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EL AYUNO


Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  Tesis  •  11.581 Palabras (47 Páginas)  •  222 Visitas

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EL AYUNO CRISTIANO - EL AYUNO DEL SEÑOR

1 - LA IMPORTANCIA DEL AYUNO

Estamos en los últimos tiempos, la venida de Cristo está cercana. No todos los que están en las iglesias se irán con el Señor, solamente lo que estén preparados, cristianos llenos del Espíritu Santo. Necesitamos ser maduros espiritualmente, apartarnos del mundo y dar fruto.

El diablo trata de impedir que los cristianos estén preparados y pone todos sus medios en distraernos para que no estemos listos.

Joel 2:12 “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”. Es un llamado para que estemos preparados para el rapto de la iglesia. El llamado grande de Dios al pueblo que se quiere ir en el rapto y escapar de la gran tribulación es ayuno y oración.

Lo primero que tenemos que entender es que el ayuno no es una cuestión de si usted quiere o no quiere, sino que es un precepto establecido por el Señor para su pueblo. Cristo lo ordenó y nosotros tenemos que hacerlo para alcanzar madurez espiritual.

El evangelio según San Mateo 9:14 nos dice que los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús y le preguntaron porqué sus discípulos no ayunaban. Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas estar de luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Fíjate bien que mientras Jesús estuvo en persona con los discípulos ellos no ayunaron,

pero El les dijo que cuando El fuera quitado ayunarían. Ahí el maestro estableció que su pueblo tendría que ayunar. Joel 2:12 nos explica que para alcanzar una conversión de todo corazón, con plena madurez y fruto para Dios es necesario ayunar. Cada cristiano tiene que hacer una decisión delante de Dios de ayunar con la mayor frecuencia posible y clamar a Dios para que el Señor le dirija y le muestre cuál es el número máximo de días que debe ayunar y en qué forma debe hacerlo para alcanzar la plena madurez.

Cristo mostró que el ayuno era para la nueva criatura, para personas convertidas con convicción de crecer espiritualmente para servir en plenitud a Dios. Si usted se ha convertido y anhela dar el máximo de fruto para Dios, el ayuno es un instrumento poderoso para su crecimiento. El ayuno no es para los

inconversos, ni para gente carnal que aún no se ha decidido plenamente por el Señor.

Hablando para los últimos días Cristo dijo: “Mirad también por vosotros mismos que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”.

El Señor nos previno de que Satanás pondría glotonería en el pueblo y afán por las cosas carnales y temporales de este mundo. Esto haría muy difícil al pueblo ayunar, orar y consagrarse a Dios para estar preparados para escapar del juicio que viene.

Cuando Dios llama a los cristianos a ayunar el diablo trata de poner apetito desmedido en los creyentes al igual que interés especial en los entretenimientos carnales de este mundo. El plan del diablo es impedir que usted ayune y robarle el tiempo que necesita para afirmarse en Cristo y madurar espiritualmente. Los creyentes debemos clamar a Dios constantemente por unción y fortaleza para el ayuno.

El ayuno de Cristo de 40 días hizo posible la restauración del hombre. Podemos ver que Cristo usó la llave maestra del ayuno y la oración para restaurarlo todo.

Por causa de la comida Esaú perdió la primogenitura, pudo haber sido el padre de la raza escogida pero su mente estaba en las cosas terrenas y en el momento de la tentación prefirió la comida a la bendición de Dios, y Jacob ocupó su lugar. El ayuno disciplina el alma y abre la puerta del cielo.

A veces hay vicios que nos impiden ayunar como por ejemplo el café, hay creyentes que no pueden pasar sin su café y eso les impide ayunar, el vicio del café es similar al de cigarrillo. La cafeína en el café es una droga que afecta a los nervios, el hábito que causa le hace muy difícil ayunar al creyente, el día del ayuno les da dolor de cabeza y en muchas ocasiones tienes que entregar (terminar el ayuno) fuera de tiempo.

Vale la pena dejar algo que nos impide el crecimiento espiritual, no olvides que Cristo dijo: “Ellos ayunarán”. Aparte de nuestro crecimiento espiritual hay un propósito muy importante en el ayuno. El profeta Isaías 58:6 dice: “El ayuno que yo amo consiste en esto, soltar las ataduras injustas, desatar las ligaduras de la opresión, dejar libre al oprimido y romper todo yugo”. Mediante el ayuno se rompen las ataduras satánicas.

Los evangelistas que ayunan en forma notable por las almas tienen más fruto en sus campañas, muchos más se convierten y se sanan. Ese es el ayuno que Dios ama, pues trae salvación a los perdidos. Con el ayuno adecuado se rompen las

ligaduras del diablo que atan a tus seres queridos y estos vienen a Cristo y se salvan.

Con el ayuno se obtienen grandes victorias que glorifican a Dios y llenan de gozo nuestros corazones. El evangelio de San Marcos 9:14-29 nos muestra que los discípulos no pudieron echar fuera un demonio de un niño epiléptico, Cristo apareció en la escena y el demonio fue reprendido por Jesús y el niño quedó sano. Los discípulos le preguntaron al Señor: ¿Por qué no pudimos nosotros expulsarlo?, Cristo les dijo: “Ese género no puede ser expulsado sino con oración y ayuno”.

Está claro que hay demonios que de ninguna manera salen si no es con ayuno y oración.

El ayuno y la oración nos dan la autoridad y poder para reprender demonios. Cristo dijo: “En mi nombre echarán fuera demonios”.

Cristo ha dado esta autoridad a los creyentes, pero para que se manifieste plenamente hay que ayunar. Pastores y evangelistas que deseen tener unción especial para echar fuera demonios, oren y ayunen con frecuencia clamando por el poder de Dios para reprenderlos y liberar a los oprimidos. El ayuno del Señor es la forma más efectiva para recibir unción especial contra el diablo.

El evangelio de San Mateo nos habla de la misma escena del niño epiléptico, pero nos añade un detalle adicional muy importante. Al preguntarle al maestro por qué no habían podido echar fuera el demonio. El dijo: “Por vuestra falta de fe y añadió, pues esos no salen sino con oración y ayuno”. Mostró Jesús que para tener Fe había que ayunar y orar.

Algunos creyentes no ofrecen un día de oración y ayuno ni una vez al mes. Con razón hay tan poca Fe hoy día en el pueblo de Dios. No olvides

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