ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

A Cada Estado Una Enfermedad


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2014  •  1.777 Palabras (8 Páginas)  •  364 Visitas

Página 1 de 8

A CADA ESTADO DE ENFERMEDAD: DIGAMOS YO VOY A VENCER!! Una cuestión de sentido común Indagando en la vida de Nichiren Daishonin, descubrí que él mismo se hacía atender por su leal discípulo Shijo Kingo (que era médico), del mismo modo que el buda Shakyamuni era atendido por el ilustre Jivaka. Además, se dice que Shakyamuni tomaba todos los recaudos para que las personas enfermas recibieran comida nutritiva y les enseñaba a concentrarse en su recuperación. Incluso permitía que, durante el período de convalecencia, los monjes se apartaran de sus reglas de disciplina. También hacía preparar pociones curativas para los enfermos y los instaba a que tomaran esos remedios. En su escrito “Sobre la prolongación de la vida”, Nichiren Daishonin se dirige a Myojo, la esposa enferma de Toki Jonin, explicándole no sólo el inmenso poder del Budismo para destruir las funciones negativas de la enfermedad, sino también recomendándole que se hiciera examinar por Shijo Kingo. En otras palabras, le pide que busque atención médica. Luego, la alienta a acumular los “tesoros de la fe” y a cuidar responsablemente el “tesoro del cuerpo”, para proteger su valiosa vida. (1) A la luz de esos ejemplos y de lo que luego pude investigar, el Budismo enseña que cuando uno se enferma, el verdadero camino de la fe consiste en determinar que uno se curará sin falta, y luego, en adoptar medidas sabias y sensatas para lograr dicho objetivo. Akiko Kojima, quien es una de las responsables del Grupo de Enfermeras (Shirakaba-kai) de la Soka Gakkai, señaló en una oportunidad: “El Budismo no es algo abstracto ni se trata de conceptos intelectuales. Recuerdo que el presidente Ikeda, en una ocasión, brindó cuatro guías para la buena salud: hacer un gongyo enérgico, llevar una vida moderada y productiva, realizar acciones altruistas en bien de los demás y alimentarse con sensatez y buen criterio. Eso tiene relación con las últimas conclusiones de la ciencia que subrayan la necesidad de mejorar el estilo de vida para mantener una buena salud, especialmente en lo que respecta a una buena pauta de descanso, nutrición y ejercicio físico, acorde con la edad y con las condiciones físicas. También se reconoce, cada vez con mayor frecuencia, que el estado espiritual positivo y sano posee una gran influencia en el bienestar físico”. Esa opinión coincide también con los estudios realizados por el oncólogo norteamericano O. Carl Simonton, quien habla de varias formas de luchar contra el cáncer. En síntesis, ese médico recalca los siguientes puntos: tener la convicción de que uno se recuperará; no albergar rencor ni resentimiento hacia los demás, sino desear sinceramente el bien a otros; evitar las quejas y la negatividad; y, en cambio, ser positivo y tener esperanza; mantenerse activo; trazarse objetivos para la propia vida. El doctor Simonton también insiste en la importancia de expresar las propias emociones, de cultivar sentimientos de gratitud y de alegría. La fe mueve montañas… y vence la enfermedad A través de los escritos budistas y de las experiencias de quienes han enfrentado la enfermedad basados en su fe, podemos decir que el Budismo brinda pautas sencillas para vivir una existencia mejor, dotada de sabiduría para conservar la buena salud. La perseverancia intensa en la fe es lo que permite tomar contacto con una infinita fuente de sabiduría y de fuerza vital, que nos lleva a vencer la enfermedad. Así, se logra potenciar al máximo la eficacia de un buen médico y de los buenos remedios prescritos, para que ambos actúen como funciones protectoras. En esencia, podríamos decir que derrotar la enfermedad consiste en armarse con las fuerzas de la fe y de la práctica, para emplear al máximo lo que la medicina puede ofrecernos. Hideki Sakai, titular del Grupo de Médicos de la División de Jóvenes de la Soka Gakkai señala: “El tratamiento médico puede detener el avance de la dolencia y también prevenir su aparición. Pero, fundamentalmente, lo que cura una enfermedad son las propias facultades curativas del paciente. Por eso es importante no depositar una fe ciega en la medicina ni verla como algo absoluto. El Budismo nos brinda la sabiduría y la fortaleza para tomar conciencia de ello”. Lo mismo sostiene el doctor René Simard, célebre investigador sobre el cáncer y ex rector de la Universidad de Montreal, quien señala que el cuerpo siempre está produciendo algo nuevo para combatir la enfermedad, ese “mal que habita dentro de nosotros”. Esto demuestra una gran confianza en la curación natural que alberga el organismo humano. La cuestión es: ¿Cómo extraer esta facultad inherente? ¿Cómo hacer pleno uso de ella? En ese punto es donde la fe manifiesta su enorme importancia, y donde se ve la utilidad de llevar una vida equilibrada y sabia. Una oportunidad de oro Generalmente, la actitud del ser humano al enfrentar una enfermedad es automática¬mente equiparar ésta con la desventura. Sin embargo, la experiencia de muchas personas nos habla de que ellos han podido experimentar un gran crecimiento humano a partir de su dolencia. Lo que es decisivo, entonces, es cómo reaccionamos ante la enfermedad. El Budismo expone los cuatro sufrimientos de los cuales nadie puede escapar: nacimiento, vejez, enfermedad y muerte. Por lo tanto, podemos decir que el hecho de enfermarse no es una situación fuera de lo corriente, sino uno de los aspectos ineludibles

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10.7 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com