Trabajo De Campo Psicología Social
Yaninasoledad23 de Julio de 2014
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Introducción
En el presente trabajo, analizaremos la temática de la Infidelidad en la pareja. Nuestro objetivo es rastrear la representación de la infidelidad, en nuestra sociedad actual. Para ello tomamos una población constituida por 60 individuos, organizada según sexo (femenino y masculino) y edad (mayor y menor de 30 años). Todos residentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires. El interés del grupo recae en examinar y comprender la visión de este fenómeno cada vez mas frecuente en nuestro entrono social. Los datos presentados, fueron obtenidos mediante la realización de 60 entrevistas y su posterior análisis. A modo de aporte, hemos incluido entrevistas tomadas a profesionales, buscando otros enfoques sobre la temática, que puedan enriquecer nuestro trabajo.
Articulando el material bibliográfico, analizaremos la temática de la Infidelidad, desde el enfoque del Construccionismo Social, es decir, desde la interacción Individuo-sociedad. Donde el hombre no puede ser presentado fuera del orden social, ni independiente de él. Donde la sociedad está constituida por el hombre y sus relaciones. Donde los sujetos en interacción con otros construyen su realidad.
Las características fundamentales del Construccionismo y que aplicaremos para realizar este trabajo de campo son: cuestionar lo dado por supuesto, lo que esta naturalizado, tener una postura crítica entendiendo a la verdad como una construcción social; pensar las situaciones dentro de un contexto histórico y cultural específico; entender que el conocimiento se sustenta en procesos sociales y que va de la mano de la acción social.
El tema seleccionado para este trabajo de campo es la infidelidad en la pareja. Creemos poder relacionar al termino “fidelidad” con el concepto de respeto, que implica un pacto entre dos sujetos. Cuando este pacto, establecido únicamente por la pareja, es quebrado estamos hablando de infidelidad.
Desarrollo
Creemos fundamental comenzar definiendo lo que son las representaciones sociales. Jodelet las caracteriza como modalidades de pensamiento práctico, en las que nos basamos para comprender, comunicar y dominar el entorno social, material e ideal. Es un sistema de referencias para interpretar la realidad de la vida cotidiana. Es el conocimiento del sentido común, un conocimiento socialmente elaborado y compartido.
La representación social esta definida por un contenido que se relaciona con un objeto y es la representación social de un sujeto que ocupa una determinada posición en la sociedad. No son espejos donde se refleja lo real ni lo ideal, sino que son construcciones subjetivas. Son imágenes que condensan significados. Esto podemos observarlo en las respuestas a las primeras preguntas de la entrevista que indagan acerca de las imágenes que generan en el entrevistado el concepto “infidelidad”. Una notable mayoría de hombres y mujeres indistintamente de su edad coinciden en relacionar a la infidelidad con: “dolor, tristeza, sexo, cuernos, decepción, deslealtad, desconfianza, mentira, falta de respeto, traición, bronca, inseguridad, calentura, rutina”. Estas palabras demostrarían que la concepción que se tiene en general en cuanto a este tema es negativa en la mayoría de los casos.
Pensar en las causas que generan un acto de infidelidad también nos ayudaría a percibir la representación que se tiene socialmente acerca esta temática. Coinciden básicamente las siguientes causas que llevan a una persona a ser infiel: “curiosidad, falta de amor, rutina, falta de comunicación, calentura, conflicto en la pareja, inseguridad”.
La representación social de la infidelidad no se da biológicamente, no forma parte de la naturaleza de las cosas sino que existe solamente como producto de la actividad humana. Por su parte, toda actividad humana está sujeta a la habituación (que la acción pueda volver a realizarse en el futuro de la misma manera). “La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación reciproca de acciones habitualizadas por tipos de actores” . Se entiende como tipificación la categorización de los sujetos según tipos. Los esquemas tipificadores establecen roles sociales que son anónimos e intercambiables. Hay un conocimiento inherente a cada uno y a medida que evoluciona la sociedad, más se especializa este conocimiento.
Las instituciones surgen para tratar de dar respuestas a problemáticas frecuentes y relevantes en una sociedad. Éstas se sostienen en roles y hay una co-construcción constante.
Consideramos al matrimonio como una institución en la que cada uno de los miembros de la pareja cumple un rol especifico. La infidelidad está instituida dentro de la institución “matrimonio” o bien “pareja” y se la entiende como un quiebre en la misma, el cual muchas veces implica el término de la relación.
Los roles surgen en un contexto determinado, establecido por la época, por el acopio total de conocimiento en ese momento y por el contexto cultural. Las entrevistas evidencian este punto. Varios de los sujetos entrevistados explicitan esta característica ante la pregunta: “¿Pensas que es algo habitual que sucede en las parejas?”. Sus respuestas son: “Si, hoy en día si”; “Sí, hoy más que antes” o “Sí, si se cae en la rutina, más hoy día con tantos problemas de comunicación y con tantos conceptos liberales”. En la transmisión cultural hay una parte de la institución que se mantiene y una parte dinámica, en la que los actores (miembros de la pareja) se van modificando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, hoy en día una infidelidad puede ser motivo de una separación o divorcio, mientras que hace unos años las infidelidades eran ocultadas y no era común la separación de las parejas. Esto lo verificamos ante algunas las respuestas a la pregunta: “¿Crees que las infidelidades son la principal causa de rupturas y/o divorcios?”. Una entrevistada respondió: “Sí, la mayoría de los casos que conozco fue por causa de una infidelidad”. Otra dijo: “No sé si la principal, pero creo que es importante.”
El matrimonio como institución y la fidelidad establecida como condición, es anterior a nosotros, nos precede, se nos presenta como algo objetivo que internalizamos en el proceso de socialización. Ya hay una imagen que se tiene acerca de esta temática, que se va transmitiendo entre generaciones.
No nacemos socializados, sino con una tendencia a la socialización. La internalización es la base para la aprehensión del mundo como realidad significativa y social. Se considera a un sujeto miembro de la sociedad cuando ha internalizado que cada uno participa en el ser del otro. Entonces desde aquí, Berger y Luckman definen a la socialización como “inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él”. La socialización primaria es la que se atraviesa en la primera infancia y está a cargo de los llamados “otros significantes”, los padres o encargados de la crianza del niño, quienes no son elegidos sino predefinidos. Por lo tanto, la caracteriza una fuerte carga emotiva, lo que lleva a que en la conciencia del niño se implante firmemente ese mundo presentado como el único posible. Forma el primer mundo del sujeto y es, principalmente el lenguaje lo que se debe internalizar. Los contenidos de la socialización primaria dependen de cada cultura y del momento histórico-social. La abstracción de las normas y roles que impone el otro significativo se cristaliza en la conciencia del individuo como el “otro generalizado” y es el momento en que finaliza el proceso de socialización primaria. Se ha establecido así, una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva, con el lenguaje como herramienta de traducción.
Respecto a la temática de la infidelidad, creemos que cada individuo actúa, piensa y opina de acuerdo a los valores que le fueron transmitidos en su seno familiar. En la socialización primaria, el niño aprehende a la pareja como modelo de familia, como una categoría instituida. Así como en la socialización secundaria ejerce, dentro su propia pareja y con las bases de lo asimilado en su seno familiar, un rol especifico. Por ejemplo, una mujer mayor de 30 años respondió ante la pregunta de si había sido infiel o lo sería: “Jamás lo fui porque valoro mucho mi tiempo y el del otro y si traiciono, estoy traicionando los valores que aprendí desde chica”.
Uno de los tantos resultados de la socialización que encontramos en todo sujeto son las actitudes. Entendemos actitud, y para esto nos basamos en el texto de Seidmann “Actitudes y cambio social” , como una “orientación sistemática de la conducta hacia determinados objetos del mundo social”, la cual implica una relación sujeto – objeto. Las actitudes no son innatas, sino adquiridas tanto en la socialización primaria como en la secundaria. Son predisposiciones a sentir, pensar y actuar de cierta manera, las cuales dependen de la cultura en la que se vive. Esto lo comprobamos en las entrevistas a partir de las respuestas de los entrevistados en las que ubican y explicitan su actitud frente a esta temática y la manera en que actuarían o no frente a un acto de infidelidad posible. “En mi caso lo considero como una actitud, la acción del engaño. Pero puede comenzar antes del engaño efectivo, como un plan en la mente de quien va a cometerla” dijo un hombre menor de 30 años.
Encontramos en las actitudes, un componente cognitivo (ideas, opiniones y creencias sobre el tema), un componente afectivo (emociones asociadas, ya sea positivas
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