Trastornos De La Conducta Alimenticia En Los Adolescentes
Nahue110725 de Octubre de 2013
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Los trastornos de la conducta alimenticia (TCA) engloban varias enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal.
En los últimos 30 años, los TCA surgieron como enfermedades cada vez más frecuentes, sobre todo en los adolescentes. Los estudios sobre la frecuencia de estos trastornos muestran un aumento preocupante, principalmente en la población de mujeres jóvenes. Se ha encontrado que entre 1 y 2% de las mujeres padecen de Anorexia Nerviosa (AN), y entre 1 y 3% padecen Bulimia Nervosa (BN). Estos trastornos se presentan en una proporción de 10 a 1 mujer, es menos frecuente en el varón aunque en los últimos años ha incrementado el número de varones que los padecen. Generalmente el inicio de los trastornos de la conducta alimentaria es de los 14 años hasta los 20.
La persona que padece algún trastorno en su alimentación basa en la comida - un particular significante al que la persona enferma otorga un significado específico de acuerdo a diversos factores psicológicos y evolutivos- todos los pensamientos y actos que forman parte de su cotidianidad, sintiéndose híper-dependiente de esa idea, con lo cual el alimento se convierte, entonces, en el eje a partir del cual gira la vida y el mundo de relación de la persona que padece el trastorno.
Estas conductas alimenticias pueden o no alterarse voluntariamente, esto está sujeto a factores internos y externos como el nivel de autoestima, presiones familiares, frustración por tener sobrepeso, comparación constante con alguien cercano por parte de un familiar u amigo, etc.
En los adolescentes el autoconcepto es el rasgo de personalidad que mayor relación mantiene con los trastornos alimentarios.
El atractivo físico y la imagen corporal tienen una relación importante con la autoevaluación positiva del adolescente, con su popularidad y aceptación por parte de sus pares. Influye sobre el desarrollo de la personalidad, las relaciones sociales y la conducta social.
En nuestra sociedad existe preocupación por la comida, las dietas, el talle. Se considera como ideal el cuerpo esbelto, y hay una creencia de que la gordura es mala. La delgadez, que se asocia, de algún modo, con belleza, elegancia, prestigio, juventud, aceptación social, etcétera, aparece como la solución salvadora, machacada como la clave del éxito desde todos los medios. Muchas personas suponen que una silueta de modelo - tal vez imposible para la estructura de algunos individuos- les garantizará la felicidad; ese deseo de adelgazar supone un anhelo por destacar y ser valorado de modo particular, por ser aceptado y no rechazado.
Cuando la gente compara la imagen corporal propia con el ideal interiorizado, surgen sentimientos de insatisfacción corporal y personal, de ansiedad y una necesidad compulsiva de cambio físico. Entonces, aparecen los trastornos.
Es muy común encontrar entre los adolescentes, que recurran a diversos métodos tratando de encontrar resultados rápidos que les permita mostrar un físico privilegiado que vaya acorde a las exigencias actuales de la moda y lo que el mundo de la publicidad demanda.
Generalmente estos tipos de trastornos en la alimentación, más allá de los síntomas que encierra cada uno en especial, son acompañados por un marcado aislamiento de la persona, excesivo cansancio, sueño, irritabilidad, agresión (sobre todo hacia personas conocidas y miembros de la familia), vergüenza, culpa y depresión, registrándose un trastorno en la identidad a partir de la nominación de la enfermedad.
Dentro de los trastornos de la conducta alimentaria se encuentran:
• Anorexia nerviosa
• Bulimia nerviosa
• Obesidad
• Los trastornos alimentarios no especificados (TANE)
ANOREXIA NERVIOSA
Es un trastorno de la conducta alimentaria que tiene una base psicológica muy fuerte, quienes la padecen presentan baja autoestima, inseguridad, ansiedad, han tenido por lo menos un intento de suicidio y una preocupación excesiva por la comida, el peso y la figura. Se caracteriza por la pérdida de peso producida voluntariamente con una alteración de la imagen corporal. En general las familias de estos enfermos suelen tener mal manejo de sus emociones, tanto individual como intrafamiliar. Es frecuente encontrar episodios de depresión, abusos de drogas o de alcohol.
Afecta en forma casi exclusiva a las mujeres, perteneciendo solo un 5-10% de los varones. La edad de comienzo es alrededor de los 12-13 años, en las adolescentes que lo padecen existe un deseo desmedido de adelgazar acompañado de un intenso miedo a engordar por lo que se come muy poco o se siguen dietas muy severas. Frecuentemente son personas muy activas que realizan mucho ejercicio físico, son introvertidas y tienden a aislarse. Se caracteriza por una pérdida de peso autoinducido por medio de la restricción alimentaria y/o el uso de laxantes y diuréticos, provocación de vómitos o exceso de ejercitación física. Cuando la enfermedad ya esta avanzada se produce distorsión de la imagen corporal, la persona se ve gorda aunque su peso sea anormalmente bajo y no reconoce que está enferma.
Anorexia significa “pérdida de apetito”, no es un padecimiento de fácil manejo, ya que a demás de poner en peligro la vida de las personas se vincula con complejas perturbaciones psicológicas y con distintas modalidades enfermizas de la vida familiar; Las madres de las anoréxicas suelen ser rígidas, sobre-protectoras, pero al mismo tiempo incapaces de exteriorizar sus emociones y con problemas para resolver conflicto, a esto se le suman mecanismos socioculturales. Es por esto que el tratamiento correcto requiere un marco institucional, con facilidades para llevar a cabo estrategias diversas del manejo de las adolescentes y sus familias, y de un quipo interdisciplinario integrado y comprometido con la ardua tarea.
Cuadro clínico: Las adolescentes reducen su comida por diversas causas, comienza a raíz de un choque emocional o de diferentes conflictos psicológicos, lo que menos les preocupa es lo que van a comer, mientras que a los padres es precisamente lo que les preocupa, por lo que el problema de hacerlas comer se torna el más importante para la familia. La anoréxica no siente hambre, pero insiste en que no le impide encontrarse bien. Está incomoda, a la defensiva, encerrada en sí misma, con superficiales relaciones sociales y eróticas y poco a poco irán empeorando las relaciones con su familia.
El síndrome psíquico va acompañado de un síndrome somático caracterizado por un notable adelgazamiento, la cara palidece, los ojos se hunden, se forman arrugas, los pechos enflaquecen y parecen mujeres de edad avanzada, la amenorrea se mantendrá mientras dure la enfermedad, hasta que logre recuperar peso. También hay trastornos en la piel, alteraciones digestivas, enfriamiento de las extremidades, cabello entrecortado, bradicardia e hipotensión arterial, riesgo de osteoporosis y muerte
Es importante diferenciar los trastornos depresivos de la anorexia nerviosa, ya que comparten varias características, como el estado de ánimo depresivo, acceso de llanto, alteraciones del sueño, ideas obsesivas e idealizaciones suicidas ocasionales. Sin embargo hay características que las distinguen. En general la paciente con trastorno depresivo tiene menos apetito, mientras que las anoréxicas afirman que su apetito y su sensación de hambre son normales.
Las causas son múltiples, sin embargo, los casos comienzan cuando se inicia una dieta de adelgazamiento sin ningún control profesional. Se relaciona su inicio con la no aceptación de los cambios corporales propios de la adolescencia, el incremento rápido de peso, cambios importantes en la vida, complejos referentes al físico, problemas de relación, enfermedad o muerte de un ser querido, conflictos con la pareja o los padres, etc.
Algunas adolescentes desean adelgazar para parecerse a un tipo ideal femenino, etéreo, romántico, como si el hecho de tener formas implicara ser deforme. Se puede tratar a veces de una reacción frente a una cierta obesidad adquirida por la madre en el periodo menopáusico.
La anorexia es un auto castigo, y el hecho de disminuir la fuerza acarrea nuevos sentimientos de culpabilidad, y de ahí la necesidad de reaccionar con una febril hiperactividad.
La familia está implicada, la figura paterna se organiza mucho más como un objeto de la madre que como la autoridad, las madres aparecen como personalidades ligeramente ansiosas. Son mujeres con tendencias a pasar a un segundo plano e incluso a alcanzar su plenitud de esta forma, vivirán la enfermedad de la hija como un fracaso, por lo que intentaras repararlo constantemente. Se establece así una discordancia dramática entre las adolescentes que viven como inmortales en la anorexia y las madres que viven como si se fueran a morir constantemente. Este cuadro familiar no es patrimonio exclusivo de la anorexia, sino también de otras neurosis y trastornos alimentarios.
Hay dos subtipos de anorexia:
• Restrictivo: Describe cuadros clínicos en que la pérdida de peso se consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso , no recurren a atracones ni a purgas, limitan la variedad de alimentos, ingieren la menor cantidad posible de calorías y poseen rasgos obsesivos compulsivos en relación con la comida y otros aspectos de la vida.
• Compulsivo-purgativo: El individuo
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