Trabajo Y Malestar

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UNA PERSPECTIVA PERSONAL DE LA CONTRACARA DEL DESARROLLO DE LA INTEGRIDAD

M

alestar según varios diccionarios es una palabra que proviene de <<mal>> y <<estar>>, que significa desazón, incomodidad indefinible. Sin embargo nosotros podemos darle otra visión, la inversa, aquella que indique que malestar podría ser también <<estar mal>>. Generalmente cuando alguien dice <<estas mal>> puede hacer noción no solo al aspecto en que luce uno como persona sino que puede decirnos algo mas, referido a una posición, al lugar que ocupamos en ese momento... estar mal ubicados seria entonces decir este no es mi lugar, aquí no puedo situarme, desenvolverme, desarrollarme.

Esto es acerca de lo que nos interesa escribir hoy del trabajo como una de las actividades más significativas del desarrollo humano, lo que nos cabe preguntar es entonces: ¿Por qué el trabajo implica desarrollo?, ¿qué cuestiones se ponen en juego en la persona al trabajar? Y ¿qué sucede justamente cuando una persona se encuentra en un lugar donde no puede desarrollarse satisfactoriamente, es decir, que significa decir que hay un malestar?

Hace no mucho la vicegobernadora Sandra Gimenez del departamento de Oberá exhortó a los trabajadores del hospital SAMIC a valorar que tienen trabajo aludiendo a los reclamos salariales de los postergados empleados sanitarios que leyeron entre letras: confórmense con la explotación y la precarización laboral.

Desde hace varios años Freud nos hablaba acerca del fin de la humanidad, a todo esto decía que éste era la búsqueda de la felicidad y que justamente para ser felices los individuos tendemos al placer y evitar el displacer, el dolor, el sufrimiento. Por tanto Freud va a tomar al trabajo como una de estas formas de si se quiere << ser felices >>, es claro que no en estas palabras, sino señalando la importancia primordial del trabajo como la forma que encontró el hombre primitivo de mejorar su suerte en la tierra. Tomemos sus palabras:

<<...Otra técnica para evitar el sufrimiento recurre a los desplazamientos de la libido previstos en nuestro aparato psíquico y que confieren gran flexibilidad a su funcionamiento (...). La sublimación de los instintos contribuye a ello, y su resultado será óptimo si se sabe acrecentar el placer del trabajo psíquico e intelectual (...). Las satisfacciones de esta clase, como la que el artista experimenta en la creación (...); la del investigador en la solución de sus problemas y en el descubrimiento de la verdad, son de una calidad especial que seguramente podremos caracterizar algún día en términos meta psicológicos...>>

Es claro que el trabajo en este hospital no despierta felicidad alguna en los empleados sanitarios que entendieron que su suerte en la tierra significa: explotación y precarización. Creemos que la cuestión de todo esta en que tengan que valorar ese sufrimiento...

Ahora bien en estos casos ¿existe posibilidad de desarrollo? ¿Puede ser el trabajo una fuente de satisfacción cuando no la hay? Para responder estas preguntas debemos volver a Freud nuevamente quien nos dice que ninguna otra técnica de conducción de la vida liga al individuo tan firmemente a la realidad como la insistencia en el trabajo, que al menos lo inserta en forma segura en un fragmento de la realidad, a saber, la comunidad humana. Por otra parte esta posibilidad de desplazar no solo sobre los vínculos humanos sino también sobre el trabajo la libido que es lo que le confiere el valor y la característica de indispensable para afianzar la vida en sociedad. Sin embargo, y esto es lo que nos es significativo de indicar, que Freud alude a que la actividad profesional brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegida libremente, cuando permite la sublimación.

Veamos ¿existe libertad de elección para el grupo de trabajadores sanitarios? Ellos comentan a las fuentes periodísticas acerca de sobrecargas laborales, falta de elementos y uniformes con que trabajar, sueldos en negro, perdida francos compensatorios, insalubridad y abandono de la estructura del hospital y por sobre todo hablan sobre puntos de desencuentro entre trabajadores y directivos quienes prohibieron la palabra con la prensa. Ni rastros de satisfacción, ni felicidad, ni libertad.

Para entender esto tomaremos entonces fragmentos de un articulo “trabajo el dolor de no tener” publicado

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