Violencia Intrafamiliar
21020171927 de Noviembre de 2012
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PROBLEMA: Violencia intrafamiliar y violencia a la mujer
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA:
Para iniciar el siguiente ensayo es importante exponer que la violencia que se ejerce contra la mujer, no se da en un solo estrato social, sino que se presenta entre personas de todos los niveles, no importando clase social, religión y educación.
Las mujeres maltratadas de menos recursos económicos son más visibles debido a que buscan ayuda suelen tener menores inhibiciones para hablar del abuso del que están siendo víctimas, el cual muchas veces consideran “normal” ya que por otro lado las mujeres con mayores recursos buscan apoyo en el ámbito privado.
Lo que nos lleva a pensar que cuando mayor es el nivel social y educativo de la víctima, sus dificultades para develar el problema son mayores.
La violencia contra la mujer ha sido justificada social e históricamente por lo que los golpes, insultos, chantajes, presiones emocionales relaciones sexuales sin mutuo acuerdo e indiferencia son para muchos hogares hechos cotidianos pero además privados e íntimos.
La violencia hacia las mujeres, particularmente la que se da en el seno del hogar, es un obstáculo para el avance del desarrollo de un país porque limita el ejercicio de los derechos de la mitad de la población, atenta contra su libertad y bienestar, al mismo tiempo que implica costos económicos para la familia, la comunidad y el Estado (Buvinic, Morrison y Shifter, 1999). A partir del tomar en cuenta los costos, tangibles e intangibles, es que se reconoce la relación entre el desarrollo y la violencia hacia las mujeres (García, 2005). Para alcanzar el desarrollo de las mujeres, la Plataforma de Acción de Beijing (1985) establece que la educación es un instrumento indispensable ya que promueve que se conviertan en agentes de cambio hacia la equidad. Un estudio comparativo sobre la violencia doméstica en nueve países en desarrollo mostró que las mujeres educadas tienden a rechazar más la práctica de la violencia doméstica. Sin embargo, las discrepancias encontradas en el tipo de información disponible en cada país sobre el maltrato a las mujeres, no permitieron correlacionar el nivel de educación con la violencia hacia ellas (Johnson y Kishor, 2004).
La violencia hacia las mujeres en el seno del hogar es un fenómeno complejo que puede ser abordado desde lo individual a través de las receptoras/generadoras de agresión, como de los factores estructurales asociados. Este trabajo tiene como objetivo aportar algunos elementos conceptuales y empíricos, así como reflexionar sobre la orientación de la investigación social con respecto a la violencia hacia las mujeres, tomando como punto de partida los resultados para el estado de Sonora de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2004). Como hipótesis se plantea que la escolaridad y el ingreso económico de las mujeres, no guardan una relación directa con el riesgo de ser violentada. Esto es, el incremento en los niveles de educación e ingreso no necesariamente pueden acompañarse de una disminución en la ocurrencia de la violencia hacia las mujeres. Por lo mismo, los programas de desarrollo dirigidos a mejorar las condiciones educativas y/o económicas de las mujeres, requieren considerar de manera específica la violencia hacia ellas.
La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es los elementos naturales y fundamentales de la sociedad y tiene derecho a la protección de la misma del Estado. Los lazos principales que definen a una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vinculo reconocido socialmente, como el matrimonio, que en algunas sociedades, solo permite la unión entre dos personas, mientras que en otras es posible la poligamia, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre.
Los estudios históricos muestran que la estructura familiar ha sufrido pocos cambios a causa de la emigración a las ciudades y de la industrialización.
Algunos cambios están relacionados con la modificación actual del rol de la mujer. En las sociedades más desarrolladas la mujer ya puede ingresar en el mercado laboral en cualquier etapa de la vida familiar, por lo que se enfrenta a unas expectativas mayores de satisfacción personal respecto de hacerlo solo a través del matrimonio
En cuanto a la Violencia intrafamiliar, la podemos definir como aquella violencia que tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio, y que comprenden entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual ( Salinas, 1999).
Entendemos que la violencia domestica es un modelo de conductas aprendidas que involucran el abuso físico o la amenaza de abuso físico. También puede incluir abuso psicológico repetido, ataque sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o coerción económica.
Hay autores que señalan que la violencia intrafamiliar se da básicamente por tres factores, uno de ellos es la falta de control de impulsos, la carencia afectiva y la incapacidad para resolver problemas adecuadamente; y además en algunas personas podrían aparecer variables de abuso de alcohol y drogas.
La violencia intrafamiliar es un fenómeno de ocurrencia mundial en el que las mujeres y los niños son los grupos más vulnerables. Dónde la mujer es la que se ve más afectada, y la que lleva más casos. La OMS asegura que una quinta parte de las mujeres en el mundo es objeto de violencia en alguna etapa de su vida y como consecuencia de ello presentan altos índices de discapacidad, tienen doce veces más intentos de suicidio y altas tasas de mortalidad en comparación con la población que no la padece. La violencia hacia la mujer es el crimen encubierto más numeroso del mundo. Ésta dramática afirmación realizada por la naciones unidas en el año 1980, pero se ha mantenido silenciosa y oculta. La violencia contra las mujeres, especialmente la que ocurre en el hogar, es una práctica que se ha llevado a cabo durante siglos, pero no pasan de ser anécdotas de la vida diaria, y sólo salen a relucir en las noticias cuando tienen un carácter espectacular.
Todos nos sentimos amenazados por la delincuencia, las familias adquieren armas, refuerzan puertas y ventanas para impedir que la violencia entre a sus casas; pero la realidad es que existe una mayor probabilidad de que una mujer sea agredida en su casa por su pareja, que en la calle por un extraño, es más frecuente que un diño sea agredido sexualmente por un conocido en su hogar, que por una persona ajena a su familia.
La violencia familiar no se ve porque se nos ha hecho algo que pasa cotidianamente.
Se aprende que siempre va a existir en mayor o menor proporción en el espacio familiar. Pero también se aprende a valorar esa violencia, a considerarla un medio eficiente para “educar” a los hijos.
Y así, casi sin darnos cuenta, aprendemos que la violencia es un mecanismo justificado para resolver los conflictos y para expresar nuestros propios sentimientos de malestar.
Muchos factores han influido para mantener silenciosa esta situación preocupante de violencia en el hogar: la necesidad de resguardar la privacidad de la familia, diferencias culturales de la concepción de violencia, temores o simplemente el dolor de hablar. Pero hay hechos que han ayudado a que la situación comience a hacerse visible: la organización feminista en la década del 60, la apertura de refugios a comienzos de los años 70, la preocupación de la comunidad internacional por el tema de los derechos humanos y derechos personales.
Lo primero en denunciarse fue la situación de los niños maltratados, hace ya 30 años a lo que llamaron “Síndrome del niño golpeado”, refiriéndose a un cuadro clínico de traumatismo que presentaban los niños atacados por sus padres o cuidadores. Luego; lentamente se fue dando a la luz el tema de la mujer maltratada en su hogar comenzó a ser analizado. Posteriormente las evidencias van demostrando que la violencia familiar es un problema social de enorme magnitud.
En la actualidad, a pesar de los avances, son aún muy pocos los países en los que se ha evaluado la incidencia de violencia familiar en la población. La falta de información y la dificultad para comparar las distintas investigaciones realizadas, han limitado la comprensión del problema, su inclusión en la agenda política y la búsqueda de las soluciones apropiadas.
En América Latina, a partir de mediados de la década de los años 80 el problema de la violencia familiar comienza a ser objeto de preocupación pública; se crean los primeros centros de atención y se realizan estudios por partes de organismos no gubernamentales principalmente.
La violencia no es parte de la esencia del ser humano; ésta surge asociada a condiciones psicológicas, sociales y principalmente culturales que pueden ser modificadas.
El ensayo contiene el concepto de violencia intrafamiliar por diversos autores, los tipos y las dimensiones, así como varios puntos de vista, este tema no puede pasar por desapercibido cuando se es testigo que existen muchas familias o quizás también familiares que pasen por esto por la falta de orientación. Es por eso que ha no falta de razones que ha sido necesaria la realización de un conjunto de leyes especiales para combatir la violencia a la familia.
La violencia doméstica es aquella que tiene lugar en el ámbito familiar, no solo entre las cuatro paredes de una casa. La violencia familiar también es conocida como violencia doméstica o intrafamiliar. En el mundo, no existe
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