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EL AYUNO


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2012  •  Trabajos  •  3.901 Palabras (16 Páginas)  •  493 Visitas

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EL AYUNO

Dios instituyó el ayuno por primera vez en el día de la Expiación, el décimo día del séptimo mes. Esté día, los israelitas tenían el mandamiento de "afligir el alma" o hacer morir de hambre el alma.

Ayunar significa empobrecer el alma, rehusar su subsistencia por medio de abstenerse de alimento. El ayuno en las escrituras descansa sobre la verdadera auto-humillación y penitencia. El ayuno es el método de Dios para subyugar el alma carnal bajo la soberanía de Su Espíritu. El ayuno es un acto de expresar y demostrar pena por el pecado, es una expresión externa de la pena y dolor interno por el pecado.

El abstenernos del pan de cada día es la forma en que le demostramos a Dios de que estamos conscientes de que no merecemos nada, ni siquiera recibir el pan cotidiano, mucho menos cualquier otra cosa, entonces Él nos ayudará a humillar nuestra naturaleza carnal debajo de su mano sublime y poderosa.

1. Preparación para el ayuno

La preparación para el ayuno incluye dos aspectos: preparación interna y externa.1. Preparación interna para el ayuno: El ser guiados por el Espíritu Santo de Dios es la preparación adecuada para ayunar. Nuestro ayuno será hecho a través de la energía y la voluntad de la carne , a menos que sea el Espíritu de Dios quien lo esté guiando y motivando.

"Y JESUS, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto Por cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre." Lucas 4:1-2

La gente que ayuna a través de su propio esfuerzo, siente un gran espíritu de orgullo por lo que han hecho, y algunas viven engañadas pensando que pueden comprar algo de Dios.

El ayuno no nos hace más valiosos, ni compromete a Dios con nosotros en ninguna forma. Si el ayuno es entendido y practicado en la forma correcta, va a obrar humildad en el corazón.

2. Preparación externa para el ayuno: El Señor Jesús en el sermón del monte, nos revela cuatro detalles a cerca de la preparación externa para el ayuno.

"Cuando ustedes ayunen no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tu cuando ayunes, lávate la cara y arreglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que está en lo secreto te dará tu recompensa Mateo 6:16-18

a. Ungir la cabeza: Por razón natural, mucha gente piensa que es su estómago el que va a causarles el mayor problema durante un ayuno, pero esto no es verdad. El verdadero problema es la cabeza o la mente. Tan pronto como empezamos a sentir el descenso físico que viene con el ayuno, nuestro razonamiento carnal nos da cientos de razones por las cuales no debemos ayunar.

Sólo con el poder y la unción del Espíritu Santo sobre nuestra cabeza podemos tener una mente decidida para ayunar.

b. Lavarse: Esto es el aseo y limpieza del cuerpo, ya que durante el ayuno muchos desechos y toxinas salen de nuestro cuerpo a través de la piel, para ser eliminadas.

c. No aparentar que ayunamos: Debemos presentar una apariencia feliz, para que los demás no se den cuenta de nuestro ayuno.

d. Ayunar en secreto: Aunque algunas veces la iglesia ayuna de manera colectiva, el mundo exterior no debe enterarse, ya que la iglesia como un sólo cuerpo debe estar ayunando en secreto. Evidentemente este principio también se aplica a nuestro ayuno personal.

2. Propósito del ayuno

La verdad a cerca del propósito de Dios para que ayunemos, lo encontramos nuevamente en una estatura de verdad de cuatro puntos.

1. Ayunar para la mortificación de la carne.

La mortificación de nuestra carne corrupta es el primer y más grande de los propósitos de Dios cuando nos lleva a un tiempo de ayuno. La palabra mortificar significa matar, destruir, castigar, humillar, controlar. Dios nos guía a ayunar porque sabe que esta es la forma de humillar la carne y traerla bajo el control del hombre espiritual.

Hay espíritus y actitudes en nosotros que no pueden salir de otra manera, el ayuno tiene tremendo poder de mortificación sobre la carne y va a romper muchas de sus concupiscencias. Solamente cuando estamos reducidos a tal estado de miseria inútil, podremos realmente evaluarnos a nosotros mismos.

Tenemos que ayunar si queremos alcanzar la madurez espiritual en Jesucristo, y tener la capacidad de ayudar a otros, como en el caso del lunático que fue llevado a los discípulos.

"Mas este linaje no sale sino por oración y ayuno" Mateo 17:21

La Biblia nos da otras muchas referencias de cómo el ayuno mortifica la carne, y como Dios responde a la humillación de aquel que ayuna como muestra exterior del arrepentimiento interno (Joel 2:12, 1° Reyes 21:27-29, 1° Samuel 7:4-6, Jueces capítulo 19 y 20 en especial del 26 al 28)

2. Ayunar para incrementar el poder en la oración.

El segundo propósito de Dios para guiarnos a ayunar es el de incrementar el poder de nuestro espíritu en la oración. Cuando nuestra oración esta acompañada del ayuno esta tiene una intensidad de poder que no tiene por si sola. La oración y el ayuno tocan a Dios en una manera muy especial. Un ejemplo de esto lo encontramos en Jonás.

"Y los hombres de Nínive creyeron á Dios, y pregonaron ayuno, y vistiéronse de sacos desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos. Y llegó el negocio hasta el rey de Nínive, y levantóse de su silla, y echó de sí su vestido, y cubrióse de saco, y se sentó sobre ceniza. E hizo pregonar y anunciar en Nínive, por mandado del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les dé alimento, ni beban agua: Y que se cubran de saco los hombres y los animales, y clamen á Dios fuertemente: y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que está en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y arrepentirá Dios, y se apartará del furor de su ira, y no pereceremos? Y vió Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino: y arrepintióse del mal que había dicho les había de hacer, y no lo hizo"Jonás 3:5-10

El poder de la oración humilde que adquirieron los habitantes de Nínive al vestirse de saco, de sentarse sobre cenizas, y de sus ayunos fue suficientemente grande para cambiar el parecer de Dios y evitar que Nínive fuera destruida en esta ocasión. Dios vió sus forma de humillación

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