSÍQUICO, TRATAMIENTO DEL ALMA

Sigmund Freud.

Tratamiento psíquico (tratamiento del alma) (1890). Pág. 115- 132

¿Qué quiso decir el autor con la lectura?

“Psique” es una palabra griega que en alemán se traduce “Seele” (“alma”). Según este, “tratamiento psíquico” es lo mismo que “tratamiento del alma”. Podría creerse, entonces, que por tal se entiende tratamiento de los fenómenos patológicos de la vida anímica. Pero no es este el significado de la expresión. “Tratamiento psíquico” quiere decir, más bien, tratamiento desde el alma – ya sea por perturbaciones anímicas o corporales – con recursos que de manera primaria e inmediata influyen sobre lo anímico del hombre.” (Freud, 1890, p.5)

De esta manera empieza el autor a expresar la relación que existe entre el estado corporal de una persona y su estado anímico que durante mucho tiempo los médicos ignoraron, cuya relación tenía como resultados síntomas de enfermedad para los cuales la mejor cura era la palabra (Sigmund Freud, 1890). Esta relación están fuerte que muchas personas presentan varios síntomas en ciertos momentos y en otros desaparecían sin saber exactamente qué es lo que los está causando y por ende no se le puede dar un tratamiento específico, dentro de este cuadro clínico destaca a las personas que padecen problemas digestivos, dolores de cabeza, parálisis etc, en los cuales se observaba que “los signos patológicos están muy nítidamente bajo el influjo de irritaciones, emociones, preocupaciones” (p. 7). Estos síntomas o esta patología fue llamada “ nerviosidad (neurastenia, histeria)” y se los conoció como enfermedades “funcionales” del sistema nervioso” (p.7)

El autor también habla acerca del estado de animo de las personas reflejados en su cuerpo “la expresión de las emociones” (p.8), es decir si una persona esta triste, su tristeza se reflejara en su cara, sus ojos, incluso es más permisible de subir una enfermedad o de que esta se empeore, pero si la persona es feliz, su felicidad irradie en todo su cuerpo e incluso su estado físico puede mejorar. Nos habla además de las expectativas angustiadoras como por ejemplo contraer una enfermedad y las expectativas esperanzadoras aliviarse o curarse de una enfermedad uno de los casos más visto son los milagros de curación por medio de la fe, pero esta fe es cultivada por la psique y crece en nuestra mente. Para el autor no importa que tan bueno sea el medicamento que se ofrece para curar, lo realmente importante es el estado anímico del paciente, las ganas de sanar y sobre todo el poder de las palabras que el doctor haya utilizado para que el paciente crea en él y le tenga respeto. Estas palabras son de gran ayuda para provocar estados y condiciones anímicas en los pacientes.

Por último el autor nos habla de la hipnosis, nos describe el efecto que tiene la hipnosis en las personas y en su estado anímico, ya que el hipnotizado “se vuelve obediente y crédulo” (p.16), ante las palabras del hipnotizador. Se evidencia el dominio que tiene el hipnotizador sobre el hipnotizado ya que este último puede llegar alucinar con ciertas situaciones y vivenciarlas gracias a las palabras que evoca el hipnotizador. Esta situación de obediencia de las personas hipnotizadas el autor la compara con la obediencia del “niño hacia sus amados padres” (p.17). Para el autor el hipnotismo es una práctica adecuada y recomendada si es ejercida por una persona experta y de confianza, el único detalle a tener en cuenta sobre la hipnosis es que no siempre se puede aplicar en todos los enfermos de neurosis o histeria. También deja claro que el método de hipnosis no era efectivo al utilizarlo en una sola ocasión ya que la sugestión no iba hacer lo suficientemente fuerte como para eliminar los

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